Los tres pulsos que abre Uribe en su partido con la lista al Senado

Esta semana es de alta tensión en el Centro Democrático. La bancada más grande del actual Congreso, el partido del Gobierno, está en plena definición de los puestos de las listas al Senado, con el reto de mantener una alta votación. En 2018 sacó 2.5 millones de votos. Ahora llega cargando a cuestas con el sambenito de la impopularidad del presidente Iván Duque y la ausencia de Álvaro Uribe, líder máximo de la colectividad.

Que Uribe no esté va a pesar: por el expresidente votaron en 2018 poco más de 870 mil personas y por el logo (que es su silueta) un poco más de 500 mil. Es decir, 1 de cada 3 votos del uribismo fueron por la figura del expresidente; y las cuentas más optimistas dentro del partido apuntan a que la lista logre entre 14 y 17 curules.

Es por eso que en la filigrana de armar las listas, Uribe ha estado al frente del cañón, luego de mirar desde la barrera la definición de Oscar Iván Zuluaga como candidato presidencial. “Está llamando a cada congresista, invita a reuniones, está más activo”, resumió un congresista que ya estuvo con él en su finca en Rionegro.

Y esta semana pasarán por Bogotá dirigentes regionales para definir si estarán en el listado final, en el que prima la palabra del expresidente, donde de todos modos, en vez de cerrar, se abrirán nuevos pulsos entre políticos uribistas que se zanjarán en las urnas.

Estos son los tres clave:

1. La marca Uribe vs las bases uribistas

Uribe ya pasó una prueba ácida, ayer, al anunciar a Miguel Uribe Turbay como su cabeza de lista del Senado, por encima de la senadora María Fernanda Cabal, quien venía recogiendo la base uribista purasangre y de extrema derecha. Cabal logró el segundo lugar de la encuesta presidencial del partido que ganó Zuluaga, con 22 por ciento.

Tener el primer puesto de cualquier lista es codiciado por los políticos por su fácil recordación y ubicación en el tarjetón. En el caso del Centro Democrático, el exsecretario de Gobierno de Enrique Peñalosa reemplazará al expresidente, que tuvo en 2014 y 2018 ese puesto y sacó la mayor votación del partido y el país.

El mensaje político que se leyó dentro de la bancada uribista, es que el expresidente quiere mostrar al Centro Democrático como un partido alejado del extremo que representa Cabal. “Estaba cantado (que Miguel tendría el 1) y Uribe le dio su palabra leyendo un momento político”, dijo el representante Eduard Rodríguez, quien saltará al Senado.

Aunque no están emparentados, mantener el apellido Uribe en el primer puesto de votación puede ser un activo para Miguel Uribe, quien desde la semana pasada viene impulsando su talante uribista. En una entrevista en Semana, Uribe advirtió que votó No en el plebiscito —un requisito para las bases uribistas— y ha dicho que estará trabajando “contra la izquierda radical”.

Luego de una segunda derrota dentro de su propio partido, la senadora Cabal dijo sentir “frustración” por la decisión de su jefe político. Y su apuesta ahora será ganarle a Uribe Turbay en las urnas.

“Vamos por la curul más votada, ya luego escogeremos el número”, dijo Cabal. Uribe Vélez le había ofrecido el puesto 100 (que también tiene recordación), pero en las últimas horas la senadora pidió tener el 10 (usualmente los números cerrados como éstos son apetecidos en las listas).

Un pulso con el nuevo Uribe en el que Cabal ya llamó a la militancia purasangre que la apoyó en redes para ganar en las urnas: “les pido que no se vayan, quiero que me acompañen en esta elección, porque el reto es seguir conectando con la gente, que fue lo que yo logré”, dijo Cabal en una transmisión en vivo por redes en las últimas horas, con el ímpetu de ser la primera persona sin el apellido Uribe en arrastrar al Centro Democrático.

2. Las maquinarias políticas vs. los influenciadores

Además de Uribe, habrá al menos otros tres senadores del Centro Democrático que no repetirán aspiración: el senador e ideólogo del partido, José Obdulio Gaviria, quien está en desacuerdo con la lista abierta que impuso el expresidente; el senador duquista Ernesto Macías, por amenazas para realizar activismo político en su natal Huila; y la senadora María del Rosario ‘Charo’ Guerra, quien se dedicará a impulsar la candidatura de Zuluaga a la presidencia.

Para tapar ese ‘hueco’ de poco más de 92 mil votos entre los tres (la mayoría del senador Macías Guerra con 39 mil votos), la apuesta de Uribe es impulsar maquinarias políticas uribistas establecidas en varias regiones del país y poner a mover votos de opinión de influenciadores uribistas en redes.

Hay casas políticas regionales consolidadas que ya arman campaña: en Sucre, la casa Guerra, que lidera ‘Charo’, impulsará a Tatiana Guerra, sobrina de la actual senadora e hija de Joselito Guerra, amigo de años de Uribe y directivo del Centro Democrático.

En Antioquia quedó confirmado el regreso de Paola Holguín, líder del grupo ‘Los Paolos’ que tienen concejal en Medellín y tendrá tres candidatos a la Cámara en Antioquia, Cundinamarca y Amazonas. Caso similar es el de John Harold Suárez en Valle, quien tiene grupo y cuotas políticas en el norte del departamento, principalmente en su Buga natal.

Eso contrasta con el voto de opinión que apuntan a buscar los influenciadores de redes que Uribe está buscando para armar su lista. Una estrategia que también usó en 2018, aunque ninguno fue elegido.

Ya están confirmados en esas listas los abogados Miller Soto, de Barranquilla; y Jaime Arizabaleta, de Cali. Además de Laura Medina, jefe de prensa del expresidente, quien irá en la lista a la Cámara. “Es un reto espectacular”, nos dijo Soto. “No me disgusta pelear con la maquinaria por votos, tengo cierta visibilidad por mi activismo, pero no es lo único”.

La ausencia de Uribe para arrastrar votos y curules inquieta a los aspirantes, que buscan mantener en sus filas el voto disciplinado del uribismo. “Tenemos un nicho que no es de estómago, que no es de tamal, sino es puro corazón”, dijo el senador Ciro Ramírez, que también tiene grupo político en Boyacá, en referencia al voto de opinión. “Hay gente que aún ama a Uribe, esa es una gran ventaja”.

3. Unos políticos regionales vs. otros políticos regionales

La lista que está armando Uribe al Senado también tiene impacto regional. Al menos en zonas clave para el voto del Centro Democrático aún hay peleas sin zanjar derivadas de viejas rencillas o votos compartidos.

El caso que más lo ejemplifica es el de Alirio Barrera, el exgobernador de Casanare y nueva cara regional del uribismo, con sombrero llanero, luego de participar en la encuesta de precandidatos. Quedó cuarto en la encuesta presidencial del partido y Uribe le pidió en una reunión en Rionegro que aspirara al Senado. Eso pese a que su fuerte electoral lo comparte con su prima, Amanda Rocío González, quien fue la tercera votación más alta del Senado uribista en 2018, apalancada por la maquinaria del entonces mandatario regional.

Pero desde octubre, ambos políticos están alejados. Todo apunta a que la pelea arrancó cuando González apoyó una lista diferente a la de Barrera para la convención nacional uribista. El hecho fue criticado por el propio Uribe, quien le pidió a la senadora que dejara “los individualismos”. Y hasta ahora ella sigue firme con su aspiración para repetir curul. Barrera esta semana definirá su puesto en una reunión en Bogotá.

Otra tensión ocurre en Bogotá. Está previsto que aspire al Senado el representante Eduard Rodríguez, quien tuvo la votación más alta de la lista en Cámara con 100 mil votos. Y al mismo tiempo, Uribe le está pidiendo al también representante de la capital, Gabriel Santos, que también salte. Pero eso dependerá de cómo esté conformada la lista a la Cámara.

Si es cerrada, como quiere Rodríguez para que toda la lista lo apoye, Santos no repetirá aspiración. Y si la lista se abre, Rodríguez consideraría la movida como una “traición a pactos establecidos previamente”, según nos dijo. A lo que se suma que Santos tiene pendiente una conversación con Uribe para definir su futuro político en la lista.

Otra pelea por votos de las mismas casas está prevista que ocurra en Antioquia. En la región más uribista del país, el representante Esteban Quintero aspirará al Senado. Un salto que le apunta a votos similares de su fórmula en 2018, el senador Santiago Valencia, hijo del exministro uribista Fabio Valencia Cossio.

Soy la editora de la sección En Vivo, coordinadora de podcast de La Silla Vacía y dirijo los Huevos Revueltos con Política. Soy periodista de la Santo Tomás y tengo una maestría en ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario. Fui reportera política en El Nuevo...