Foto: Corporación Colombia Joven, Cauca.

El “monstruo” de la corrupción no asusta por las noches. Se esconde en los contratos, se roba los impuestos y pone a su hermano como senador. 

Y como muchos colombianos están cansados de la corrupción, esta bandera se ha convertido en una de las principales de la campaña; da votos y es un pegajoso eslogan para quienes quieren, por fin, acabar al monstruo. 

Existen personas que en su lucha contra la corrupción no buscan votos sino cambiar la realidad del lugar donde viven. Estas son cinco historias de líderes anónimos que combaten la corrupción en su día a día y no sólo cada cuatro años: 

“En Colombia ya no hay corrupción, hay crimen organizado”: Víctor Hugo Quintero, Comuna 6, Medellín

Víctor Hugo Quintero tiene 58 años y vive en el barrio Kennedy, en la comuna 6 de Medellín. Pasó de participar en grupos juveniles de trabajo comunitario a ser el presidente de la Junta Comunal de su barrio. Estudió filosofía hasta séptimo semestre en la Universidad de Antioquia, ha trabajado en proyectos residenciales en Bello y le ha dedicado buena parte de su vida al control ciudadano en su comuna. Ahora es el coordinador de la veeduría ciudadana a su plan estratégico.

“La corrupción es un fenómeno social muy preocupante, porque en el caso de nosotros hizo metástasis. En Colombia ya no hay corrupción, hay crimen organizado. Ya es una corrupción muy sofisticada, ya no es el ciudadano o el funcionario público que por alguna circunstancia ve la oportunidad de tomar un recurso público o de aprovecharse de su cargo. Hay unas estructuras muy fuertes de corrupción. Y lo que más nos preocupa es que ya llegó a nuestras comunas esa sofisticación. 

En la Veeduría llevamos 10 años e inició precisamente por una decisión de los habitantes de la comuna 6. Hoy somos cuatro veedores que trabajamos. Nos ha tocado construir una estrategia de comunicaciones con base en plataformas gratuitas. Tenemos un plan de veedurías y cada año revisamos toda la contratación de presupuesto participativo, que es el único recurso que le llega al plan estratégico. 

El plan estratégico supuestamente está orientado hacia el desarrollo de la comuna 6, pero la gestión ha sido muy pobre. Nos enfocamos en donde vemos que hay una alerta de un posible riesgo de corrupción. Hacemos el foco ahí y a través de medios de comunicación hacemos alertas tempranas y pronunciamientos. Finalmente, en el mes de noviembre o diciembre estamos sacando el informe anual de veedurías.

Hay muy poca voluntad política, para acompañar, fortalecer, para lograr que se cumpla la Constitución Política y las leyes. En el discurso, en la demagogia, es el tema reiterativo de lucha contra la corrupción, de transparencia, de la moralidad pública. Se queda en eso, en la demagogia de campaña. A eso le sumamos la invisibilización por parte de las entidades públicas, nosotros estamos en una condición de debilidad muy grande, no tenemos recursos, pero a las personas o a las entidades que les hacemos control tienen muchos recursos.”

“Normalmente este tipo de causas las lidera una persona y lo que pasa es que se pone en riesgo”: Paola Pineda, Florencia, Caquetá 

Nini Paola Pineda es comunicadora social. A sus 36 años, dice que trabaja duro por su departamento porque está enamorada del Caquetá. Hoy hace parte de la RED Caquetá Paz, una organización que lleva diez años capacitando a líderes sociales en el departamento para aumentar su incidencia en la política regional. Desde el Acuerdo de Paz, la red supervisa el trabajo de sustitución de cultivos ilícitos en Caquetá. 

“Para nosotros el tema de corrupción es toda esa lógica viciada que hay en la identificación de proyectos hasta que el proyecto finalmente se entrega. Y aquí, nosotros trabajamos muchísimo el tema de fortalecimiento de capacidades de los líderes del Caquetá, consideramos muy necesario que la gente haga un ejercicio de diálogo con herramientas, con argumentos, con soporte. 

Inicia con un tema de formación de auditoría ciudadana y a partir de ahí desarrollamos ejercicios prácticos con la gente. Desde el 2018 hacemos un ejercicio práctico de seguimiento a la implementación del Plan Nacional de Sustitución de Cultivos en el Caquetá, identificando cómo se presentan situaciones de corrupción alrededor de la implementación del Acuerdo. También venimos trabajando en el acompañamiento a las denuncias y en el tema del cuidado colectivo, en vez de poner liderazgos individuales, porque normalmente este tipo de causas las lidera una persona, y lo que hacemos es ponerla en riesgo. Entonces el tema es promover liderazgos colectivos, de manera que se reduzcan estos escenarios de riesgo.

Pues honestamente, las promesas de lucha anticorrupción las vemos sencillamente como eslogan de campaña. Nosotros lo que efectivamente debemos trabajar es desde la búsqueda más bien de gestiones transparentes, no desde slogans bonitos y bien armados. Aquí no hay tal discurso. Al Caquetá no llegan con el discurso anticorrupción, ni siquiera se atreven a decirlo porque sería demasiado absurdo.”

“No hay una política pública decidida que incluya el tema de la justicia y el control ciudadano”: Diógenes Rosero, Barranquilla, Atlántico

Diógenes Rosero es economista e historiador económico. Fue candidato a la Alcaldía de Barranquilla en el año 2019. Hoy, a sus 44 años, es el director ejecutivo de la Fundación Foro Costa Atlántica y desde 1991 trabaja por la consolidación de la cultura política y la transformación de la gestión pública en la Costa Caribe. 

“La corrupción es el uso de los dineros públicos en beneficio propio, es la utilización de las influencias y la utilización de los recursos públicos para un enriquecimiento personal o para favorecer a terceros. En la Costa Caribe lo que vivimos es un problema de corrupción a escala general, y un problema de la corrupción relacionado con el ejercicio del poder político, ligados al fenómeno del clientelismo. 

Foro Costa Atlántica se metió en el fortalecimiento de los gobiernos locales, a ver si eso, de alguna manera, ayudaba a aumentar la transparencia. Nos dimos cuenta de que con la descentralización administrativa del país, los municipios no tenían las herramientas que se necesitan para hacer veeduría, para hacer control municipal y nunca funcionaron. 

Por eso Foro se metió a hacer programas con jóvenes que fomentaran la veeduría ciudadana alrededor de la gestión pública. También estuvimos muy metidos en la gestión pública local, cuando en Barranquilla comenzó a darse un proceso de degradación del uso de los recursos públicos. Después también iniciamos un proceso con la Misión de Observación Electoral y el trabajo fue alrededor del tema de la transparencia desde la capacitación ciudadana. En la ciudad ahora encontramos muy pocas organizaciones con las que se puede hacer veeduría, se han ido cerrando o las amenazaron. 

Creo que la lucha anticorrupción ha sido un tema que ha cogido fuerza. Se convierte en un discurso, pero cuando miras dentro del programa de gobierno de los candidatos no están las reformas necesarias. No hay una política pública decidida que incluya el tema de la justicia y el control ciudadano. Si no hacemos que este problema de la corrupción sea un problema de la ciudadanía y le damos garantía a la gente para que el territorio denuncie, pues no vamos a solucionar el problema. Y tiene que ver con las garantías, que la gente pueda hacer veeduría sin que sea amenazada.” 

“La indignación por sí sola no es suficiente”: Santiago Parra, Bogotá

Santiago Parra tiene 24 años, está en décimo semestre de derecho y en sexto de economía en la Universidad de los Andes. Le encanta el fútbol y es hincha acérrimo del Independiente Santa Fe. En 2017, con cuatro amigos decidieron fundar la Red Universitaria Anticorrupción. La red UVA -como la llaman- investiga sobre posibles soluciones a la corrupción y educa a jóvenes sobre este fenómeno. 

“La red nace a partir de un sentimiento de inconformismo. Había una indignación, pero nosotros dijimos que la indignación por sí sola no es suficiente. Entonces decidimos materializar ese inconformismo y esa indignación a través de la Red UVA. Nosotros nos dimos cuenta que las acciones en contra de la corrupción eran mediocres por parte de las instituciones que hacen control y vigilancia. Aquí solo hay una lucha de forma reactiva, es decir, que cuando ya está el problema, pues ahí sí las instituciones toman cartas en el asunto y hacen algo para combatir la corrupción. La corrupción requiere un ataque integral, sí necesita un ataque reactivo pero también un enfoque preventivo. 

Tenemos tres enfoques. Uno es la investigación, donde hacemos investigaciones académicas sobre temas específicos de corrupción, con el fin de proponer soluciones y llevarlas ante las instituciones encargadas de implementarlas. El segundo es el foco preventivo que es desde el centro de transformación social. Trabajamos directamente con comunidades y hacemos capacitaciones sobre corrupción. Y el tercer foco es tratar de visibilizar la corrupción de una manera imparcial, pero también educando sobre sus causas y consecuencias.

Y es que la corrupción se volvió la bandera de todo el mundo. Pero pues nosotros entendemos que la corrupción primero no entiende de estratos, no entiende de ideologías políticas, no entiende de orientaciones sexuales, de orientaciones religiosas. La corrupción es un fenómeno que está inmerso en todos nosotros y por eso se ha normalizado y casi que lo venimos haciendo de manera inconsciente.

La campaña electoral es algo frustrante. Una de las tareas que tenemos en esta coyuntura es tratar de hacerle ver a la gente que más allá de que el político o tal candidato te diga que quiere combatir la corrupción, que no se queden con eso, sino que también digan pero ‘¿cómo me vas a materializar esa lucha contra la corrupción? ¿qué vas a hacer?’  Que no traguen entero”

“El problema es que la gente asume que eso es normal”: Carlos Edwin Ararat, Norte del Cauca

Carlos Edwin Ararat vive en Villarica, Cauca. Desde hace diez años es el director de la Corporación Colombia Joven, una organización que promueve la capacitación y la participación política de jóvenes y líderes en el Norte del Cauca y el Sur del Valle. 

“En el norte del Cauca hay muchos niveles de corrupción y de todos lados. El problema es que la gente cree que eso es normal. La gente a veces naturaliza eso porque siempre ha sido así. Y como siempre ha sido así, a veces se asume que esa es la única manera de hacer las cosas. 

Uno de los grandes retos que habría que trabajar sobre el tema de la corrupción es ese, demostrarle a la gente que lo que siempre le han dicho no es así y no tiene por qué ser de esta manera. Nosotros hemos trabajado mucho para capacitar a la gente para tome decisiones de otras maneras, incluso organizamos unos espacios de formación y tenemos grupos juveniles, de los cuales hacemos una serie de espacios de conversación y debates desde la identidad étnica y de participación política. 

Como parte de nuestro trabajo, acompañamos a la Misión de Observación Electoral en seis municipios del departamento. Pero también hemos hecho una serie de investigaciones para conocer otros esquemas de la corrupción en el Norte del Cauca y darles visibilidad en medios. 

No es bueno que simplemente tú hables de la lucha anticorrupción para agradar a otros y a otras, simplemente para que tú sientas que hay que decirlo en el papel y ya. Pero después del proceso de paz, por lo menos el tema entró en la agenda nacional. Antes de eso, los que luchamos por temas de corrupción ni siquiera nos escuchaban.”

Soy periodista del En Vivo y también escribo sobre política exterior, la relación con Venezuela y migración. Estudié historia y ciencia política, con énfasis en relaciones internacionales y periodismo, en la Universidad de los Andes.