Pese a su escasa votación la Farc ve en el Pacífico una región potencial para conquistar de cara a las regionales del 2019.
Si bien el recién creado partido Farc tuvo un duro aterrizaje en las elecciones del 11 de marzo, porque no sacaron los dos millones de votos que esperaban y ni siquiera pasaron simbólicamente el umbral, en el Pacífico no perciben que esos resultados sean una derrota.
Al contrario, ven que esta región fue una de las que más los apoyó y que por eso podrán capitalizar esos votos con creces en el 2019, pese a que esta zona del país fue una de las más azotadas por la violencia, como por ejemplo, el norte del Cauca, donde por años sus habitantes vivieron en medio de combates diarios.
En las elecciones los cuatro departamentos del Pacífico pusieron 11.412 de los 52 mil votos de la Farc en Senado (más del 20 por ciento), y la lista de la Cámara en el Valle fue la más votada de las cinco que presentaron con 6.137 votos, superada solo por la de Bogotá.
Por lo que buena parte de sus votantes se encuentran en esta zona del país y por eso ellos se concentrarán a hacer campaña fuerte el próximo año en municipios donde tuvieron presencia histórica para ganar puestos en concejos, asambleas y alcaldías.
En ellos esperan seguir construyendo su estructura política para, de cierta manera, recuperar el poder y control territorial que hace pocos años ejercían a través de las armas.
Las expectativas
La Farc, según nos dijo el exguerrillero y candidato a la Cámara, Santiago Cepeda (que fue el ideólogo del secuestro de los once diputados del Valle), tiene la esperanza de crecer por varias razones.
La primera es que consideran que para ser novatos en la política y competir con partidos tradicionales los votos que sacaron sí son una base importante para comenzar su proyecto político.
“Nuestra meta era alta, hubiéramos querido sacar muchos votos más, pero no teníamos ni las condiciones, ni la plata, ni ese chip electoral y por eso no pueden decir que esos votos son todos los apoyos que tenemos”, nos dijo.
Él cree que si de aquí al 2019 logran multiplicar y consolidar sus estructuras políticas tienen cómo pelear porque en los pocos lugares que sí las tuvieron en estas elecciones fue donde tuvieron buenos resultados.
Lo segundo es que la Farc espera que en 2019 esté superado el “choque ideológico” entre excombatientes y votantes.
“Nunca hemos tenido prácticas electorales y tantos años diciéndoles a los compañeros que no crean en el sistema, en lo electoral y ahora llegar nosotros a pedirle su voto es contradictorio, eso requiere tiempo y trabajo”, dijo Santiago.
De todos modos, es difícil que eso se supere si, por ejemplo, llega un nuevo gobierno de derecha que refuerce el discurso contra varios puntos del Acuerdo de Paz -como el de participación política- que permitieron que la Farc, sin pasar por la JEP, pudiera participar en plaza pública.
Lo tercero es que tendrán más experiencia en la mecánica electoral. Este año cometieron errores como no saber dónde sus exguerrilleros votaban, pues muchos sacaron su cédula en un lugar y luego se trasladaron a otro y no pudieron votar.
Para James Larrea, gerente de campaña de la Cámara en Valle, un punto a su favor en las elecciones regionales sería si el Partido cuenta con todos los recursos para la campaña a tiempo, pues en esta ocasión el Gobierno no les giró la plata a tiempo y no pudieron contratar transporte y publicidad.
Muestra de eso, explicó Cepeda, fue el retiro de los cinco mil millones una semana antes de la campaña para pagar muchos “préstamos” que hicimos, movida que el Banco Agrario pidió investigar.
En todo caso hubo lugares en el Pacífico donde la Farc sí logró consolidar equipos políticos y desplegar su estrategia de campaña que fue precisamente lo que les permitió cosechar votos. Muchos de estos son los mismos a los que les apostarán en el 2019.
Lo poco que tienen en el Pacífico
En Cauca, que fue uno de los departamentos en los que la Farc sacó más votos al Senado (4134), y en el que al mismo tiempo tuvo más presencia cuando eran una guerrilla armada, están dos de los 170 municipios incluidos en los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (Pdet), en los que la Farc sacó más del diez por ciento de la votación total del municipio.
Por un lado está Argelia (sacaron 760 votos) y donde fue el tercer partido más votado y Jambaló (189 votos) que fue la segunda votación. Otros municipios que hacen parte de los 20 donde la Farc sacó más votos a nivel nacional fueron Caldono, al norte, con 515 votos y Popayán, la capital, con 542.
Esto es importante porque los tres municipios, excepto la capital, han sido los más afectados por el conflicto armado en ese departamento.
Esos votos se podrían explicar, según Larrea, porque en esos municipios hay muchos excombatientes, (en Caldono está la zona de reincorporación San Antonio de los Monos) pero también, según Cepeda, porque en esas zonas hay gente de organizaciones de campesinos, mujeres y políticas que son afines a ellos.
Así como las Farc cometieron crímenes contra la población, en esas zonas también se convirtieron en una especia de “institución” que mantenía el orden en esos territorios y en muchos casos protegían a los campesinos, como cuando controlaban la ruta de la coca en el norte del Cauca.
Con su salida, las comunidades quedaron a merced de disidencias y bandas criminales que quieren cooptar esos territorios.
Esto lo tiene claro la Farc y por eso una de las estrategias del 2019 será recuperar ese contacto directo con esas poblaciones con quienes construyeron lazos por décadas, a pesar de las amenazas de sus excompañeros, aún en la ilegalidad.
El Valle fue otro de los departamentos en los que la Farc obtuvo más apoyos. En Senado sacó 4058 y en Cámara 6137, la lista más votada de las cinco, superada solo por Bogotá.
En este caso los votos se explican por varias cosas: La primera es que en municipios como Tuluá, Buga, Palmira y Yumbo, que fue donde sacaron más votos en el departamento, coinciden con las zonas donde la Farc logró consolidar sus directorios o estructuras políticas.
Estos eran los encargados de citar a las personas a las reuniones y repartir publicidad. Estos también fueron los municipios que visitó el hoy electo senador Pablo Catatumbo, por eso en la Farc creen que con un despliegue más amplio, el próximo año podrán sacar muchos más votos.
Además, la votación de Tuluá (599 en Cámara) se explicaría porque Catatumbo tiene contacto con parte de la población rural (en donde tenía un centro de operaciones militares) desde hace muchos años cuando fue comandante del Bloque Occidental y desde donde habría frenado la avanzada de los paramilitares en esa zona.
De hecho, una de las organizaciones que adhirió a ellos es la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca, Astracava, que se creó en 2007 en ese municipio y fue una de las fundadoras del movimiento político Marcha Patriótica, afín a las Farc.
También tuvieron el apoyo de la Coccam Valle, según nos dijo Cepeda.
Los votos de Cámara en Valle también habrían crecido por la alianza de la Farc con el partido Comunista y la UP, no así en Senado porque tenían su propia candidata, Aida Avella.
Por su parte, los votos de Cali (1944 a Senado y 3030 a Cámara) tienen origen en el apoyo de varias organizaciones sociales y estudiantiles como la Feu, de mujeres y otras, aunque no nos dieron más nombres.
Su estrategia en la capital del Valle fue hacer reuniones con no más de 50 personas tanto en la sede del partido como en los barrios más pobres de la ciudad como Siloé, Aguablanca, Marroquín, Manuela Beltrán y otros.
Además, a estas zonas estarían llegando, según Larrea, varios excombatientes de las Farc y eso les habría facilitado convocar a la gente, darse a conocer, repartir volantes y atraer votos en esta zonas marginadas.
De hecho el día que Timochenko visitó Cali y fue abucheado también visitó Aguablanca, al oriente de la ciudad donde fue bien recibido.
En el 2019 esperan desplegar esta estrategia política en todo el Pacífico. Tampoco descartan consolidar alianzas con otros partidos como la ASI y el Polo como ya lo habrían hecho en Chocó y Nariño, donde no había listas a la Cámara, según dijo Cepeda.
Las presidenciales
Con la retirada del candidato presidencial Timochenko por problemas de salud, la Farc decidió no contarse en su primera campaña a la Casa de Nariño. Desde Bogotá no les han tirado línea, pero en el Pacífico no descartan apoyar a otro candidato.
Entre los opcionados para sumar ese apoyo, que más que votos lo que aporta es el estigma del “castrochavismo”, están Gustavo Petro, Humberto de la Calle y Piedad Córdoba.
Si bien aún lo están analizando lo que sí tienen claro, al menos en el Valle, es que deben tener temas comunes como la defensa del Acuerdo de Paz, luchar contra la corrupción, defender la educación y estar en contra de la mega minería.
Como su apuesta dura está en 2019, tienen año y medio para reconectar con sus bases. De lo contrario se quedarían por fuera de la representación local.