El fiscal Gabriel Jaimes le dio un giro total a la tesis de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia sobre la participación del expresidente Álvaro Uribe Vélez en un presunto complot para manipular testigos a su favor.
Cerró su intervención (vea el twitterazo en vivo) pidiéndole a la Corte Suprema que investigue al senador Iván Cepeda, por las declaraciones de nueve exparamilitares que lo han señalado de buscarlos para ofrecerles beneficios a cambio de declarar que Uribe tuvo relaciones con el paramilitarismo.
Esta solicitud es similar a la que hizo Álvaro Uribe en 2012, la actuación donde nació la investigación contra el expresidente, cuando –tras seis años de investigación– la Corte desestimó las denuncias de Uribe, y, en cambio, le abrió a él una investigación por manipulación de testigos.
De los nueve exparamilitares que señalan a Cepeda, cuatro fueron señalados por la Corte de incurrir en falso testimonio, debido a que durante el tiempo que investigó a Uribe comprobó que incurrieron en mentiras. Otro se retractó y uno desde Estados Unidos dijo que Cepeda no lo puso a decir “cosas que no son”. De los tres restantes, la Corte concluyó que sus versiones fueron inconsistentes o no les dio total credibilidad.
El fiscal Jaimes también ordenó investigar a Juan Guillermo Monsalve, testigo principal en este proceso, y a quien la Corte le dio credibilidad, por supuestamente intentar convencer a exparamilitares para que declararan contra Uribe (Ver Hecho 5). Además, compulsó copias por presunto falso testimonio contra Carlos Vélez, quien dijo que recibió sobornos para declarar a favor de Uribe (Ver Hecho 6).
La decisión de Jaimes no solo se va en contra de la ponencia del magistrado de César Reyes de la Sala de Instrucción de la Corte, con la que el año pasado detuvo al expresidente. También contradice la decisión de ese mismo tribunal, con la ponencia del magistrado José Luis Barceló de 2018, cuando se inhibió de investigar a Cepeda por manipulación de testigos y, en su lugar, le compulsó copias al expresidente porque consideró que era él quien estaba incurriendo en esa práctica.
Más allá de esas decisiones, en los 7 días de intervención el fiscal Jaimes expuso los argumentos por los que consideró que el caso debe precluirse por atipicidad, es decir, que debe cesar la investigación porque no hay indicios suficientes para que la Fiscalía sostenga ante un juez que Uribe cometió algún delito.
“Álvaro Uribe Vélez apremiado por los hechos judiciales del año 2017 y 2018 resolvió canalizar las pródigas informaciones que le llegaban por diversas fuentes y asumirlas con un trabajo de verificación en la fuente y así en ejercicio de sus derechos respaldar su defensa en los estrados judiciales”, dijo Jaimes en sus alegatos
Durante toda su intervención, que se dividió en 6 hechos, el fiscal Jaimes expuso tesis opuestas a las de la Corte Suprema de Justicia, y le dio credibilidad a todos los testigos a los que la Corte consideró mentirosos.
Estas tesis serán consideradas por la jueza 28 de conocimiento, Carmen Ortiz, quien definirá si acepta o no la solicitud de cerrar el caso de la Fiscalía. Antes de tomar una decisión, en octubre la jueza escuchará las intervenciones de las víctimas, la defensa de Uribe y de la Procuraduría General de la Nación.
Cualquiera que sea su decisión, hay una instancia adicional, por lo que aún falta tiempo para un caso que se sigue aproximando a las elecciones del 2022.
La Silla revisó los argumentos que Jaimes utilizó. En todos, el fiscal omitió o solo usó parcialmente pruebas que fueron consideradas claves por la Corte Suprema para construir su tesis sobre la presunta responsabilidad de Uribe en los delitos de fraude procesal y soborno.
Contexto
Hecho 1: Las presiones a Monsalve en La Picota
El 22 de febrero de 2018 el abogado Diego Cadena, por delegación de Uribe, visitó a Juan Guillermo Monsalve, testigo que señala al expresidente de tener relaciones con paramilitares,. En esa visita le habría ofrecido beneficios jurídicos a Monsalve a cambio de cambiar su versión sobre las supuestas relaciones del expresidente con paramilitares en Antioquia. La visita de Cadena fue intermediada por el preso Enrique Pardo Hasche. Ese mismo día apareció en La Picota Jaime Lombana Villalba para reunirse con Pardo Hasche. (Clic aquí para más detalles sobre este hecho)
Fiscalia
– Dice que no es cierto que Cadena le hubiera pedido a Monsalve firmar algún documento de retractación a cambio de beneficios.
– La grabación del de Monsalve no es prueba fidedigna porque el archivo tiene una duración de 55:08 minutos, pero que a la Sala de Instrucción de la Corte solo fueron entregados 18:31 minutos. También que cuando se compara la duración de los 18:31 minutos con las imágenes de las cámaras de seguridad de La Picota, en cuanto al tiempo que estuvieron sentadas las partes, se evidencia que hay un vacío de 7:26 minutos.
-Pardo Hasche no presionó a Monsalve para que entregara una declaración, sino que supo que Monsalve se quería retractar y lo ayudó a buscar a un delegado de Uribe para entregar su versión.
-Determina que la reunión en la que se grabaron mutuamente Deyanira Gómez, entonces esposa de Monsalve, y Diego Cadena, y en la que cada uno repitió su versión sobre la manera en la que Monsale fue abordado, es el abogado quien dice la verdad porque varios testigos sustentan su versión de que él no buscó a Monsalve sino que fue al revés.
Corte
– Concluyó que la prueba central de la petición de una declaración a cambio de beneficios esta en el video que grabó con su reloj Juan Guillermo Monsalve. Hay dos momentos en los que que Cadena le habla de beneficios explícitamente a Monsalve y otros tres momentos en los que le insiste a Monsalve que necesita que firme documentos.
-Llegó a la misma conclusión de la Fiscalía sobre que en la grabación de Monsalve no estaban reflejados 7:26 segundos desde el momento en que dice que empezó a grabar con el reloj, pero no se enfocó en eso porque la parte que está grabada no tiene cortes o evidencias de edición.
-Pardo tenía la tarea en La Picota de convencer a Monsalve de que se retractara. Una grabación quedó prueba de que el mismo Pardo lo dice y de que en varias ocasiones intenta persuadir a Monsalve de retractarse diciéndole: “Dios es Uribe”, o que le va a “ir mil veces mejor” si se retracta.
-Tras cotejar los audios de la reunión entre Deyanira Gómez y Diego Cadena, la Corte encontró que la grabación que entregó no solo estaba cortada sino que se habían modificado palabras y el sentido de lo que se había dicho para dar otra impresión sobre la conversación.
Hecho 2: Las presiones a Monsalve a través de “Caliche” desde Neiva
Entre el 21 y el 22 de febrero Juan Guillermo Monsalve recibió varios mensajes de texto y de voz de parte de su amigo en Neiva Carlos López, conocido como “Caliche” o “Llanero”. López se conoció con Monsalve hace 12 años a través de un amigo de nombre Andrés (ya fallecido), quien lo invitó a visitarlo en la cárcel. Desde entonces, dijo “Caliche”, son amigos.
En los mensajes “Caliche” le pidió a Monsalve un video con su retractación y le dijo que lo estaba haciendo por delegación del expresidente Álvaro Uribe. A cambio, Monsalve tendría beneficios jurídicos. Una vez fue interrogado, “Caliche” dijo que todo lo que había dicho a Monsalve eran mentiras que fabricó para tratar de convencerlo de que le enviara un video con su retractación porque es un seguidor de Uribe.
Fiscalia
Le creyó a “Caliche” su versión de que había dicho mentiras a Monsalve en los mensajes y audios en los que asegura que: Quería hablar directamente con él “de parte del ex”.
– Le pusieron en altavoz a Uribe y Uribe le pidió que buscara una retractación de Monsalve.
– Le ponían abogados para que entrara a la JEP.
– Le insistieron por la declaración de Monsalve.
La Fiscalía concluyó que “Caliche” tenía un “interés descomunal de presentarse como enviado especial de Álvaro Uribe”, a quien le profesa admiración, y que en el marco de ese interés es que le dice las mentiras a Monsalve.
También sustenta su conclusión en que las demás personas que pudieron ser testigos de que Uribe habló por altavoz para encomendarle una tarea a “Caliche” dicen que eso no sucedió.
Adicionalmente, Jaimes le dio credibilidad a “Caliche” cuando dijo que había buscado a Monsalve para que se retractara porque hacía varias años el mismo Monsalve le había dicho que todos sus señalamientos a Uribe eran mentiras.
En su intervención, el fiscal destacó la frase que “Caliche” usó para justificarse cuando fue interrogado: “le envié 200 mentiras para sacarle una verdad y no he podido”.
Además, el fiscal Jaimes dijo que las demás versiones de los implicados en este episodio, incluida la de “Caliche”, concuerdan en que fue “Caliche” el de la iniciativa de buscar algún contacto con el Centro Democrático para enviarle el mensaje a Uribe de que Monsalve podía retractarse.
Con eso, la Fiscalía descartó la posibilidad de que Uribe o alguien de su círculo hubiera ordenado que buscaran a Monsalve para declarar. También concluyó que es cierto cuando el representante Álvaro Hernán Prada, quien también está investigado por estos hechos, dice que la primera vez que habló con “Caliche” no tenía conocimiento de qué le iban a contar.
Corte
Concluyó que “Caliche” mintió cuando trató de justificar los audios y mensajes en que todo lo que le dijo a Monsalve era un invento y le compulsó copias por falso testimonio.
Para la Corte hay una interceptación que es prueba de que “Caliche” no estaba mintiendo cuando le dijo a Monsalve que el expresidente le había pedido el favor de que consiguiera esa retractación.
Fue grabada dos meses después de que ocurrieran los hechos y en ella “Caliche” llama muy preocupado a un abogado amigo porque le llegó una citación de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia para declarar.
“Caliche” al principio no quiere entrar en detalles, pero el abogado lo convence diciéndole que el celular de él no está interceptado.
En esa conversación “Caliche” le dice al abogado que:
– Álvaro Hernán Prada, representante del uribismo en Huila, le pidió que “le colaborara” logrando la retractación de Monsalve.
– Prada lo “puso a hablar con el man ese… el man ese grande ¿sí me entiende?”
La Corte llegó a la misma conclusión de la Fiscalía en cuanto a que la iniciativa de buscar la retractación de Monsalve fue de “Caliche”, quien estuvo motivado por la admiración que dice tenerle a Uribe. Pero su hipótesis es que, una vez en el círculo de Uribe se enteraron que había la posibilidad de abordar a Monsalve, sí se dieron a la tarea de presionar la retractación.
Los indicios principales están en otra interceptación a “Caliche”, en la que le cuentan que se comunicaron con la Unidad de Trabajo Legislativo de Uribe y que una persona de apellido Daza (en ese entonces trabajaban dos con ese apellido para el expresidente) entregó el mensaje de que Prada era el “delegado” para hablar.
Por eso, la Corte concluye que no es cierta la versión de Prada sobre que cuando vio por primera vez a “Caliche”, no sabían de qué le iban a hablar.
También la Corte concluye que “Caliche” tenía información muy precisa sobre el afán de Uribe para recoger la versión de Monsalve, y en varios momentos le insiste sobre el tiempo límite.
Hecho 3: El rol de Uribe en las cartas del Tuso
Juan Carlos “el Tuso” Sierra entregó dos cartas a la Corte Suprema de Justicia. En una manifiesta su intención de declarar en el proceso. En otra, hace un relato extenso de hechos sobre visitas que recibió en una cárcel de Estados Unidos en 2009 en los que diferentes personas le pidieron información sobre relaciones de Uribe con paramilitares. El Tuso no declaró ante la Corte porque cuando lo citaron no compareció.
Pero en la Fiscalía sí rindió versión. Cuando lo hizo aseguró que, entre otros, lo había visitado Iván Cepeda, como invitado en una delegación del Congreso, y que le preguntó por Uribe y su hermano Santiago. Sin embargo, también explicó que Cepeda nunca le pidió que mintiera cuando lo abordó.
Fiscalia
Concluyó que no hay ninguna prueba que comprometa a Uribe con presuntos hechos ilegales en la consecución de la declaración del “Tuso” Sierra.
Retomó la versión del Tuso sobre que no fue buscado para entregar alguna declaración a favor de Uribe a cambio de un beneficio y que tampoco tiene ni ha tenido contacto con el expresidente.
La Fiscalía también consideró que todas las versiones de las personas que intervinieron en ese episodio son consistentes en señalar que a Uribe le llegó por un tercero la versión de que el “Tuso” podría declarar a favor de él.
Por eso, dijo que aunque en varios momentos queda prueba de que Uribe estaba muy pendiente de ese testimonio y que le dio varias instrucciones a Cadena para que lo recogiera, no pueden haber dudas sobre su actuación.
“(La de Uribe es la actitud) de un ciudadano que es investigado y que activa los derechos al debido proceso y el derecho a defenderse sin que exista sombra, sombra de duda respecto a su proceder”, dijo Jaimes en su intervención.
Como “el Tuso” declaró en la Fiscalía (la Corte lo llamó pero no asistió) que se mantenía en el contenido de las cartas, Jaimes también dijo que se podía descartar que Uribe tenía “ una empresa irregular tendiente a engañar a la justicia” y pidió investigar a Cepeda por la visita que le hizo al “Tuso” en 2009..
Corte
La Sala de Instrucción de la Corte concluyó que todos los hechos que rodeaban este episodio no constituían una prueba que permitiera decir que “el Tuso” declaró a cambio de un soborno.
Sin embargo, sobre el fraude procesal, determinó que el contenido de las cartas aportadas por “el Tuso” Sierra era falso y que por medio de ellas querían inducir a error a la Corte Suprema en su investigación.
La Corte dudó del contenido de esas cartas. Entre otras, porque “el Tuso” no se presentó a declarar, por su aparición súbita como testigo, y porque varios hechos, como el de la visita de Cepeda, quedaron esclarecidos con las pruebas que aportaron a la Corte el ahora senador Cepeda y los otros asistentes de esa comisión enviada por el Congreso a Estados Unidos.
“Olvida la defensa que el delito de Fraude Procesal es de mera conducta, que en este particular evento se configura con el aporte de sendas declaraciones con contenido falaz evidentemente a favor de los intereses del senador Uribe Vélez”, aseguró la Corte.
La Sala de Instrucción también consideró que este episodio mostraba patrones que se repetían en todo el proceso, como que Uribe sí estaba pendiente de la labor de Cadena y de lo que decían los testigos, algo que el expresidente negó en su indagatoria.
Hecho 4: Los intereses de Hilda Niño para declarar
La exfiscal Hilda Niño Farfán fue condenada en 2020 por la Corte Suprema de Justicia tras llegar a un preacuerdo en el que confesó que recibió plata de delincuentes para favorecerlos. Apareció en este proceso porque a través de un político allegado a su familia le envió un mensaje a Álvaro Uribe Vélez diciéndole que tenía información sobre un presunto complot contra él, orquestado en la Fiscalía de Eduardo Montealegre. Según Niño, ella podía declarar a favor de Santiago Uribe en el proceso de los 12 apóstoles.
Fiscalia
Llegó a la conclusión de que la aparición de Hilda Niño no compromete al expresidente Uribe en algún delito porque ella fue la que buscó el contacto. En esa versión coinciden las demás personas que de alguna manera intervinieron en ese episodio.
El fiscal Jaimes también concluyó que aunque a Niño la trasladaron de centro de reclusión por los mismos días en los que tenía contacto con Diego Cadena, ese traslado no fue producto de un beneficio a cambio de su versión.
Su hipótesis la basó en que la solicitud de Niño del traslado venía de tiempo atrás, fue en 2017 y ella habló con Cadena sobre el caso Uribe en 2018. Y, que fue el producto de varias decisiones judiciales tras una tutela que ella interpuso.
“(Esa) era una decisión judicial exclusivamente adoptada tanto por jueces de garantías como de conocimiento, como la ejecución de penas y que, por supuesto, sobre esas decisiones judiciales muy anteriores al año dieciocho”, dijo el fiscal Jaimes.
Corte
También concluyó que los hechos que rodearon este episodio no son prueba de algún delito del que Uribe pudiera tener responsabilidad.
Sin embargo, para la Corte sí quedó prueba en las interceptaciones y en la misma versión que entregó Hilda Niño, que tenía el interés de que Uribe le ayudara a cambiarse de sitio de reclusión ante la demora de los recursos jurídicos que había interpuesto.
Por ejemplo, Hilda le dijo a la Corte que aunque le pidió el favor a Cadena de que la ayudaran con el traslado, no era a cambio de su declaración. También hay una grabación en la que ella le pregunta a Cadena si lo que escribió le parece bien, y Cadena queda pendiente de entregar una respuesta sobre cómo se recibió su versión.
La Corte también concluyó que con este episodio se repetían patrones como que un testigo con un información que tenía hace años aparece repentinamente para declarar a favor de Uribe, o la delegación a Cadena, quien no era su abogado en el proceso, para que recogiera la versión.
Hecho 5: Las circunstancias de las declaraciones de “Sinaí”, “Poli” y “Cadavid”
Máximo Cuesta Valencia, alias “Sinaí”, Elmo José Mármol Torregrosa, alias “El Poli” y Giovanny Alberto Cadavid Zapata alias “Cadavid”, todos recluidos en 2018 en la cárcel de Cómbita, entregan al tiempo versiones muy parecidas a la justicia. Concuerdan en que en 2012, Iván Cepeda –por intermediación de la abogada Mercedes Arroyave– los abordó para pedirles que declararan que Uribe sí tenía relaciones con paramilitares, a cambio de beneficios jurídicos y económicos.
Fiscalia
Determinó que el valor de esas cartas está en que los tres exparamilitares, aunque no escribieron de su puño y letra las cartas, se ratificaron en su contenido cuando asistieron a rendir versión ante la Corte y ante la Fiscalía.
Jaimes dijo que a la Fiscalía le parecen de “alta gravedad” las declaraciones de los tres presos y aseguró que las versiones de los tres son “constantes, sólidas individualmente, pero, además, coincidentes”.
Para la Fiscalía, fue motivo de credibilidad que los tres presos presentaran “una versión muy similar, casi idéntica, sin discrepancias”.
De hecho, dijo que la veracidad de lo que narran debe ser definida ante la justicia y anunció que compulsaba copias contra Iván Cepeda, la abogada Arroyave, y contra Juan Guillermo Monsalve porque los tres exparas lo señalaron de ser quien los relacionó con la abogada.
Sobre la manera en la que Uribe supo de esos testimonios, el fiscal concluyó que todas las versiones eran coincidentes en que fue por intermedio de una abogada que le envió el mensaje al expresidente a través de un periodista.
Además, concluyó que ninguna prueba apunta a que a los tres exparamilitares les hubieran ofrecido algún beneficio a cambio de su versión.
“La Fiscalía estima que ninguno de los medios de conocimiento que obran en el expediente advierte de ninguna manera algún tipo de irregularidad”, le dijo Jaimes a la jueza Carmen Ortiz.
Corte
La Corte desestimó el contenido de las tres cartas y concluyó que los exparamilitares habían incurrido en falso testimonio cuando fueron a declarar.
Las razones por las que la Corte sospechó de las cartas son de fondo, como esta:
– Comprobó que los tres exparas tergiversaron las circunstancias de la visita de Cepeda, porque hay evidencias que muestran que el congresista llegó por petición de los mismos presos, que querían contarle denuncias sobre maltratos, y no de sorpresa para preguntarles sobre Uribe.
Y también de forma:
– Ninguno de los tres exparamilitares escribió de su puño y letra la carta.
– Todas las cartas tienen errores iguales como que invierten el orden de los apellidos de la abogada Arroyave.
– Todas las cartas dicen que la visita de Cepeda fue “un sábado” de 2012 (no especifican mes).
– Todos los presos deciden narrar súbitamente hechos de hace más de 6 años a los que nunca se refirieron antes.
La Corte también concluyó que los tres exparamilitares mintieron en aspectos tan obvios, como negar que conocían a Diego Cadena o en relatar las circunstancias en las que escribieron esas cartas. Todos terminaron siendo desmentidos por el mismo Cadena cuando rindió su versión diciendo que los conocía.
También hay pruebas de que Uribe supo que las cartas no fueron escritas por los presos, y que sí supo de la labor de Cadena. Además, Uribe no le contó a la Corte todas las circunstancias de cómo se enteró que los tres exparas querían declarar. La Corte concluyó que este episodio reforzaba la idea de que Uribe sí fue “determinador” de acciones de Cadena.
Hecho 6: La versión de Vélez a cambio de un soborno
En 2017 Diego Cadena fue a visitar al exparamilitar Carlos Enrique Vélez, alias “Víctor”, para pedirle una declaración a favor de Álvaro Uribe Vélez sobre que Iván Cepeda habría ofrecido beneficios a presos a cambio de que dijeran que el expresidente tenía relaciones con paramilitares. La versión ya la había entregado Vélez en 2016 ante la Corte. Vélez repite esa versión a Cadena, pero en 2018 se retracta y dice que lo que le dijo al abogado de Uribe fue a cambio de beneficios económicos. Aseguró que el pago iba a ser de 200 millones, que su labor era encontrar más paramilitares que declararan a favor de Uribe y que se decidió a contar todo porque le incumplieron con la plata.
Fiscalia
Concluyó que la versión real de Vélez fue la que entregó en 2016 porque fue espontánea y era la que había sostenido hasta la aparición de Cadena en la cárcel pidiéndole que la volviera a entregar.
Según Jaimes, esa versión fue “bien valorada” en la Corte. Además, dice que José Fauner Barahona alias, “Racumín”, dice haber sido testigo de lo que narró Vélez en ese momento sobre las presiones para declarar contra Uribe.
El episodio es que supuestamente Vélez se peleó en La Picota con Pablo Hernán Sierra, alias “Pipintá”, porque Sierra estaba presionando a otros exparas para que hablaran del expresidente y llevaba a Iván Cepeda para que los convenciera.
Jaimes aseguró que con esa versión inicial de Vélez también coincide el testimonio de Samuel Sánchez Cañón, quien fuera abogado de ese exparamilitar para la época de los hechos.
“Lo que sí aparece ahora como novedoso y también como sospechoso, es que Carlos Enrique Vélez recoja precisamente esa versión, que cambie la versión que venía sosteniendo”, aseguró el fiscal en su intervención.
Para sostener su tesis, Jaimes dijo que las versiones de los demás exparas que buscó Vélez –”comandante Diana”, “Racumín”, “Jopra” y “Fosforito”– coincidieron en decir que Vélez les pidió que cambiaran de versión; que todos por aparte señalan en sus versiones algún rol de Cepeda relacionado con beneficios; y que todos los testigos que hablaron de Vélez aseguraron que era mentiroso.
“(El cambio de versión) fue motivado específicamente por sus intereses personales y por su específicamente marcados en los intereses económicos que tenía para rendir esa versión cambiante”, agregó el fiscal.
Con eso, le dio credibilidad a la versión de Cadena y su empleado Juan José Salazar, sobre que Vélez quería extorsionarlos; sin embargo, Jaimes también dijo que las conductas de Cadena al girarle plata a Carlos Vélez deben ser investigadas por la justicia (el abogado ya está en juicio).
No obstante, en su conclusión final el fiscal dijo que no había prueba de que Uribe le hubiera ordenado a Cadena que le entregara plata a ese exparamilitar o a otros a cambio de su declaración y por eso pidió la preclusión por atipicidad. También compulsó copias para que investiguen a Vélez por el cambio de su versión.
Corte
Determinó que Carlos Enrique Vélez estaba diciendo la verdad sobre los sobornos que habría recibido porque adjuntó pruebas sobre pagos por varios millones y aseguró que más de 30 millones se los entregaron a sus familiares en efectivo.
Además, la Corte concluyó que su declaración de 2016 a favor de Uribe fue influida por su abogado de ese entonces, Samuel Sánchez Cañón.
Las razones por las que la Corte llegó a esa conclusión fueron:
– Diego Cadena, llegó a Vélez a través de quien fuera su abogado, Samuel Sánchez Cañón, quien a su vez tiene una relación cercana con Mario Uribe, primo del expresidente Álvaro Uribe.
– Vélez le dijo a la Corte que desde hace mucho tiempo su entonces abogado Samuel Sánchez hablaba con Mario Uribe para “cuadrar” temas relacionados con versiones.
– Hay pruebas de que Mario Uribe le consignaba plata a Samuel Sánchez Cañón y que varios de esos pagos coinciden con la época en que Vélez entrega la versión de 2016.
Sobre las declaraciones de los demás exparas que fueron abordados por Diego Cadena y su empleado Juan José Salazar por recomendación de Vélez, encontró que incurrieron en mentiras y en inconsistencias en sus relatos.
– “Fosforito” dijo que no sabía el nombre del abogado que le había recogido su versión y no sabía quién era. Pero una interceptación demuestra que no solo se conocían sino que hablaban por teléfono.
– “Racumín” dijo que era testigo de la supuesta pelea en La Picota entre Pablo Hernán Sierra y Carlos Vélez, las fechas que señala no coinciden conel tiempo que estuvo recluido en La Picota y en esa medida no pudo ser testigo.
– Sobre “Jopra” hay una interceptación en la que dice que él le dijo a Salazar que no hablaba porque no había cerrado un negocio con “Víctor”, lo que para la Corte mostró que cualquiera de sus relatos era producto de un acuerdo.
– Sobre “Comandante Diana” la Corte Suprema sí concluyó que habían indicios para creer que la búsqueda de testigos que ella hizo para Cadena, sí era a cambio de plata. En el celular que le incautaron el día que fue a declarar, encontraron chats en los que queda prueba de que tenía interés de “ganarse la money” y en los que le hablaba a terceros de que estaba en una “vuelta muy buena”.Por esas razones, la Corte concluyó que “aleja cualquier duda que pueda persistir en el actual momento procesal acerca de las ofertas remuneratorias que en nombre del senador Uribe y a través de Diego Cadena Ramírez y Juan José Salazar les efectuaron por lo menos a Carlos Enrique Vélez Ramírez y Eurídice Cortes Velasco (“Diana”) para conseguir que en su declaración alteraran la verdad de los hechos que decían conocer”.