Ayer, mientras los cibernautas celebraban la salida de la cárcel de Nicolás Castro, otra novela se vivía en relación con el caso. El reconocido penalista Ramón Ballesteros renunció a la defensa del estudiante, acusado de haber amenazado por Facebook a Jerónimo Uribe. La historia es esta:

Cuando el caso empezó el año pasado, la familia Castro designó como defensora a Rosa Angélica Niño, una abogada cercana a la familia. Niño llevó el caso hasta finales de diciembre, cuando Nicolás ya estaba en la cárcel y la familia decidió traer a Ballesteros. Éste asumió como abogado suplente, ya que por la cercanía de Niño con los Castro, ella no fue apartada del caso.

Desde ese momento hasta el pasado martes, fue Ballesteros y su equipo los que llevaron el caso. No obstante, por petición de ella, a la abogada la dejaron estar al tanto del proceso e incluso pudo sentarse en alguna audiencia junto a Ballesteros, como si se tratara de un equipo.

Y cuando a Castro le otorgaron la detención domiciliaria, Rosa Angélica Niño le dijo a Ramón Ballesteros que había decidido asumir nuevamente la vocería principal del caso. Esto molestó al abogado, que decidió renunciar y emitió un comunicado para desvirtuar algunas versiones que ya hacían carrera.