En las elecciones regionales resulta difícil leer los ganadores porque hay cinco competencias al mismo tiempo: alcaldías, gobernaciones, concejos, asambleas y las JAL. Lo que sí resulta fácil de identificar es qué candidatos que se veían como favoritos no resultaron electos.

El favoritismo de los quemados se mide por varias razones: una extensa trayectoria política, un alto reconocimiento y el uso de maquinarias o estructuras para la elección. También juega muchas veces la posibilidad de ser herederos políticos.

Entre los quemados, el de mayor impacto para el gobierno fue Gustavo Bolívar. Él, como candidato a la Alcaldía de Bogotá, era la principal apuesta del presidente Gustavo Petro en la elección regional, en una ciudad donde había sido alcalde entre 2012 y 2015 y donde había logrado casi el 60% de la votación en la segunda vuelta de 2022. Pero ni sus “Tomas de Bogotá” ni su viaje a China para hablar del metro que él quería, sirvieron para evitar que Bolívar quedara tercero.

Otro de los quemados en la elección de ayer que también se había quemado en las presidenciales del año pasado:

En Antioquia, que es junto a Santander el territorio más antipetrista del país, le cobraron a Luis Pérez haberle hecho campaña al presidente el año pasado.

Uno de los que está más acostumbrado a estar en esta lista de quemados es Roberto Ortiz, el empresario del chance de Cali al que Alejandro Eder le ganó por una ventaja que no anticipó ninguna encuesta.

En el listado de quemados entre dos exministros de Iván Duque: el de Defensa, Diego Molano, quien apenas pasó del 2% y la de Interior, Nancy Patricia Gutiérrez.  Así como hay candidatos que repiten en los cargos, hay quemados repitentes como ella.

A pesar de que la agenda de la seguridad estaba en el centro de la preocupación de los votantes, según varias encuestas, eso no se trasladó en apoyos hacia generales retirados de la Policía o del Ejército que se unieron al listado de quemados.

El general Mora fue hasta el año pasado comandante de la Octava División del Ejército, el general Murillo era el comandante del Gaula de la Policía y el general Vargas era el director de la Policía en el gobierno de Duque.

En la selección de los derrotados en las elecciones de ayer también quedaron senadores con alto reconocimiento, que no lograron aterrizar este año al poder regional.

Junto a Serpa, también figura en el listado de “delfines” quemados Rodrigo Lara Restrepo, hijo del asesinado exministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla. Lara no superó los 70 mil votos en su intento por ser alcalde de Bogotá.

Dos de los quemados con apoyos cuestionados e integrantes de clanes políticos que no lograron consolidar su poder este año:

La selección de quemados la cierran los candidatos al Concejo a los que los sirvió el empujón de líderes nacionales.