El presupuesto de asistencia de Estados Unidos para Colombia, que está a punto de ser aprobado, es un triunfo del lobby de las ONG colombianas en el país del norte y refleja claramente las nuevas preocupaciones de los gringos en relación con el gobierno de Uribe.

El presupuesto de asistencia de Estados Unidos para Colombia, que está a punto de ser aprobado, es un triunfo del lobby de las ONG colombianas en el país del norte y refleja claramente las nuevas preocupaciones de los gringos en relación con el gobierno de Uribe.

La Silla Vacía obtuvo el texto del Presupuesto de Inversiones Extranjeras para el 2010 conciliado por ambas cámaras (ver abajo el archivo en PDF) que, según nuestra fuente, será aprobada por Senado y Cámara – sin introducirle cambios – para que Barack Obama lo sancione.

En líneas generales, el presupuesto asignado a Colombia se mantiene. Estados Unidos entregará asistencia a Colombia por 521,8 millones de dólares, 20 millones de dólares menos de los destinados el año pasado. Lo que cambian son las restricciones.

El presupuesto de ayuda extranjera tradicionalmente ha sido utilizado por Estados Unidos como una zanahoria para incentivar ciertos comportamientos en los países receptores.

En esta ocasión, además de mantener todas las antiguas condiciones de desmonte de los paramilitares y respeto a los derechos humanos por parte de las Fuerzas Militares, añadió dos restricciones nuevas: ni un peso para el DAS ni para fumigar en parques o reservas naturales, salvo que no haya otra alternativa y lo autorice el Departamento de Estado.

Se hace explícito, además, que los químicos utilizados para erradicación aérea cumplan con las normas ambientales de Estados Unidos y no pongan en riesgo la salud de los pobladores.

También que dinero de la asitencia social no vaya a ser utilizado para apoyar cultivos o procesamiento de palma africana que amenace la biodiversidad, las fuentes de agua, la seguridad alimentaria o que desplace personas. Estas dos condiciones ya existían en el presupuesto de 2009.

También condiciona la ayuda explícitamente a que el Gobierno respete a los activistas de derechos humanos, las comunidades indígenas y afrocolombianas, los líderes religiosos y los periodistas.

La ayuda para desplazados se mantiene, pero se crea un rubro nuevo de alocho millones de dólares para refugiados en países de la frontera, respondiendo a una solicitud expresa que ha hecho Ecuador, donde el problema de los refugiados colombianos es enorme.

La carta a Hillary

Este presupuesto coincide con las preocupaciones expresadas por varios congresistas demócratas a Hillary Clinton el pasado 9 de diciembre. Y esta carta, a su vez, es el reflejo de un intenso lobby adelantado por activistas colombianos que han trasladado su eje de presión a Washington D.C. como respuesta a las persecuciones del DAS, las estigmatizaciones del presidente Uribe y los falsos positivos.

“Es muerte por ‘power point’” dijo hace unos meses a La Silla Vacía una asistente legislativa de uno de los congresistas democrátas, refiriéndose al intenso lobby de parte de las ONG colombianas y de la Embajada en Washington.

En dicha carta, los demócratas le piden a la Secretaria de Estado considerar algunas “preocupantes tendencias que se observan en Colombia en el campo de los derechos humanos, la democracia y la situación humanitaria”. Y como ejemplos, enumeran las ejecuciones extrajudiciales, los seguimientos ilegales por parte del DAS y el aumento de la violencia.

Dicen que la estrategia de seguridad pública necesita ajustes para proteger a los desplazados y combatir a los nuevos paramilitares antes de que se consoliden más. Por último, denuncian que las campañas de denigración contra los activistas de derechos humanos continúan.

“Estas prioridades también deben reflejarse en el pedido de presupuesto para el Año Fiscal 2011. Después de once años, es tiempo de disminuir la asistencia destinada a los militares colombianos y ‘colombianizar’ esos programas más sistemáticamente, dentro de los presupuestos tanto del Departamento de Estado como del Departamento de Defensa”, dicen.

La ‘colombianización’ del presupuesto militar es un proceso que ya lleva varios años y que terminará de consolidarse supuestamente con los recursos que se recojan con el impuesto al patrimonio que el Gobierno quiere que sea aprobado por el Congreso.

La erradicación aérea, cada vez con menos recursos y apoyo dentro del Departamento de Estado que, por ejemplo, en Afganistán decidió dejar de perseguir a los cultivadores de amapola, también perderá fuerza el próximo año con el recorte de recursos. Más aún si los parques naturales quedan vetados.

Por último, este presupuesto terminará de sepultar al DAS. El aguinaldo de Navidad de los gringos viene con un mensaje claro.

Soy la directora, fundadora y dueña mayoritaria de La Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajé como periodista en The Wall Street Journal Americas, El Tiempo y Semana y lideré la creación...