El cubrimiento reciente de varios medios hace eco al discurso de Duque de la protección a las familias porque se concentra en historias que muestran el drama que puede producir la adicción a las drogas y que antes casi no publicaban. 

Desde hace un mes, cuando el Gobierno publicó el borrador del decreto que le permite a la Policía decomisar cualquier cantidad de droga que porten los ciudadanos, varios medios se pegaron al tono moral con el que el presidente Iván Duque y su ministra de Justicia, Gloria María Borrero, han justificado el decreto.

Duque argumentó en campaña que el decreto es necesario para sacar a las familias del “agujero negro de la drogadicción”.

“Cuántas familias hoy no sufren porque ven a sus hijos caer en esa trampa maligna, porque han aparecido los jíbaros que medran en las escuelas, que llegan a los parques con esa putrefacción,” dijo Duque en un evento ante los cristianos del Mira, que están en el Gobierno.

El cubrimiento reciente de varios medios hace eco a esa afirmación porque se concentra en historias que muestran el drama que puede producir la adicción a las drogas y que antes los medios casi no publicaban.

Así se nota al comparar las noticias indexadas por Google News y que reflejan los términos “testimonio drogas” desde el día de la presentación del borrador de decreto a hoy, cuando hay 19 que muestran esa mirada, y en los dos meses previos, cuando no aparece ni una con esa perspectiva.

Algo parecido ocurre al buscar “infierno drogas” (16 vs 7) o “drama drogas” (7 vs 2).

El foco en las familias

Aunque los medios han tocado el tema del decreto desde otros ángulos como los pros y los contras,  las cifras de decomisos, el auge de drogas sintéticas y también han entrevistado a expertos y a ministros sobre ese tema, desde que el Gobierno presentó el borrador del decreto, ha ganado fuerza el enfoque en testimonios dramáticos de familias afectadas por el consumo.

 

Es una mirada que va en línea con el discurso de Duque de que este decreto sirve para protegerlas.

Un caso llamativo es el de la W que hasta agosto enfocaba su cubrimiento del tema en personas capturadas por vender drogas, incautaciones, operaciones para desarticular bandas de microtráfico, y en estudios sobre drogas.

Desde que salió el borrador del decreto, empezó a incluir historias enfocadas en el consumo en menores de edad. Incluso crearon el hashtag  #EnLaWDrogasEnMenores para animar el debate en redes.

Ese especial incluyó historias como “Padre relata en la W el drama de su hijo sumido en las drogas”,  que sacaron el 3 de septiembre, la semana de publicación del borrador del decreto; el debate “¿Qué putas hacen los papás para luchar contra la drogadicción de sus hijos?” , del 4 de septiembre; o videos como “El sobrecogedor video de niñas fumando marihuana y dándole a una niña más pequeña”. O “El infierno de las drogas relatado por dos niños, Luisa y Sebastián” , de hace dos semanas.

De hecho, una de las principales voces de opinión de la emisora, María Isabel Rueda, defendió a capa y espada el decreto la primera vez que tocó el tema al decir que “se disparó el microtráfico con la disculpa de que se trataba del porte de varias dosis mínimas portadas por una misma persona, por lo tanto la intención del Gobierno es buena”.

Ese argumento es el mismo que ha usado Duque para decir que los jíbaros se esconden en la dosis mínima, lo que muestra la sintontía entre ese cubrimiento y los argumentos del Gobierno.

Tan jugada está la W con el decreto que frente a un testimonio del papá de un drogadicto, Julio Sánchez Cristo dijo al aire “yo quiero pedirle al presidente Duque que escuche esta grabación para que valore lo que está haciendo aún más”. 

El foco en el consumo

Otros medios, más que en las familias, se han enfocado en mostrar el consumo como un “infierno”, algo que ayuda a reforzar la narrativa de Duque sobre por qué es necesario el decreto.

Por ejemplo, una semana después de que salió el borrador del decreto, Noticias Caracol sacó una nota que asegura que el “consumo interno de drogas se ha disparado. Por lo menos tres millones de colombianos han consumido alguna sustancia”.

Sin embargo, como lo explica en esta entrada de La Silla Llena Juan David Gelvez, investigador de la Fundación Ideas para la Paz, FIP, el país no tiene cifras fiables sobre el consumo.

En la misma nota de Caracol, en voz en off, el periodista Juan Diego Alvira muestra posibles consumidores diciendo “parecen zombis, poseídos por el demonio del bazuco” y, acto seguido, intenta mostrar el efecto que produce la droga en el cerebro metiendo un Alka Seltzer en un vaso de agua. (lo que le valió muchas críticas en redes por lo inexacto de la comparación).

El hashtag elegido por Caracol para esa y otras historias relacionadas fue #DosisDeMuerte. 

Otros medios también han mostrado el consumo con una carga clara.

“Refuerzan el discurso del miedo a las drogas, que es el del Gobierno, y parecen en bicicleta estática porque se siente como si estuvieramos volviendo a una retórica de los ochentas donde se genera ese miedo que es una limitación a las audiencias de encontrar otros puntos de vista, ángulos más científicos, académicos, que puedan aportar también a la discusión” dijo a La Silla Jonathan Bock, experto en medios de la Fundación para la Libertad de Prensa.

En esa línea el primero de octubre, día que Duque firmó el decreto, Noticias RCN lanzó el especial ‘Drogas: historias de adicción’.

En palabras de la presentadora del noticiero, Jessica De la Peña, se trata de “testimonios de personas que han vivido el infierno del consumo, que están en recuperación o que aún están en etapa de desintoxicación”.

Todos los días publican un testimonio nuevo.

Por ejemplo, han sacado historias como “Hija de padres drogadictos cuenta su historia de vida”, “El testimonio de Jazmin, quien es adicta desde los 13 años” o el de Nicolás Merizalde, hoy líder de un centro de rehabilitación que cuenta que era tal su adicción que una vez un jíbaro le dijo que por diez gramos de perico se dejara tocar.

Ese especial lo retomó NTN24, el canal internacional de RCN, y lo presentó como “testimonios de quienes estuvieron sumidos en el mundo de las drogas y que hoy relatan como lograron escapar de ese infierno”. 

El adjetivo “infierno” se repite en otros medios también enfocado en el consumo en familias.

Por ejemplo, un día después de firmado el decreto Semana.com sacó un podcast titulado “El Infierno de las drogas: testimonios de una lucha silenciosa”

Antes entrevistaron a un papá que ya había salido en la W hablando sobre la adicción de su hijo, y titularon la historia “Todo comenzó por un brownie de marihuana: el testimonio de un padre con su hijo en las drogas”.

Con esas historias queda claro que, por ahora, de los tres tonos que tiene el Gobierno para hablar de drogas -el radical del ministro de Defensa, Guillermo Botero, el que defiende el Acuerdo del Alto Consejero Emilio Archila y el moral de la ministra de Justicia Gloria María Borrero- en los medios va ganando el tercero.

Periodista y politóloga. Soy cofundadora e investigadora de la Fundación Conflict Responses, CORE, que busca investigar, entender mejor e incidir en lo que ocurre en el campo colombiano en cuanto a la violencia, la paz, movimientos sociales y el medio ambiente. En La Silla Vacía cubrí por cuatro...