Gustavo Petro fue el palo de las consultas. La sorpresa de un domingo que parecía predecible.

Gustavo Petro es el nuevo candidato del Polo Democrático a la Presidencia. Ganó por representar una izquierda moderada capaz de hacer alianzas para enfrentar el uribismo.

Gustavo Petro fue el palo de las consultas. La sorpresa de un domingo que parecía predecible.

El senador Petro ganó pese a que Carlos Gaviria tenía de su lado a ocho de los diez senadores, a seis de siete representantes, a la mayoría de los sindicatos y a la familia Moreno, dueños de la Alcaldía de Bogotá. Se quedó con cuatro de los seis grandes fortines del Polo Democrático. En Guajira, Nariño, Atlántico y Valle, donde en las elecciones presidenciales del 2006 el mismo Carlos Gaviria había pisado duro frente a Uribe, ganó Petro.

Aunque todavía hay que analizar a fondo las cifras, la única explicación para el resultado de las consultas del Polo es un cobro masivo de la opinión y de algunos militantes a movidas equivocadas de Gaviria como presidente de la colectividad y como candidato.

Se desgastó defendiendo la idea de una izquierda hermética, pura en sus ideales y cerrada a las alianzas. La apuesta le aseguró el apoyo del antiguo grupo de Alternativa Democrática (Moir, Partido Comunista y gran parte de los sindicatos), pero lo enfrentó con los ex militantes del M19 y con Lucho Garzón. Esta pelea con la izquierda moderada le salió costosa.

Además, su edad, su ex candidatura y las acusaciones de clientelismo que rodearon la Alcaldía de Samuel Moreno, uno de sus aliados, le restaron puntos al ex magistrado y le dieron votos a Petro. Al fin, el voto amarrado de todos los congresistas que estaban con Gaviria no sumó lo prometido y muchos líderes se le voltearon.

Esto pasó en Bogotá, donde el ex Secretario de Educación Abel Rodríguez, quien sólo había renunciado hace unas semanas, a última hora adhirió a Petro y aseguró el apoyó del grueso del magisterio en la capital. De este modo, a pesar de que Gaviria tenía en su orilla a todos los representantes y senadores de la izquierda en Bogotá y a la mitad más uno de la bancada del Polo en el concejo, sólo sacó 150 votos más que su contrincante en el mayor fortín de este partido.

“Fue exceso de confianza. Nosotros nunca pensamos que íbamos a perder en tantas localidades de Bogotá. Votos de estrato 1 y 2 que son amarrados se fueron con Petro”, le dijo el representante Venus Albeiro Silva a La Silla Vacía.

Del lado de Petro, estaban los sectores más modernos de la opinión. La imagen fresca de la campaña y las estrategias de mensajes de texto y de publicidad en la web le pusieron votos jóvenes al senador.

Sus denuncias en el Congreso contra el paramilitarismo y sus caminatas tu a tu por los pueblos de la Costa, lo llevaron a barrer en departamentos como Sucre y Córdoba, donde sacó más del 80 por ciento de los votos. También contó con el apoyo de los columnistas que en decenas de editoriales auguraron que el triunfo de Gaviria podía marginalizar a la izquierda.

Por todo esto, Petro le ganó a su contrincante en tres de los seis centros urbanos del país: Cali, Barranquilla, Cartagena y Cúcuta.

En medio de un panorama político donde los ex uribistas, los liberales y los independientes buscan sumar esfuerzos para enfrentar a Álvaro Uribe, el discurso ortodoxo de Gaviria no sonaba muy práctico.

Por el contrario, Petro habló siempre de tender puentes con todos los sectores en un proyecto común de defensa de la democracia y de la Constitución de 1991, que no rechaza los avances de la Seguridad Democrática.

“Una izquierda ideologizada, que no dialoga, eso no es lo que quiere la gente”, le dijo Milton Rengifo, asesor de Gustavo Petro, a La Silla Vacía.

Ahora la expectativa es cómo será la retoma del Polo por parte de Petro. Ya hoy personas cercanas a su campaña estaban hablando de convocar a un congreso extraordinario para darle el revolcón al partido.