El discurso del presidente Gustavo Petro durante un evento de entrega de tierras en Zarzal, Valle del Cauca, dejó ver los caminos que su gobierno puede tomar después del rompimiento de la coalición después de pedirles la renuncia protocolaria a todos sus ministros.

Petro le habló durante media hora a 90 familias a las que les entregó mil hectáreas. A su lado derecho estaba su ministra de Agricultura, Cecilia López y al izquierdo, el director de la SAE, Daniel Rojas Medellín.

En varios momentos de su intervención, hubo gestos y palabras de reclamo de Petro hacia López por las dificultades que ha tenido su gobierno para entregar tierras. En contraste, destacó que esas tierras se estuvieran entregando gracias a la SAE. Un reclamo a una funcionaria del ala liberal del gabinete que ha sido crítica de sus políticas en público y en privado y un elogio a uno de los funcionarios más petristas de su gobierno.

El episodio, en el que incluso la ministra quedó por fuera de la foto de la entrega simbólica, mostró también la distancia que Petro empieza a tomar de algunos de sus funcionarios y el “replanteamiento del gobierno” del que habló en Twitter.

Además de esos gestos hubo tres ideas claves que ayudan a escudriñar lo que está pensando Petro cuando plantea un revolcón en su joven gobierno. 

Un “gobierno de emergencia”, un gabinete leal

El discurso de Petro en Zarzal fue la antesala para la crisis de gabinete que confirmó el presidente después de las 10 de la noche cuando anunció el rompimiento de su coalición de gobierno.

En ese escenario y rodeado de campesinos, Petro lanzó el concepto de “gobierno de emergencia”.

En su discurso de Zarzal, el presidente @petrogustavo planteó la creación de un “gobierno de emergencia” porque según él los cambios no se estaban dando por el Congreso.

Aclaró que eso no implica expedir decretos de emergencia. pic.twitter.com/OaBrvNUcUX

— La Silla Vacía (@lasillavacia) April 26, 2023

En ese gobierno, según Petro, deben estar funcionarios “cuyo corazón esté a favor de la gente humilde y no simplemente de ganar un salario y unas comisiones”. Las modificaciones implicarían nombrar ministros que estén alineados con sus políticas.

“Petro no encuentra campo en su actual gabinete para hacer las reformas que quiere”, opina León Valencia, director de la Fundación Pares. “Él les estaba haciendo caso a sus ministros de Agricultura y Hacienda, pero se le acaba la paciencia”, agregó.

Según Valencia, los ministros liberales como Ocampo y López eran el muro de contención para que Petro hablara de temas como expropiación o impuesto a tierras improductivas.

Por eso, desde el año pasado el gobierno intentó comprarle a Fedegán 3 millones de hectáreas, un acuerdo que Petro mencionó ayer en Zarzal que no había podido materializarse porque ofrecieron muy pocas hectáreas productivas. Valencia pone un ejemplo: “Fedegán ofreció tierras que no tenía, por ejemplo 160 mil hectáreas en Aracua, que están en poder del ELN”.

La ruptura de la coalición con los partidos tradicionales puede generar también otra estrategia para ganarse voto a voto el respaldo de los congresistas. “Petro cambiará la estrategia, se radicalizará conformando un gobierno del Pacto Histórico y recogiendo a algunos parlamentarios individuales, cambiando votos por prebendas”, dice Luis Guillermo Vélez, exsecretario de Presidencia en el gobierno Santos.

El riesgo, según Vélez, es que se pueda crear “una coalición inestable con congresistas extorsionando”.

La estrategia de dividir a los partidos para darles ministerios y otros puestos a congresistas a cambio de sus votos puede ser una de las últimas herramientas institucionales a las que pueda apelar el presidente Petro para sacar adelante sus reformas. Hacerlo no sería una novedad, ya lo aplicaron los gobiernos de Uribe y Santos, aunque no lo hizo Duque en su intento por negarse a dar mermelada a costa de una crisis de gobernabilidad.

Órdenes ejecutivas, un camino paralelo al Congreso

El evidente enojo que mostró el presidente Gustavo Petro en su discurso de Zarzal tenía una motivación específica: que las comisiones económicas del Congreso habían negado dos artículos de su plan de desarrollo que le permitían comprar tierras para entregarles a los campesinos, algo que desmienten desde el Congreso.

El presidente @petrogustavo revivió el fantasma de la expropiación, que él mismo había contenido en campaña.

Su argumento es que el Congreso lo está “obligando” a expropiar tierras para cumplir el acuerdo de paz con las Farc. pic.twitter.com/vopPQpCX3M

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La caída temporal de esos artículos y el ajustado apoyo a la reforma a la salud en la Comisión Séptima de la Cámara (10 votos por el sí y 8 votos por el no), llevaron a que Petro hablara de una “guerra” que quería el Congreso.

Sin embargo, negó que al hablar de un “gobierno de emergencia” fuera a expedir decretos de emergencia.

“Esto muestra dificultades para gestionar proyectos en el Congreso. Se buscaba un mecanismo concertado que hubiera podido funcionar, pero aparentemente no le funciona en el congreso”, dice Yann Basset, profesor de la Universidad del Rosario.

“Más allá de eso, el hecho de que mencione la expropiación siempre preocupa, así sea una vía que está en la ley”, agrega Basset sobre la única alternativa que según Petro le dejó el Congreso con la expropiación para entregar tierras a los campesinos.

La declaración de una emergencia económica ha sido una tentación que ha tenido el presidente Petro. En campaña anunció que uno de sus primeros actos de gobierno sería declarar una para atender el hambre, aunque finalmente no lo hizo.

“Si él plantea emergencias jurídicas para gobernar por decreto se va a dar unos golpes muy bravos con las cortes”, dice Luis Guillermo Vélez.

“Las formalidades legales en Colombia son muy importantes y las cortes ya le han tumbado a todos los presidentes declaratorias de emergencia. Las cortes no son antipetristas, pero tampoco son petristas para caminarle a esa idea”, agrega.

El camino alterno al Congreso para aprobar sus reformas no es una opción que considere León Valencia: “no veo a Petro rompiendo el hilo constitucional, él ha sido admirador de la Constitución del 91 y siente al M-19 como dueño de la Constitución”.

Aunque dice que sigue vigente la presión para hacer cambios en el país. “No veo ambiente para una constituyente, pero si las élites siguen en la negativa de aprobar las reformas, seguramente Petro recurrirá a decretos y directivas presidenciales que permitan la Constitución”, concluye.

Un nuevo estallido social convocado por el presidente

El presidente Petro cree que la victoria que obtuvo en las urnas es un respaldo a todas sus reformas y así lo dijo en el discurso de Zarzal, al relacionarlas con las demandas que hubo en el país durante el Paro Nacional.

La calle y el balcón siguen siendo un mecanismo al que quiere apelar el presidente @petrogustavo.

De esas convocatorias habló la semana pasada en EE.UU y lo hizo de nuevo en Zarzal. En las marchas del 1 de mayo espera hablarles a sectores que apoyan sus reformas. pic.twitter.com/vtXilsqfrm

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“Le dijimos al pueblo del estallido social que íbamos a resolver esto por las buenas y por las urnas, pero ahora están burlando las decisiones de las urnas y eso no debe ser”, dijo Petro sobre las dificultades que hay en el Congreso para respaldar su reforma a la salud.

El mismo argumento de Petro lo sigue León Valencia: “el estallido social no puede ser en vano para las élites. El país votó por dos opciones de cambio desde la primera vuelta y si las élites siguen en su negativa a las reformas abren el campo a las confrontaciones”

Petro ya ha intentado convocar varias manifestaciones, aunque no han tenido mayor respaldo. Lo hizo para el 14 de febrero cuando presentó su reforma a la salud y ahora mantiene una convocatoria abierta para las movilizaciones del 1 de mayo, día del trabajo, en las que espera además la participación de los campesinos.

“Que aparezca la protesta convocada desde el gobierno es problemático porque muestra que no están dedicando sus esfuerzos a lo que se debe hacer para aprobar esas reformas. Es además una distracción y muestra de debilidad”, asegura Yan Basset.

La debilidad de las convocatorias que ha tenido el presidente Petro hasta ahora, las explica Luis Guillermo Vélez por la debilidad en la que, según él, está el gobierno. “Vamos a ver un gobierno radicalizado buscando legitimación popular, pero usted no puede hacer populismo sin popularidad y sin plata”.

“¿Qué pasa si Petro saca 100 mil personas a la calle? Nada, con eso no va a aprobar las reformas”, agrega Vélez.

A pesar del recurrente llamado a la calle y el balcón, el presidente Petro no se cierra únicamente al escenario de la movilización y en su discurso del martes insistió en que “a través del diálogo y del pacto se puedan hacer las reformas”.