El Fiscal recibió pruebas que demostrarían una supuesta entrega de coimas al expresidente de la Corte, quien otrora fue su aliado. 

Que el ex magistrado de la Corte Suprema Leónidas Bustos esté ahora en el banquillo de los acusados porque el fiscal Néstor Humberto Martínez compulsó copias en su contra es paradójico ya que en el pasado se habían apoyado mutuamente.

En el escándalo de corrupción que involucra al detenido exfiscal anticorrupción corrupto Luis Gustavo Moreno, hay una grabación de la DEA en la que supuestamente Moreno le dice al prófugo exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons, que él le había pagado una coima a Bustos y a otros dos ex presidentes de la Corte Suprema para que fallara a favor de procesos penales contra políticos, entre ellos los senadores Hernán Andrade y Musa Besaile y el exgobernador y precandidato presidencial Luis Alfredo Ramos.

Además, El Tiempo contó el domingo que Lyons confirmó haber participado en una ‘vaca’ para pagarle 3 mil millones de pesos a magistrados de la Corte para absolver a Musa Besaile en un caso de parapolítica.

 

La DEA le dio esta grabación a la Fiscalía, y Néstor Humberto anunció el martes de la semana pasada que enviaría las pruebas a la Corte y a la Comisión de Acusación para que investigara a los magistrados, incluyendo su antiguo aliado Bustos.

Los aliados

Cuando Néstor Humberto Martínez llegó a la Casa de Nariño en agosto de 2014 como Ministro de la Presidencia, cuya labor principal era las relaciones con los políticos (el manejo del llamado ‘computador de Palacio’) y las relaciones con las Cortes, Leonidas Bustos se había consolidado como un líder dentro de la Corte Suprema de Justicia: llevaba seis años como magistrado de la Corte, había sido víctima de las chuzadas del DAS en el Gobierno de Álvaro Uribe, presidente de la Sala Penal y Vicepresidente de la Corte en 2014.

Para 2015, cuando el Gobierno estaba a punto de conseguir que el Congreso aprobara su reforma más ambiciosa antes del Acuerdo de paz, que era la de equilibrio de poderes, Bustos ya era el presidente de la Corte Suprema. Y fue la primera vez que se habló públicamente de la relación entre Néstor Humberto y Bustos.

La reforma giraba alrededor de tres temas: eliminar las reelecciones (incluida la del Presidente); que no quedara el manejo de la plata de la justicia entre los magistrados; y que a los aforados (magistrados, Presidente y Fiscal) no los investigara la Comisión de Acusación, una institución que lleva más de un siglo funcionando y sin ningún resultado, y lo hiciera un grupo de magistrados elegidos por concurso de méritos que se llamaría el Tribunal de Aforados.

Las cortes y la Fiscalía se oponían a los dos últimos puntos, a tal punto que Bustos propuso una Asamblea Constituyente para reformar la justicia lo cual evitaría su trámite en el Congreso. Por su parte, el entonces fiscal Eduardo Montealegre amenazó con demandar la reforma ante la Corte Constitucional, cosa que hizo cuando se aprobó y a la postre la ganó.

En medio de la tensión entre el Gobierno y la Rama Judicial, en mayo de 2015, en el debate de la reforma en la Comisión Primera de la Cámara, el penúltimo que faltaba para que la fuera aprobada, el entonces Superministro Martínez llegó con una novedosa propuesta para “evitar una monstruosidad en la Reforma”, según dijo en su momento.

Propuso darle todo el el manejo de la plata de la Rama a los tres presidentes de las Cortes (Suprema, Constitucional y Consejo de Estado), a través de funcionarios que nombrarían a dedo, algo que según nos confirmó un exfuncionario del Gobierno que para la época estaba involucrado en la reforma, el Superministro había defendido infructuosamente a puerta cerrada al interior del Gobierno y había perdido.

Como contamos en ese momento, la propuesta de Martínez era contraria a la que estaban impulsando en ese preciso momento los ministros de Interior y Justicia de la época, Juan Fernando Cristo y Yesid Reyes, que abogaban por una gerencia más independiente a la Justicia, algo a lo que se oponían Bustos y los demás altos magistrados

Cuando Martínez llevó su proposición al Congreso, la representante verde Angélica Lozano denunció que Néstor Humberto venía de una reunión con el magistrado Bustos, algo que el entonces Súperministro negó, pero luego confirmó.

A final, el presidente Santos dirimió el fuego amigo entre los ministros y la reforma eliminó la reelección pero en lo que tenía que ver con la justicia quedó una propuesta mixta de un consejo de gobierno conformado por jueces, magistrados y representantes del Gobierno, y sin un tribunal de aforados con dientes (como le convenía a los magistrados).

“Néstor Humberto Martínez quiere ser el próximo Fiscal General –aunque lo niegue- y cree que la vía más expedita es halagar a Bustos y por vía suya a los magistrados de la Corte Suprema que serían sus eventuales electores”, dijo en ese momento en su columna Daniel Coronell al explicar la jugada a tres bandas de Martínez con la Corte, el Gobierno y el Congreso.

Tres semanas después, en junio de 2015, Néstor Humberto renunció a la Presidencia. Dijo que para gerenciar su firma de abogados DLP.  Nueve meses después fue ternado por el presidente Santos para la Fiscalía.

En julio de 2016, fue elegido por una amplia mayoría (17 de 23), que lideraba Leonidas Bustos, quien poco después salió de la Corte al finalizar su periodo.

Los nexos y dudas

Como contamos en La Silla, Bustos fue uno de los magistrados que más impulsó entre sus compañeros la candidatura de Martínez, quien si bien no tenía experiencia en lo penal y tenía una fuerte oposición de partidos como el Liberal por su cercanía con Germán Vargas Lleras era el más opcionado desde un inicio por su trayectoria profesional, sus relaciones con políticos, cacaos y abogados.

Ya siendo Fiscal General, Néstor Humberto Martínez nombró a Luz Mabel Parra, ex magistrada auxiliar de Bustos, como una de sus fiscales delegadas ante la Corte, como lo contó Daniel Coronell.

Fuera de ese nombramiento, ha existido la duda sobre si fue Bustos quien recomendó al hoy detenido Luis Gustavo Moreno como su jefe anticorrupción, dada la probada cercanía entre Bustos y Moreno (entre 2011 y 2012 Moreno visitó 29 veces a Bustos en su despacho, como contó El Tiempo) y la nula experiencia anticorrupción de Moreno, que contrasta con la experiencia que tienen los demás subalternos de alto nivel de Martínez.

El Fiscal Martínez ha dicho que nadie le recomendó a Moreno (salvo el polígrafo) y que ningún subalterno suyo es cuota de ningún partido.

Más allá de la relación que tuvieron, la realidad es que ahora Bustos terminó en el banquillo con las pruebas de los gringos tramitadas por Néstor Humberto. La Corte Suprema de Justicia ya se las reenvió a la Comisión de Acusación.

Sin embargo, de ahí a que Bustos termine tras las rejas si se demuestra que es corrupto pasará mucho tiempo, gracias a que la reforma a la que él se opuso con la ayuda de Martínez dejó a esa Comisión de Acusaciones intacta.

Soy la editora de la sección En Vivo, coordinadora de podcast de La Silla Vacía y dirijo los Huevos Revueltos con Política. Soy periodista de la Santo Tomás y tengo una maestría en ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario. Fui reportera política en El Nuevo...