La contracara de las sorprendentes victorias de candidatos “antipolíticos” fue la derrota de decenas de políticos tradicionales. Acá están algunos de quienes perdieron poder.
Si las elecciones de hace tres semanas dejaron decenas de victorias de candidatos que se enfrentaron a las maquinarias, quijotes que van de seis palos famosos y visibles en alcaldías hasta victorias inesperadas a concejos, su contracara fue la quemada de decenas de candidatos que tenían la fuerza de las maquinarias detrás, incluyendo concejales o diputados que llevaban hasta 15 períodos en sus cargos.
Al revisar quiénes son los más visibles y representativos de esos antiquijotes quemados en las seis regiones que cubrimos, queda claro que esa faceta del jaque en el que quedaron las maquinarias tiene cara de hombre, mayor de 50 años y proveniente de un partido grande.
Así se nota en los 71 casos que encontramos, que también muestran lo siguiente:
Nueve llevaban 20 años en su cargo, o hasta más
Nueve quemados estaban en sus cargos desde el milenio pasado, liderados de lejos por el todavía concejal liberal de Bogotá, Jorge Durán Silva, quien llegó en 1978, cuando no había televisión a color (en Cali estaba Clementina Vélez, quien ha estado con interrupciones desde 1972, cuando todavía funcionaba el Frente Nacional).
Todos ellos vienen de la política más tradicional hasta el punto de que todos son o liberales o conservadores menos la concejal de Pereira por Cambio Radical, Judith Giraldo.
Esos dos son los partidos históricos, que dominaron la política electoral el siglo pasado, y en todos los casos salieron a la vez que llegaron cantidades notorias de concejales o diputados de partidos alternativos.
Liberales, godos y U, los más afectados
Los partidos más grandes en las regiones, medidos por la suma de todos los votos a concejos y asambleas, fueron los más golpeados por estas derrotas. Como en su mayoría los componen maquinarias tradicionales, este resultado muestra su golpe.
El Partido Liberal, aunque sigue siendo el más grande con 2,6 millones de votos a concejos y 2,2 a asambleas, y además se mantuvo en votación cuando los otros se cayeron, tuvo quemados muy fuertes como Jorge Hernán Mesa a la alcaldía de Manizales (en alianza con el Centro Democrático), y otros menos visibles pero que eran poderoso en lo local como Juan Manuel Chicango al concejo de Cali o la tres veces concejal de Bucaramanga, Sonia Smith Navas.
Las nuevas caras tampoco funcionaron
27 de los 71 candidatos no estaban en los cargos que buscaron, pero igual se quemaron, por lo que el golpe a las maquinaria se dio incluso con figuras nuevas y no solo con los que intentaron reelegirse.
Algunos de los quemados son muy visibles.
Por ejemplo, William García Tirado, quien aparecía en las encuestas como virtual alcalde de Cartagena y, aunque solo tenía el aval del partido cristiano Colombia Justa Libres, viene del corazón de la política tradicional: tiene un grupo político propio, tuvo el apoyo de los cuestionados grupos de los parapolíticos Vicente Blel y William Montes e hizo campaña con el hijo de Blel, el actual gobernador electo Vicente ‘Vicentico’ Blel.
O Juan Carlos Palacio, fallido candidato a la alcaldía de Santa Marta y quien era concejal conservador desde 1998; Fredy Anaya, quemado a la alcaldía de Bucaramanga y quien ha hecho política tradicional en varios partidos e impulso a su esposa, Nubia López, a llegar a la Cámara el año pasado;
Incluso se quemaron políticos que iban hacia abajo en su carrera, pues habían tenido cargos que usualmente son más altos: el exgobernador de Caquetá, Germán Medina, se quemó tratando de ser diputado, y la excongresista verde Ana Cristina Paz, que es parte del grupo tradicional del exalcalde de Yumbo, David Fernando Murguetio, también fracasó buscando un cupo en la asamblea de su departamento.
Además, lo mismo le pasó a algunos que no tenían trayectoria electoral y, en esa medida, podían jugar a la bandera de la renovación.
Es el caso de Jorge Luis Cardona, candidato del cuatro veces concejal de Medellín Jesús Aníbal Echeverri para reemplazarlo; o Efraín Quintero Ternera, candidato de La U e hijo del exalcalde de Bosconia, Efraín Quintero Mendoza, para ese mismo cargo; o, en fin, Santiago Gómez, el candidato del popular alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, para reemplazarlo.
Ni las firmas los salvaron
Si se quemaron candidatos nuevos, también les ocurrió a varios de los que usaron las firmas para ganar un barniz de campaña ciudadana a alcaldía o Gobernación.
Es el caso de Luis Miguel ‘Mello’ Cotes, el exgobernador de Magdalena que viene del corazón de la política tradicional, es muy cercano a la casa Char y perdió frente a la suma de maquinaria y opinión de Carlos Caicedo, a pesar de tener de su lado la Gobernación en cabeza de su tía Rosa Cotes; o de Jorge Acevedo, quien pintaba como favorito para la alcaldía de Cúcuta, con la suma del reconocimiento que ha cosechado tras cuatro campañas y apoyos como del exalcalde Ramiro Suárez Corzo, condenado por homicidio, y el gobernador saliente, William Villamizar, además de cinco congresistas.
Lo mismo pasó en municipios más pequeños como Aguachica (Cesar), donde el segundo concejal más votado, Manuel Andrés Rangel, sumó a las maquinarias de dos exalcaldes y varios partidos pero perdió frente al candidato del Polo; o Piedecuesta (Santander), donde perdió Jorge Armando Navas a pesar de tener de su lado la maquinaria de la alcaldía de Danny Ramírez y cuatro avales.
Acá puede ver los 71 antiquijotes quemados: