“Es una reunión un poco secreta”, le dijo a La Silla una de las personas que asistió a un encuentro no oficial de ministros y funcionarios el sábado pasado sin la presencia del presidente Gustavo Petro. El nombre en clave de la reunión era “Leales por el cambio”. Fue un almuerzo a las afueras de Bogotá, y estaba invitado un grupo selecto de ministros y funcionarios, los más cercanos al presidente. Fueron excluidos los ministros que se consideran “santistas” o alejados del programa de gobierno.

La Silla confirmó que no es la única reunión de facciones del gobierno para coordinar la defensa frente a lo que consideran amenazas a la visión de Petro: externas e internas. La ruptura reciente de la coalición con sectores fuera de la izquierda y la desconfianza de Petro que ha hablado de un “enemigo interno en el gobierno” han alimentado un ambiente de guetos y vigilancia mutua entre funcionarios. Un contexto similar al que se vio en la Alcaldía de Bogotá.

“La pregunta central que está en el ambiente es: quién está con nosotros y quién no. Hay mucha presión para escoger un bando”, le dijo a La Silla otra fuente del gobierno que pidió no ser citada.

El almuerzo de los “Leales por el cambio”

A la reunión del sábado no estuvieron invitados ministros como Mauricio Lizcano (TIC), Luis Fernando Velasco (Interior) y Catalina Velasco (Vivienda). Los dos primeros hacen parte del sector del gobierno que viene de partidos tradicionales (La U y el Liberal) y que fueron cercanos al gobierno de Juan Manuel Santos. Catalina Velasco, aunque es cercana a Petro a través de su esposo, Eduardo Noriega, está en el gabinete como cuota del Partido Liberal e internamente no la ven como parte del corazón del petrismo.

Los invitados fueron los que vienen del proyecto original de Petro en la alcaldía, estuvieron en el equipo del empalme y en Colombia Humana. Ministros como Guillermo Alfonso Jaramillo (Salud), Ricardo Bonilla (Hacienda), Irene Vélez (Minas), Susana Muhamad (Ambiente), y funcionarios como Daniel Rojas (SAE) y Cielo Rusinque (DPS).

El almuerzo tenía dos objetivos. Primero, según una fuente que asistió, “poner nuestra capacidad en función del programa legítimo de gobierno”, es decir, las ideas más cercanas a la izquierda consignadas en su programa original

Y el segundo objetivo era alinear a los ministros para defender al gobierno. “Compartimos nuestras preocupaciones y la necesidad de defendernos del anunciado golpe de Estado e incluso de los ataques de los medios”, dijo la fuente.

La Silla confirmó que entre los asistentes estuvieron los ministros Irene Vélez y Ricardo Bonilla. Pero las versiones sobre el objetivo del encuentro difieren. Bonilla, por ejemplo, dijo que fue un encuentro personal. “Forma parte de mi entorno privado, como cuando usted cena en familia y amigos”, le dijo a La Silla.

Su versión contrasta con la que dio una fuente del Ministerio de Minas que se refirió al encuentro como “un almuerzo interno de trabajo con el equipo de gobierno, como cualquiera de los que se hacen con los ministros”.

Las versiones de asistentes y personas del gobierno que supieron del encuentro apuntan a un punto medio: una reunión que sí trató temas de gobierno, pero de forma no oficial y entre un sector que se considera el más “leal” al presidente.

“Estamos estrenando Plan de Desarrollo y remezón ministerial. Esto tiene que traducirse, no en radicalizar, pero sí en hacer un plan leal con el programa de gobierno. Buscar alianzas con el movimiento social”, dijo una fuente que asistió a la reunión.

La reunión de los “Leales por el cambio”, sin ministros como Lizcano y Velasco, va en la línea de una nueva etapa en la que Petro ha empoderado a los suyos después de la salida de los ministros más de centro como José Antonio Ocampo, Cecilia López y Alejandro Gaviria, que salieron justo por cuestionar las reformas. 

El detectivismo dentro del gobierno

La Silla confirmó con tres fuentes independientes entre sí que hay al menos otros dos sectores que se han reunido en los últimos meses con la misma lógica defensiva.

El primer grupo es liderado por Augusto Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección y que ha sido la sombra de Petro durante 30 años. Rodríguez ha estado en varias reuniones a las que han asistido otras personas del círculo de inteligencia en el gobierno: Manuel Casanova, director de la Unidad Nacional de Inteligencia. Y también Andrés Idárraga, director de Transparencia, quien es uno de los más alineados con Petro en el gobierno.

“Es un sector del hiperpetrismo. No sienten cercano a Velasco, no sienten cercano a Lizcano ni a Eduardo Noriega. Y parece que va a haber un fuego amigo grande. Ataques contra lo que ellos llaman el santismo”, dijo una fuente del gobierno que pidió no ser citada.

Es un rol de “detectivismo” —en palabras de una persona que trabajó en el equipo de la Alcaldía— que Augusto Rodríguez siempre ha ejercido desde que comenzó a trabajar con Petro en los noventa y que fue muy notorio en la Alcaldía de Bogotá. “Augusto era alguien de bajo perfil, pero que sabía mover muy bien la fibra sensible de Petro: la teoría del complot. Todo el tiempo manipulaba la información y metía ruido para hacerle creer que estaba rodeado de gente desleal”, dijo la fuente de la Alcaldía.

También se ha reunido informalmente un grupo de funcionarios relacionados con temas económicos. La Silla confirmó que el lunes hubo una reunión en la que estuvo de nuevo el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, junto con funcionarios como el director de Innpulsa, Hernán Ceballos y otros funcionarios relacionados con temas económicos.

Dos de las fuentes coincidieron en que no era una reunión rutinaria sobre temas económicos sino un encuentro informal y que el objetivo era “planear estrategias para la defensa del gobierno. Porque hay un montón de santistas que no entienden las instrucciones ni las reformas del presidente”, dijo una de las fuentes.

Aunque Petro no ha participado en ninguna de estas reuniones ni tampoco su secretaria privada Laura Sarabia, los encuentros han sido alimentados por varios discursos del presidente. En noviembre dijo que “el principal rival del Gobierno está en su interior. Hay un enemigo interno representado por creencias y personas que hace que no se permitan los cambios a pesar de que el presidente quiere”. Un mensaje que reforzó hace dos semanas cuando despidió a siete ministros a quienes consideró que no fueron suficientemente leales con su visión.

Esos llamados del presidente han sido respondidos por los “Leales por el cambio” y un ambiente de mayor desconfianza dentro del gabinete.

Estudié periodismo en la Universidad de Antioquia y allí hice un diplomado en periodismo literario. Antes cubría el poder en Antioquia para La Silla. Trabajé en El Colombiano y fui subeditor del impreso de El Tiempo. En 2022 participé en el libro 'Los presidenciables' de La Silla Vacía y en 2020...