Cuando apenas faltan cuatro días para que se concrete el viaje de la primera comisión de 12 víctimas que llegará a Cuba para sentarse en la mesa de diálogos, el misterio es total.
Cuando apenas faltan cuatro días para que se concrete el viaje de la primera comisión de 12 víctimas que llegará a Cuba para sentarse en la mesa de diálogos, el misterio es total.
“Hay dos cosas que quieren saber todos los colombianos. Una es cómo ganar el baloto y otra es quiénes son las 60 víctimas que van a ir a La Habana”, le dijo a La Silla una persona que ha seguido de cerca el proceso de selección de las personas que viajarán a la isla a reunirse con los negociadores del gobierno y de las Farc.
La razón es doble: por un lado, los únicos que tienen acceso a la conformación de la lista son la Iglesia, la Universidad Nacional y la ONU y por otro, que las mismas víctimas solicitaron que se mantuviera la confidencialidad sobre los seleccionados para evitar presiones o interferencias.
Las tres organizaciones están manejando el tema con absoluta reserva. “Cuando haya algo que informar, lo informaremos”, le dijo a La Silla Alejo Vargas, la cabeza del grupo de la Universidad Nacional que está conformando las listas. Pero por ahora, nadie sabe nada.
“Estamos en ascuas”. “Ese tema se está manejando como si fuera un secreto de Estado”. “Nadie nos ha dicho nada”, dijeron todas las fuentes consultadas por la Silla.
El secretismo ha despertado inconformidad en los sectores de las víctimas que no saben ni quiénes viajan, ni los criterios de selección, ni a qué grupos de víctimas representan ni qué es exactamente lo que van a hacer las víctimas en La Habana.