La naciente movilización estudiantil, si cristaliza, lo haría justo para elecciones. Y por ahora con quienes más puentes podrían tener es con la coalición de los Ni-ní.
Hoy a media noche comienza el paro de la Universidad Pedagógica Nacional para exigir más recursos para las universidades públicas. En un principio, el paro irá hasta que se apruebe el presupuesto nacional en el Congreso, algo que demorará mínimo dos semanas. Pero los universitarios movilizados se están organizando, como ya han mostrado en marchas el cuatro y el doce de octubre, para poner la educación en la agenda pública en víspera de las elecciones. Si lo logran, se convertirían en un aliado clave para la “coalición de los Ni-Ní”.
De hecho, Robledo ya manifestó su apoyo a los estudiantes
12 de octubre:
Apoyemos la gran jornada nacional de movilización#LeTocaAlAgro#LeTocaALaEducación#LeTocaALosTrabajadores pic.twitter.com/hbzehDIKJt— Jorge Robledo (@JERobledo) 11 de octubre de 2017
y lo mismo hizo López
La Universidad de Pamplona y todas las Universidades públicas se respetan! Vamos a detener su desfinanciacion y fortalecerlas #TodosSonPilos https://t.co/R56aSaq6Gb— Claudia López (@ClaudiaLopez) 5 de octubre de 2017
La crisis
La crisis financiera de las universidades públicas ya está en la agenda mediática gracias a las denuncias de rectores como el de la Universidad del Valle, Edgar Varela, y el la Pedagógica Nacional, Adolfo Atehortúa, o intelectuales como Julián de Zubiría, director del instituto Alberto Merani.
Atehortúa es especialmente importante porque convocó públicamente a la comunidad académica a movilizarse, y eso le ha dado un gran impulso a los estudiantes, profesores y empleados de su universidad, que convocaron a las demás universidades públicas de Bogotá a sumarse a sus protestas. Acordaron que los que puedan, pararían 24 horas, empezando hoy a medianoche, y las demás harán manifestaciones.
El argumento de Atehortúa es que las universidades están desfinanciadas desde la Ley 30 de 1992 que cambió la forma de financiarlas, porque la plata que les transfiere el Gobierno es menor que sus gastos. Dice que eso ha creado un déficit de más de 15 billones de pesos (casi la mitad del presupuesto nacional asignado a toda la educación para el 2018), y este año el hueco va en 434.874 millones de pesos, tres veces el presupuesto de inversión de la Universidad del Valle.
Según De Zubiría, Ser Pilo Paga ha agravado la situación, pues el Gobierno ha tomado plata de un impuesto que está destinado para la educación superior para financiar ese programa y el Icetex, lo que termina beneficiando a las universidades privadas.
Según explicó, hasta el 2015 la plata del impuesto Cree se destinaba totalmente a las universidades oficiales, pero para el 2017 el 67 por ciento se fue al Icetex y a Ser Pilo Paga.
Lo mismo escribió el presidente del Sistema Universitario Estatal, el rector de la UTP Luis Fernando Gaviria en una carta dirigida a la ministra de Educación Yaneth Giha.
“El 87,42 por ciento de los créditos que entrega [el Icetex] van dirigidos a estudiantes que entran a universidades privadas y el 12,58% para las públicas”, señala Atehortúa. ”Y de los 30.000 estudiantes que hacen parte del programa Ser Pilo Paga, el 82 por ciento está en universidades privadas”.
A ese problema se ha sumado el anunciado recorte en un 40 por ciento del presupuesto nacional para ciencia y tecnología, que significa también menos recursos para las universidades que más investigan, muchas de ellas públicas.
Ese panorama es el caldo de cultivo para la nueva movilización estudiantil, que podría convertirse en algo similar a las marchas de 2011 que tumbaron la reforma a la educación de Santos.
De las aulas a la política
“Esperamos que los candidatos (presidenciales) nos presenten unas propuestas en torno a cómo defenderán la educación, que asuman unas posturas sobre el programa Ser Pilo Paga y se comprometan con los estudiantes”, nos dijo Sara Bolaños, representante estudiantil de la Universidad del Valle e integrante de la Organización Colombiana de Estudiantes, OCE. Algo parecido nos dijeron dos estudiantes más de otras organizaciones. Los candidatos que nieguen que haya una crisis van a tener “mal recibimiento” de los estudiantes, agrega.
Varios líderes de la Federación de Estudiantes Universitarios, FEU, la OCE y la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de Educación Superior, Acrees, los tres grandes grupos de estudiantes que están organizando las movilizaciones, le aclararon a La Silla Vacía que no harán campaña por ningún político. Sería difícil hacerlo pues pertenecen a diversas corrientes políticas. Pero coinciden en que por ahora ven a Robledo, López y Fajardo como los más cercanos.
Entre ellos la que menos fuerza tiene por ahora es López, pues varios líderes estudiantiles recuerdan que en 2014 fue ponente de la Ley que permite que el Ministerio intervenga universidades públicas o privadas y a su juicio pone en peligro la autonomía universitaria.
Pero eso puede cambiar no solo por su sensibilidad con el tema de la educación (su madre es maestra) sino porque ya se ha metido en el tema, pues recientemente propuso hacer más exigente la acreditación, aumentar la cobertura y saldar el déficit de 15 billones; o suavizar las deudas del Icetex y que los créditos sólo sean para universidades acreditadas.
Fajardo ya tiene la educación como bandera: no solo era profesor universitario antes de entrar a la política, sino que como alcalde de Medellín (2004-2007) y como Gobernador de Antioquia (2012-2015) sus principales obras estuvieron en esa área. De hecho, como gobernador construyó 55 parques educativos en municipios del departamento y donde dedicó la mitad del presupuesto a la educación.
Frente a Ser Pilo Paga dijo recientemente en una entrevista que cree “que tiene un impacto”, pero “que no basta para la política de educación superior nacional.”
Y Robledo arranca con su vieja relación con el movimiento estudiantil, la trayectoria de 27 años como profesor de la Nacional y su defensa de la educación gratuita y pública, y la cercanía de la OCE a él y al Polo. Además, a diferencia de López y Fajardo, su mirada encaja directamente con la de los estudiantes movilizados que creen que el Estado debe garantizar y fortalecer la educación pública y no privatizarla.
Con esas diferencias de fondo, el asunto está en la agenda de los acercamientos entre los tres, pero sigue abierto. “Dentro de las propuestas de la coalición sí debe haber un punto sobre educación pero aún no lo hemos definido”, le dijo Robledo a La Silla Vacía.
Dependiendo de cómo lo decidan puedan encontrar en los estudiantes unos aliados clave, no porque ellos vayan a hacerles campaña o a poner tantos votos sino porque están preparando el camino para que la educación sea un tema de campaña, y en ese tema los Ni-ní tienen más credenciales que los demás.
Por ejemplo, la Acrees invitó el pasado 29 de septiembre a ocho candidatos presidenciales a un foro en la Universidad Jorge Tadeo Lozano sobre la educación superior, con la idea de ir ambientando el debate. Sólo llegaron Robledo y López.
“Esto ya es una muestra de a qué candidatos les interesa el tema”, nos dijo Jennifer Pedraza, representante al Consejo Académico de la Universidad Nacional e integrante de Acrees, la asociación de representantes estudiantiles de Educación Superior.
Y no es la única señal. El lunes pasado Robledo hizo una audiencia en la Comisión Quinta del Senado para evaluar las condiciones de la educación pública, en la que participaron (por invitación suya) 23 voceros de maestros, científicos y estudiantes.
“Robledo, Fajardo y López no han presentado unas propuestas claras, pero cuando lo hagan, y se comprometan con esta bandera pueden ganar mucho apoyo,” nos dijo la representante estudiantil Pedraza.
Por eso, las movilizaciones pueden tener un impacto más allá de esta coyuntura.
Si bien resurgen para presionar al Gobierno para modificar el presupuesto, la potencial fuerza del movimiento estudiantil depende también de si el Gobierno insiste en convertir Ser Pilo Paga en política de Estado o si renace la reforma a la educación que anunció Giha.
“Nos estamos preparando para ese momento,” dijo Natalia Lucio, integrante de la FEU.
Si el movimiento crece y la coalición de los Ni-Ni se concreta, un estudiantado movilizado (sobre todo si, como la Mane en 2011, logra mover a 40 mil personas) podría ser un aliado que los fortalecería frente a candidatos como Germán Vargas Lleras o del candidato de Álvaro Uribe que difícilmente encontrarán apoyo en los estudiantes incluso si éstos hablaran a favor de la educación pública.
Esta historia fue actualizada el miércoles 18 de octubre a las 2:30 p.m. para incluir la carta abierta que el Rector de la Universidad Pedagógica Nacional, Adolfo Atehortúa, le escribió a los congresistas para hacerles unas peticiones concretas frente a la desfinanciación de las universidades públicas. Puede ver la carta acá.