Francia Márquez fue la tercera candidata más votada en las consultas presidenciales con 783.160 votos y le ganó a Sergio Fajardo. En varios de los debates en los que participó fue aplaudida. Siendo una mujer afro y una lideresa ambiental de una zona periférica del país, se trata de un resultado inédito.

Pero ¿qué dice eso de la sociedad colombiana? Del racismo, clasismo y sexismo estructurales que la han caracterizado.

La Silla Académica entrevistó a Rosa Bermúdez, directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género, Mujer y Sociedad de la Universidad del Valle y coautora del artículo “Estamos distanciados. The Black Middle Class and Politics in Cali”. Organizamos la conversación con ella en tres bloques que muestran los cambios sociales que refleja la votación que tuvo Francia Márquez, sus debilidades y las potencialidades de su futuro como líder política.

Las fortalezas de Francia (y los cambios sociales que refleja)


Una juventud politizada

“Los jóvenes han sido uno de los grupos más receptivos al discurso de Francia. Eso se explica porque hay una cantidad importante de ellos que son más conscientes del poder de su voto y de su participación para hacer cambios en la sociedad. Es gente que tiene 20, 25, 30 años, que nació con la Constitución y vivió un proceso de paz en 2016.

Dentro de esos jóvenes son muy importantes las mujeres que hoy son mayoría en la educación superior, con lo que se ha alterado la distribución tradicional de los roles de género. Y también quienes están resignificando su proceso de identidad de género.

Francia se ha puesto en el lugar de estar generando un punto de vista favorable frente a estas reivindicaciones y eso le ha dado réditos políticos entre ese grupo de personas”.

Una clase media afro emergente

“La configuración de unas clases medias racializadas, negras, de colores oscuros en Colombia es un fenómeno reciente.

Siempre hemos visto a los sectores afro como subalternos, en condiciones de vulnerabilidad y pobreza. Eso sigue siendo cierto, pero ha habido cambios gracias a un mayor acceso a la educación superior pública.

Medidas de excepción, explica, como la asignación de cupos y/o exención en el pago de la matrícula, para personas con pertenencia étnica que tienen varias universidades como la UniValle, la Santiago de Cali donde estudió Francia o la de Antioquia han dado lugar al crecimiento de una población afro profesionalizada. Y eso ha cambiado algo la actitud de la sociedad en general hacia este grupo de personas. Y su propia conciencia política en algunos casos de trabajar para cambiar las condiciones de la población afro en el país.

Francia logra entonces identificarse con la población rural que trabaja la minería artesanal, que tiene esa ancestralidad localizada en el Cauca. Pero al mismo tiempo, la experiencia de haber salido de allá, de haber estudiado Derecho, con crédito, por etapas, también la conecta con la población afro que con sacrificio ha podido transformar su realidad accediendo a la universidad.

Su liderazgo se fundamenta entonces en las desigualdades históricas y al tiempo en un proceso de cambio del lugar que han ocupado las personas afro en la sociedad. Eso le da eco a su posibilidad histórica”. 

Un cambio en la mentalidad pública

“Hay una intelectualidad y una opinión pública —como Daniel Coronell que dijo que votaría por ella— que claramente está con Francia. El voto mayoritario por ella en Bogotá es un voto de opinión.

Puede que esa intelectualidad no tenga tanto peso, no es muy activa en plazas públicas, por ejemplo, pero es muy incidente en espacios reducidos, en el aula de clase, en la investigación, en los eventos internacionales y en ese sentido tiene un efecto mucho más sólido en el largo plazo y eso ya es un triunfo de Francia Márquez porque ha permeado estructuras que en el día a día van a ir cambiando nuestro sentido de sociedad. Eso va a dar sus frutos en unos años en la educación, por ejemplo, en los colegios.

Francia cuenta cómo algunos niños han grabado videos en TikTok para que sus padres voten por ella”.

Una síntesis de lo marginal

“La clase media afro como decimos en nuestro artículo aún no se consolida, no logra unir los puntos que la conectan social y políticamente. Es un fenómeno emergente. El feminismo y los ambientalistas todavía son marginales, periféricos.

Pero la suerte de Francia Márquez, según ella, es ser la síntesis de todos ellos. Representa una esperanza que antes de ella no existía y con ella aparece. Va sumando de a poco”. 

Las debilidades de Francia (y los problemas estructurales que muestra)

Un apoyo simbólico, pero no práctico

“Mucha gente que votó por Francia, lo hizo para apoyar una propuesta democráticamente y racialmente justa, y políticamente auténtica. Es un voto simbólico en ese sentido.

Lo hicieron sabiendo que no iba a ganar —tendría que haber pasado algo muy excepcional—, pero en función de una posibilidad que se está construyendo y que ella simboliza. Lo sorprendente es la magnitud que tuvo.

Ahora, saber si la gente la apoyaría en una contienda electoral en la que ella sea candidata presidencial —por decir algo en cuatro años— en la que ella realmente tuviera más opciones de ganar, es difícil. Tendría que hacerse un trabajo impresionante para hacerla viable.

Hay tres niveles de reconocimiento de una persona. Francia logró el reconocimiento que se obtiene de la interacción cara a cara (directa). Mucha gente pudo decir en una conversación, genuinamente o para ser políticamente correcta, que ella podía ser una buena presidenta.

El siguiente nivel de reconocimiento (indirecto) es cuando además de lo anterior, una persona puede recomendarle a otra votar por ella o hablar en un espacio público para convocar apoyos a su alrededor. Y el tercer nivel es cuando esa persona genera recordación. Cuando ha dejado huella en los electores y en un ambiente más frío electoralmente la gente puede seguirla mencionando e insistiendo en ella como una buena opción para ser presidente.

Este tercer nivel que es el de un apoyo incondicional o en cualquier circunstancia es el más difícil de lograr para Francia Márquez”. 

Lo que la catapultó la devalúa en una verdadera lucha por la Presidencia

“Lo que le da la posibilidad para que hoy apoyemos a Francia Márquez es también su debilidad para materializar ese lugar sublime de trascendencia de llegar a ser la presidente de Colombia.

Primero que es mujer, segundo que es negra, tercero que viene de un sector empobrecido campesino del Cauca. Incluso en sus testimonios ha dicho que ha sido una trabajadora doméstica con orgullo y a la vez con una posición crítica por ese lugar que han ocupado las mujeres en una sociedad.

Como candidata ese discurso es muy interesante. Pero si tuviera lugar en una clara lucha por la Presidencia dejaría de ser algo heróico y se convertiría en algo que la devaluaría, que la pondría en un lugar de desventaja porque una gran cantidad de votantes no legitimaría que una empleada del servicio sea su presidente por lo que eso implica en la estructura social del país y porque es mujer.

Lo contrasta con el caso de Luis Ignacio Lula Da Silva, de quien cuenta que llegó a ser presidente de Brasil habiendo sido antes obrero y su mamá, empleada del servicio doméstico. Pero ocupó antes el cargo de presidente del sindicato de trabajadores más importante de ese país. Y era hombre”.

El salto abismal de líder ambientalista a presidente

“Francia pasó de ser una mujer campesina líder en La Toma (Suárez, Cauca), peleando en su contexto local, a ser candidata presidencial. Es un salto al vacío grande sin una trayectoria que le de soporte, anota. En ese sentido sostiene que aunque su votación haya sido tan grande, a la hora de tener un reconocimiento más sólido le van a cobrar la falta de experiencia y trayectoria para llegar a ocupar la Presidencia.

Son elementos que en el contexto de una lucha decisiva por ese cargo de poder no funcionan de la misma manera, de hecho operan en su contra”.

Lo que Francia puede potenciar (y su futuro)

La vitrina del Pacto histórico

“La que más ha ganado estando en el Pacto Histórico es Francia. Hace seis meses nadie la conocía, excepto el sector ambiental, la gente del Cauca, su movimiento “Soy porque Somos”, pero no era la figura política que es hoy.

Para su propuesta política y para su experiencia política lo mejor ha sido estar en ese movimiento. Si hubiera estado por fuera no habría tenido la misma votación. Eso le pasó a los congresistas de Fuerza Ciudadana que no pasaron el umbral. Y queda claro que ella es una voz importante, con un caudal importante de votos por lo menos en este conteo que se hizo.

Así no sea la fórmula vicepresidencial debe quedarse ahí, en su opinión. Si se sale la embarra. La cereza del pastel es ganar las elecciones. Si por una pelea por ese cargo hubiera una división en este momento se hacen un daño todos. Sería un error político grande”. 

El entrenamiento político

“Cuando Francia comenzó la campaña sus intervenciones eran muy tímidas y muy focalizadas, parciales en la lógica de representar una comunidad específica: la población negra del país, apocada, pero en los últimos dos o tres meses creció muchísimo: en su discurso y en sus intervenciones transmite que ha comprendido su lugar, su momento político, lo que ella es y lo que ella arrastra. Y el estallido social le dio fuerza a su singularidad política.

Las intervenciones en plaza pública, en universidades, en la televisión le permitieron crecer en su propuesta, en el manejo de los temas, en su estética pública: su vestuario, su peinado afro, pero bien instalado. Su maquillaje tenue, pero preciso.

Si Francia —continúa— sigue trabajando tiene muchas posibilidades no sé si de ser presidente, pero sí de consolidar un lugar en la política como mujer racializada que ya impuso”. 

La identidad afro colectiva

“La sociedad contemporánea se caracteriza por la competencia para sobrevivir. En las sociedades afro e indígenas eso se vive de una manera muy compleja. Porque como la de Francia, muchas familias afro son extensas y tienen redes de apoyo fuertes: tienen conflictos, pero a la vez en el barrio la gente se hace favores.

Para avanzar socialmente, sin embargo, muchos de ellos han tenido que despojarse de ese sentido comunitario. Muchas de las personas que he entrevistado me dicen: ‘yo no ando con otras personas negras para que vean que tengo la capacidad de relacionarme con gente diferente, de tener amigos que no son afros’. Aunque a la hora de necesitar apoyo saben que lo más posible es que son personas iguales a ellos las que más las van a ayudar.

Es el drama que enfrentan la mayoría de personas que quieren posicionarse en otro lugar. Al mismo tiempo otras personas de esta clase media afro optan por trabajar por el interés colectivo y desde esta perspectiva para mejorar sus condiciones necesitan unirse, tener sus propios políticos.

Francia está más cerca a las visiones más comunitarias, pero está compitiendo también por la favorabilidad de quienes tienen una aproximación más individualista.

Está en veremos, entonces, si esas personas pueden en algún momento despojarse del ansia de ser iguales en clase y color de piel a aquellos que los han discriminado: “de parecerse a” e inclinarse más a apoyar un proyecto colectivo que pueda cambiar la estigmatización racial que han sufrido. Francia tendrá que pensarse ahí qué estrategia política usar para atraer ese electorado.

En Cali, por ejemplo, no ganó. En el distrito de Aguablanca un sector totalmente racializado la gente no votó masivamente por ella. El racismo, el sexismo, el clasismo en Colombia siguen siendo hegemónicos, la virtud de Francia es que los relativiza en su figura: logra generar un sentimiento de admiración y solidaridad. Habrá que ver cómo se depura eso en las prácticas cotidianas y en una apuesta porque ella sea la candidata presidencial”.

Un cargo político que no es la vicepresidencia

“Políticamente lo correcto es que Francia sea la fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro, pero no electoralmente. El Pacto Histórico le está apostando a ganar en primera vuelta porque si no va a ser muy difícil que gane. Lo que necesitan es sumar tres, cuatro millones de votos más.

Petro y Francia ya se sumaron y entre los dos tienen alrededor de 5.5 millones de votos. En ese sentido no es estratégico que Francia sea la fórmula vicepresidencial.

Ya esta semana en un rueda de prensa del Polo Democrático ella decía, aunque con un dejo de tristeza, que no estaba compitiendo por un cargo, que no tiene afán, dando espacio a que esa opción no se dé. Lo mejor que podrían hacer es que Petro públicamente le ofrezca la vicepresidencia como un acto de reconocimiento y que ella públicamente diga que no es el momento, que ella puede esperar como un acto de sensatez política y lo deje en libertad para que elija a otra persona.

Todos desearíamos un Petro más carismático con expresiones más auténticas de afecto y reconocimiento hacia su coequipera, que se lo merece. Ganaría mucho él y su propuesta política.

Aunque Francia también es una mujer adusta. Sus respuestas son tajantes, por ejemplo. La vida la ha puesto en esa condición, es una mujer que expresa toda la violencia que ha tenido que enfrentar. Ser madre cabeza de hogar, luchar contra las mineras en su pueblo, el dolor de su pueblo mismo, haber sido amenazada. Eso no le permite mostrar a veces otra faceta en su posicionamiento público. Yo desearía ver una Francia más simpática también. Como cuando toca su marimba y baila: la música la pone en otro tono.

Francia apenas está empezando y ha hecho una carrera que ha dado frutos en poco tiempo. Tiene cuatro años para fortalecerse y disputar en mejores condiciones el poder político.

Le va a tocar trabajar muchísimo para que lo que es su debilidad se vuelva fortaleza, pero lo puede lograr. La veo con toda seguridad en un Ministerio de Medio Ambiente, de Cultura. Donde ella decida estar puede hacer un gran trabajo”.

Llegué a La Silla Vacía en 2017 a crear, con Juanita León, la Silla Académica, para traducir periodísticamente el conocimiento que producen las universidades. Al comienzo también hice seguimiento a los estados financieros de La Silla y a la cooperación internacional que recibimos. Desde el 2022...