Detrás de esta movida, está la alianza en ciernes entre el conservatismo con Germán Vargas Lleras, y el Gobierno ya no tiene mermelada para detenerla.
Anoche los conservadores le retiraron su apoyo a la Jurisdicción Especial de Paz, con la salida de los senadores de la plenaria con el argumento de que apoyan la paz “pero con condiciones en la JEP”, lo que puso contra la pared al Gobierno, que sin el apoyo de esta bancada no tiene los votos que necesita para aprobar esta reforma que es clave para la implementación del Acuerdo de Paz.
Detrás de esta movida, está la alianza en ciernes con Germán Vargas Lleras, y el Gobierno ya no tiene mermelada para detenerla.
La conveniencia vargasllerista
El martes, los godos destaparon sus cartas con la JEP, frente a la cual hasta el momento no habían manifestado reparos. En una intervención del senador Juan Diego Gómez ante la plenaria, plantearon sus diferencias con la ponencia.
Gómez dijo que en el debate querían “la plena garantía jurídica” para los militares y policías, y que éstos no fueran “sujetos de persecución” por parte de la JEP; que en la ley quedara claro que los exguerrilleros que participaran en política pasarían primero por el tribunal de paz; y que hubiera la garantía de que los empresarios no serán objeto de persecución de la JEP. “No puede haber interpretaciones amañadas en la ley”, dijo.
Puntos muy similares a los que, como contamos, expresó el exvicepresidente Germán Vargas Lleras a su partido, Cambio Radical, para alejarse de la JEP tal y como hoy está.
“Esta (la votación de la JEP) es una oportunidad para hablarle al país y que el Partido le hable a su próximo socio político”, nos dijo Gómez, en relación a las próximas elecciones al Congreso y a la Presidencia en donde buscan alianzas con el vargasllerismo y no descartan un acercamiento con el Centro Democrático.
Como lo reveló La Silla, en las últimas semanas los conservadores y Vargas Lleras se reunieron para explorar la posibilidad de una coalición en las listas al Congreso en 2018 y de que Vargas sea el candidato presidencial también de los azules.
Con esta postura frente a la JEP, se alinean ideológicamente en un tema que es muy polémico para muchos colombianos.
Otro senador conservador nos dijo que esa postura les ayuda a “desantificarse” ahora que llega la época electoral y “en las regiones nos van a cobrar el santismo”.
Durante el último año, los conservadores habían estado divididos entre los gobiernistas y los de oposición, liderados los primeros por Gómez, Efraín Cepeda, el actual presidente del Senado, y el director conservador Hernán Andrade; en el grupo de los no santistas estaban senadores como Jorge Hernando Pedraza y Juan Manuel Corzo.
Es una división que lleva los casi cuatro años del segundo gobierno de Santos. Sin embargo, ayer en la plenaria del Senado fue evidente la cercanía entre los antes santistas y los no oficialistas, luego de que toda la bancada conservadora dejara la plenaria tras una pelea con Claudia López por una propuesta de Juan Manuel Corzo.
El senador conservador propuso que el Tribunal de Paz tenía que ceñirse al ordenamiento jurídico actual, una proposición que a su juicio, evitaba la supuesta ideología de algunos magistrados elegidos para la JEP. La senadora verde calificó su propuesta de “dilatoria y chantajista” porque a su juicio podían haberla hecho en la reunión entre el Gobierno y congresistas ponentes.
La discusión subió de tono con insultos de lado y lado y les dio la excusa para salirse de la plenaria en bloque.
Sin el apoyo de los 17 senadores conservadores, al Gobierno le faltarían cinco votos para aprobar la JEP: solo tendría a los liberales (18) y a La U (18), más los 10 votos que ponen el Polo y los Verdes, cinco cada uno, y los dos senadores indígenas, lo que da 48 votos, si es que van todos a votar.
Ante la posibilidad de que los conservadores no apoyen la JEP y pongan en vilo la aprobación del proyecto en último debate, el ministro del Interior, Guillermo Rivera, los recibirá hoy en la mañana para revisar las posturas expuestas por Gómez.
Pero sin mucha esperanza.
“Es totalmente claro que ellos ya están dándole guiños a Germán Vargas”, nos dijo un alto funcionario del Gobierno que conoció de la situación de ayer con los conservadores.
Al ser consultado por La Silla sobre cómo el Gobierno hará para mantener a los conservadores, ya que sin ellos es difícil que el quórum se mantenga, el ministro Rivera nos dijo que mantendrá la “persuasión”, a través de ministros cercanos a ellos, como Mauricio Cárdenas, de Hacienda.
La ‘persuasión’
El Ministro de Hacienda es hoy por hoy el principal puente entre la bancada conservadora y el Gobierno porque es la cuota más importante de los azules en el gabinete y porque es el que tiene la chequera.
Y al término de la plenaria, Cárdenas se reunió en la Presidencia del Senado con toda la bancada azul.
Allí, además de exponer sus inquietudes con la JEP (que debe llegar a la Plenaria de la Cámara la próxima semana), algunos congresistas insistieron en “la cuota burocrática”, según nos dijo un asistente.
Según supo La Silla, pese a que se sienten más afuera del Gobierno que adentro, hay tres cosas que podrían hacer a los godos reconsiderar su apoyo al Gobierno: la Superintendencia de Notariado y Registro, Fiduagraria y más proyectos de vivienda, vías y canchas deportivas parta sus alcaldes dentro de las que financia un documento Conpes aprobado esta semana, que destina 813 mil millones de pesos para ese tipo de obras en municipios con necesidades pero que no están priorizados para el posconflicto.
En las tres aspiraciones, el Gobierno no ha cedido.
Los godos aspiraban a tener la Supernotariado, como contamos, desde antes de que Cambio Radical saliera del Gobierno y quedara su dirección vacante.
Cuando Vargas Lleras rompió cobijas con el Gobierno y salieron del gabinete los de su partido, el presidente Santos encargó dicha entidad al viceministro de Justicia, Carlos Medina, que es un técnico y no es cuota burocrática.
”La JEP es un momento para hablarle al país”
Aún así, los senadores azules quieren que el viceministro Medina asuma la dirección de la entidad en propiedad porque les da la confianza que venga de un ministerio de cuota conservadora, a través del ministro Enrique Gil. Sin embargo, los azules en la Cámara quieren allí una cuota política de ellos, y hasta ahora solo” les dieron” la Secretaría General.
Allí quedaría Martha Lucía Rodríguez Lozano, una internacionalista con especialización en Gobierno, que lleva casi 10 años trabajando en el Estado, y que desde hace dos años es el enlace del Ministerio de Minas (en cabeza de cuotas azules) con los congresistas, cargo en que se convirtió en una de las funcionarias del Gobierno más cercanas a la bancada conservadora.
En Fiduagraria sigue la interinidad porque la junta directiva de esta empresa que financia proyectos del agro exige a un técnico como su Presidente pero los conservadores quisieran poner a una cuota de ellos allí.
Y en el tema de los proyectos del Conpes, una alta fuente del Gobierno que conoce del tema nos explicó que los proyectos aprobados son “irreversibles” porque en dos días arranca la ley de garantías (que congela los recursos del Gobierno para contratar directamente y le prohibe firmar convenios interadministrativos con Alcaldías y Gobernaciones hasta después de elecciones), y también porque muchos de los municipios beneficiados llevan más de cuatro años esperando la aprobación de sus proyectos.
Es decir, como nos dijo una alta fuente del Gobierno “ya no hay más que darles”.
Así las cosas, si el Gobierno no saca un as bajo la manga en las próximas horas que permita que los conservadores se mantengan en la coalición hasta aprobar la reglamentación de la JEP, el proyecto entrará en cuidados intensivos y con él el futuro del Acuerdo de Paz con las Farc.