
Las elecciones locales serán el gran tema político del 2011. Y hay dos temas que marcarán el 30 de octubre de 2011: los cambios originados por la recién aprobada reforma política y el poder del dinero que circulará alrededor de las campañas.
Las elecciones locales son las más importantes que tiene el país porque se eligen todos los gobiernos locales y departamentales, es donde circula más plata, las cifras de violencia política registran mayores incrementos y la entrega de avales convierte la representación de algunos partidos en una verdadera feria.
Y específicamente las del 30 de octubre próximo definirán el mapa político después de ocho años de Uribe; las nuevas reglas de gobernabilidad para Santos; la reconfiguración de los partidos; el verdadero poder de las bandas emergentes y además, se pondrá a prueba la nueva reforma política.
El expresidente Álvaro Uribe Vélez y el presidente Juan Manuel Santos medirán fuerzas en las próximas elecciones de octubre.
¿De dónde vendrá la plata?
El intento por blindar la financiación de las campañas políticas ha sido el caballito de batalla que han tenido las organizaciones civiles durante la última década. Sin embargo, fue una batalla que en parte se perdió en la recién aprobada reforma política.
La Misión de Observación Electoral, MOE, insistió en la importancia de generar topes para la financiación privada de campañas locales y regionales similar a la que existe para las presidenciales. Sin topes se mantiene la posibilidad de que a cambio de la entrega de donaciones, los elegidos terminen gobernando solo para sus financiadores y olviden a los ciudadanos.
“Es por el dinero por donde se cuela la mayor parte de los intereses non sanctos”, aseguró Alejandra Barrios, la directora de la MOE.
Este tipo de donaciones generalmente no se registra en las cuentas oficiales pero uno de los caminos por los que podría medirse si se vuelan los topes es el más visible: la publicidad.
El Consejo Nacional Electoral puede vigilar que se cumplan los topes de gastos, que siempre han estado, incluso para las campañas locales. Sin embargo, ha demostrado poco control hasta ahora.
En lo que sí avanzó la reforma política fue en crear mayores controles el día de las elecciones para hacer mucho más transparentes los resultados. Sin embargo, estos mecanismos que incluyen el escrutinio inmediato, la biometría, la depuración del censo, entre otros, y que podrían disminuir el fraude, dependen absolutamente de la entrega de recursos que hasta hoy no están incluidos en el presupuesto nacional.
Las coaliciones
Otro de los artículos de la nueva reforma política que impactará directamente las elecciones de octubre de 2011 es el de las coaliciones interpartidistas. Cuando se aprobó en el Congreso se dijo que el ganador con ese visto bueno del Legislativo era el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras. Y tal vez sea así.
Con la posibilidad de armar coaliciones interpartidistas para avalar conjuntamente candidatos a alcaldías y gobernaciones uno de los partidos que jugará un papel importante será Cambio Radical, del que Vargas Lleras es su cabeza visible. Este partido tiene fuerza en algunos departamentos como Caldas, Valle, Atlántico y Bolívar, pero no tiene asegurada la fuerza suficiente para quedarse con las principales alcaldías y gobernaciones del país. Y para aspirar a hacerlo el primer paso fue la alianza con el Partido Liberal.
En Atlántico, por ejemplo, ya existe un preacuerdo para que los liberales apoyen la candidatura de la política de Cambio Radical, Elsa Noguera, y los de Cambio, el nombre que seleccionen los liberales para la Gobernación de Atlántico, aunque algunos medios publicaron que la magistrada Margarita Cabello aceptó ya una propuesta para esta candidatura, proveniente de una coalición de las casas Name, Char y Gerlein.
Los rojos ya comenzaron a definir sus candidatos a las gobernaciones, y alcaldías, para las elecciones regionales de 2011. Entre otros, ya eligieron a David Luna como su candidato a la Alcaldía de Bogotá, a Alberto Arias para la Gobernación de Risaralda, y a Luis Carlos Delgado, para la Gobernación del Tolima. Su reto, ahora, es demostrar que su influencia en la Unidad Nacional se traduce el día de elecciones.
Los verdes también tendrán su prueba de fuego y son conscientes de que también necesitan armar coaliciones si quieren ser más que una campaña por la Presidencia de Antanas Mockus. Este partido que se ha caracterizado por su lentitud en algunos procesos va bastante adelantado en la consolidación de sus proyectos regionales y prevén tener candidatos propios en las principales ciudades. Están aseguradas las candidaturas de Sergio Fajardo para la Gobernación de Antioquia, y de Enrique Peñalosa, para la Alcaldía de Bogotá. Pero en otras, como incluso Medellín, no tienen a nadie fuerte y ya están discutiendo alianzas con los liberales, con el Polo y con la Corriente Democrática de Gustavo Petro.
Los conservadores y los de la U quieren jugar de locales, por ahora, no descartan tampoco las coaliciones interpartidistas pero dada su fuerza electoral cada uno quiere ser la cabeza de la alianza.
Aquí jugarán también un papel importante los nuevos partidos, que surjan de la recolección de firmas de un “grupo representativo” de ciudadanos, una posibilidad que abrió la nueva reforma política. A la Registraduría han llegado más de diez solicitudes para conformar esos grupos que se encargarán de recoger firmas que avalen candidatos. Muchos de los partidos que perdieron su personería jurídica en 2009 por sus vínculos con grupos armados y aquellos que desaparecieron por no lograr el umbral podrían encontrar la manera de reencaucharse por esta vía.
Los avales del expresidente Uribe
Lo que se jugará en octubre 30 de 2011 serán 1.099 alcaldías, 32 gobernaciones, más de 500 curules en las asambleas departamentales y cerca de 12 mil en los concejos municipales. Aunque los premios mayores siguen siendo las capitales de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga y el mayor número de gobernaciones.
Tanto las coaliciones como los demás partidos diferentes a la U intentarán tener el poder regional en sus manos. En una buena parte de ciudades y departamentos ya comenzaron a lanzarse nombres pero sólo comenzarán a consolidarse en febrero, cuando comienzan de lleno las campañas políticas.
Y uno de los objetivos será poder competir con la aplanadora uribista que estará comandada directamente por el expresidente Álvaro Uribe. Aunque durante los dos últimos meses el ex presidente ha estado poco activo regionalmente, apenas terminó su mandato hizo un recorrido por varias ciudades y ahora nadie duda que acompañará personalmente a sus candidatos a la hora de hacer campaña. Ya anunció que hará 32 talleres democráticos en las regiones y que estos serán temáticos, con lo cual buscará poner él la agenda de la campaña.
El primero de ellos será en Soacha, en la última semana de enero. Pero antes de eso ya se reunió con algunos representantes de los partidos conservador y de la U que defienden su liderazgo en la próxima campaña electoral. De hecho, varios de ellos, entre ellos el senador Roy Barreras, aseguraron que Uribe no piensa dar avales sino acompañar a los designados por los uribistas y conservadores.
Inicialmente, es claro que Uribe tratará de jugar con la U, pero si no lo logra porque el santismo se lo impide, intentará aglutinar a los verdaderos uribistas alrededor suyo, entre los que están los de la U y los conservadores, que en las últimas elecciones fueron los grandes ganadores. En 2007 se quedaron con el 45 por ciento de las gobernaciones y alcaldías y no quieren perder ese poder. Los azules ya anunciaron que se irán solos pero más de uno quieren que sean solos con Uribe.
El primer paso en este intento podrían ser las reuniones previas a la Navidad en que se comenzaron a plantear las posibilidades para lograr la mayor cantidad de cargos.
Faltan diez meses para las elecciones locales y aún queda mucho por decidir y por negociar entre los partidos políticos. En realidad será solo hasta junio cuando se conocerán los nombres que se disputarán las alcaldías y gobernaciones y comenzará la recta final de la campaña. Los seis próximos meses serán para la estrategia.
¿Bandas Emergentes?
Para las elecciones de octubre, además de los políticos, hay otro actor que no es posible excluir. Se trata de las bandas emergentes en que se reencaucharon los grupos paramilitares y han logrado un gran poder gracias al dinero derivado del narcotráfico.
Para octubre de 2011 es posible que algunas de esas bandas que han tomado control territorial para poder dominar los recorridos de la droga, también quieran manejar el poder político. Algunos lo podrían hacer solo con presión económica, como ocurrió en las elecciones de hace cuatro años. Pero aún es una duda para los analistas de riesgos, entre ellos los de la Defensoría del Pueblo, si alguna de las bandas quiera ejercer el poder de manera directa.
El dinero también podría utilizarse para la compra de avales en las zonas de su dominio.
En la entrega de los avales se la jugarán los doce partidos que hoy cuentan con personería jurídica y quieren mantener su representación, contra los nuevos que buscarán lograr una posición a través de la recolección de firmas. Detrás de todos estos intentos, estará el financiador.
No es una historia nueva. En 2000 y 2003, las elecciones locales fueron el trampolín para que los grupos paramilitares consolidaran su poder, llevándolo de lo militar a lo político. Y en 2007 la coacción armada disminuyó pero el dinero se volvió el protagonista pues terminó ejerciendo la verdadera presión sobre los electores.
Durante la campaña de hace cuatro años, se habló de “ríos de dinero” que se repartían en buena parte de las poblaciones del país, especialmente en las que tradicionalmente han tenido influencia del narcotráfico ó donde los grupos políticos tradicionales intentaban recuperar el terreno perdido durante la última década.
Y esta historia podría repetirse este año.