Con la oficialización de la división de la izquierda, se reeditan para las elecciones del 2022 las coaliciones del 2018.

Aunque hace semanas ya muchos polistas sabían de la decisión del Moir de abandonar las toldas amarillas, solo hasta hoy se conoció públicamente la carta con la que el movimiento liderado por el senador Jorge Enrique Robledo le pide oficialmente al partido de izquierda escindirse de esa colectividad. 

Con esta decisión, Robledo, quien ya anunció su aspiración presidencial, evitará medirse en consulta frente a Gustavo Petro en el 2022, como querían algunos polistas, y podrá hacerlo más bien en la que se convoque para escoger el candidato del centro.

Es una movida que, de concretarse, oficializaría el fin del sueño de la unidad de la izquierda, reforzaría al líder de la Colombia Humana como el candidato de izquierda para las próximas elecciones y pavimentaría el camino para reeditar la campaña del 2018 en dos años.

La misiva, firmada entre otras por Robledo y por Gustavo Triana, Secretario General del partido, fue radicada hace cuatro días.

La Silla Vacía habló con cuatro integrantes del Polo, que no hacen parte del Moir, y todos coinciden en que por un lado, el Moir, que era un partido dentro del partido, ya no tenía el mismo poder de decisión adentro que hace unos años. Pero el detonante, según todos, es que el Moir no quiere enfrentarse a Gustavo Petro, mientras que el resto del Polo no quiere vetar a nadie.

También consultamos a un miembro del Moir que hace parte del Comité Ejecutivo del partido, quien dijo que la razón es tener un candidato propio así se tengan que medir con el líder de la Colombia Humana. Intentamos comunicarnos con más integrantes del Moir, pero todos aseguraron que habían hecho un acuerdo de discrecionalidad y que darían declaraciones cuando ya todo esté definido.  

Robledo y Petro, irreconciliables

Inicialmente, tanto Petro como Robledo formaron parte del Polo Democrático y han compartido su interés en el agro y en la lucha contra la corrupción, aunque están parados en orillas distintas de la izquierda. Petro más en la izquierda que gira alrededor de los derechos humanos, y Robledo en la izquierda más económica.

En la campaña del 2010, Robledo fue cabeza de lista al senado del Polo mientras que Petro fue el candidato presidencial.

Pero desde que este destapó el carrusel de la contratación en Bogotá, protagonizado por Samuel Moreno, que hacía parte del Polo, y Petro señaló la pasividad de Robledo y del partido frente al escándalo que él denunció, sus diferencias se volvieron irreconciliables. 

Robledo asegura que las diferencias iniciaron en junio de 2010, cuando Petro, sin autorización del Polo, que era en ese momento su partido, le envió una carta a Juan Manuel Santos, entonces presidente electo, proponiéndole llegar a acuerdos programáticos con el Partido alrededor de temas como la tierra, el agua y las víctimas, cuando el Polo ya se había declarado en oposición a quien era el candidato y exministro de Defensa de Álvaro Uribe. 

De hecho, en ese momento Clara López, entonces presidenta del Polo, desautorizó públicamente a Petro diciendo que el partido no estaba de acuerdo con ese diálogo que proponía el exalcalde. 

En un comunicado Robledo dijo que Petro atacó y maltrató a un partido que lo había apoyado y lo tildó de corrupto sin razón pues ellos terminaron expulsando a Moreno del partido y pidiendo perdón a los electores. 

Recientemente, en la campaña presidencial del 2018 esos roces se volvieron a hacer evidentes entre los dos líderes de izquierda. 

Aunque la decisión del Polo, bajo el liderazgo de Robledo, fue apoyar la candidatura de Fajardo, por debajo de cuerda varios de los líderes del partido y prácticamente toda la base que no pertenecía al Moir se fue con Petro.

En la segunda vuelta, el Moir votó en blanco, mientras el resto del Polo apoyó al líder de la Colombia Humana por decisión del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido. 

También, en las elecciones de la Alcaldía de Bogotá, Robledo apostó por la candidatura de Claudia López y Petro por Hollman Morris. Ahí en el Polo no se había visto mayor división. Pero a medida que ha avanzado el gobierno de Claudia López a los polistas sí les ha molestado que todas las carteras de movilidad, como la secretaría, TransMilenio y el Metro, estén en manos de peñalosistas. 

Carlos Carrillo, hoy concejal de ese Partido, no votó por Claudia López y hoy es uno de sus críticos en el Concejo de Bogotá. Pero los concejales Manuel Sarmiento, del Moir, Celio Nieves y Alvaro Argote sí la apoyaron. Y Xinia Navaro, quien era presidenta del Polo en la capital, pero no hacía parte del Moir, es hoy secretaria de Integración de la ciudad. Sin embargo, pese a la crisis interna del Polo, su relación con la Alcaldía de Bogotá, por ahora, se mantendrá igual. 

Esas no son las únicas grietas que se ven en el partido. Este año hubo controversia cuando el senador Iván Cepeda dijo que en una futura campaña presidencial prefería votar por Petro que por su compañero de partido, Jorge Enrique Robledo. 

En este punto, las diferencias eran tantas que hicieron insostenible la permanencia de todos al interior del mismo partido.  

Las versiones sobre las razones de la división difieren. Mientras los que se quedan en el Polo creen que la razón de los del Moir es que “saben que Petro les ganaría y no quieren tomar ese riesgo”, según nos dijo uno de ellos, del lado de Robledo alegan que se van porque no ven voluntad del Polo para tener un candidato propio y que ellos sí quieren tener uno para competir en igualdad de condiciones, así sea en una consulta interpartidista con Petro. 

La evidencia de esa “falta de voluntad” se estaría dando en que el Polo no ha concretado la fecha del congreso del partido, que es la máxima instancia de decisiones de esa colectividad. 

Sin embargo, ahora sí tendrán que hacer un congreso rápido para tomar la decisión de la escisión del partido. Las fuentes consultadas aseguran que así se hará y que le darán permiso al Moir para apartarse. 

¿Ahora qué?

Sea cual sea la razón verdadera para la división, el camino está despejado para que Robledo busque alianzas con partidos del centro. 

Ya en las pasadas elecciones de 2018, Robledo armó la Coalición Colombia con Claudia López y Sergio Fajardo. 

En esa oportunidad, tuvo que ceder la candidatura a Fajardo, pero en el 2022 lo que se avizora es una consulta más amplia que podría incluir también a los liberales como lo ha propuesto Humberto de la Calle. Con Robledo en el tiquete, la consulta abarcaría un espectro ideológico amplio que le podría dar al candidato que salga un impulso importante.

Por el lado del Polo, más allá de si escogen un candidato propio para participar en una consulta interpartidista de izquierda, se da por descontado que apoyarán la candidatura de Petro.

En todo caso, con esta decisión -que más que revelar una fisura la oficializa- llega el fin de la unidad de izquierda. Y, la vida futura del Polo como partido queda en vilo.

Los polistas consultados aseguraron que tras esta decisión del Moir de partir cobijas, el partido queda debilitado pues esa colectividad tiene una fuerza electoral importante. De hecho, en la carta del Moir, ellos mismos mencionan que en las elecciones legislativas pasadas contribuyeron con 333 mil votos de 637 mil que obtuvieron para conseguir cuatro curules al Senado y dos en la Cámara. 

Al Moir también le queda un reto grande: el de conseguir personería jurídica para presentar un candidato. Uno de los polistas nos dijo que no tendrían problema en conseguirla por la disciplina de ese movimiento. Pero para otro no es una tarea sencilla pues ni siquiera Gustavo Petro la pudo obtener en las elecciones pasadas y hoy todavía no la tiene. 

Lo que queda claro, por ahora, es que las elecciones del 2022 se parecerán cada vez más a las del 2018.

Soy periodista de Bogotá en La Silla Vacía. Estudié periodismo en la Universidad Externado y después trabajé en la Revista Semana. Allí cubrí cultura e informes especiales en un comienzo y más tarde Bogotá y confidenciales. Me pueden escribir a pdoria@lasillavacia.com o a @PaulaDoriaG en Twitter.