En su discurso del domingo en la noche, Mockus empezó a marcar el nuevo rumbo del partido.
Foto: Natalia Lobo Guerrero

“Juntos hemos creado la segunda fuerza política de Colombia,” dijo Antanas Mockus en su discurso después de recibir los resultados de las elecciones del pasado domingo. Es cierto que con tres millones y medio de votos en este momento llevan un impulso importante, pero a menos que logren consolidarse como partido y tener éxito en las elecciones locales de octubre del año entrante, su triunfo será pasajero.

El Partido Verde lleva menos de un año de existencia, y todavía está compuesto de una mezcla de grupos e intereses que no logra fundirse del todo, ni ideológica ni estructuralmente. Por un lado están los militantes del antiguo Partido Verde Opción Centro, por otro las tres corrientes de los ex alcaldes de Bogotá, y finalmente los fajardistas, que llegaron de últimos. Tendrán un año para consolidarse, y su futuro realmente depende del éxito que logren en las elecciones de octubre de 2011.

El Partido Verde le está apostando a jugar un papel importante en el Congreso con su bancada, a seguir defendiendo en la agenda pública sus ejes temáticos, a profundizar su relación con las bases populares y sobre todo, a colonizar el poder local. Pero antes, tiene que poner la casa en orden.

La bancada verde

La bancada de cinco senadores y tres representantes a la cámara no hará parte de la coalición de gobierno, pero tampoco se dedicará, como el Polo, a la oposición. “Nuestra bancada tiene el deber institucional de ejercer control político al próximo gobierno. Haremos un control justo y totalmente ajeno a presiones y favores. Lo haremos en el Congreso, en el debate público y en el trabajo conjunto con los ciudadanos”, dijo Mockus, al rechazar oficialmente la invitación de Juan Manuel Santos a hacer parte de su gobierno de Unidad Nacional.

Dado su perfil, los congresistas verdes seguramente logren visibilidad como individuos, pero el tamaño de su bancada no les da el poder de vetar proyectos a los que se opongan ni de formar coaliciones mayoritarias para pasar los propios. Y no jugar en la oposición ni en la coalición de gobierno no suele dar réditos políticos. Además, la mayoría de los congresistas electos no son personas muy allegadas ni dependen de los tres ex alcaldes. Cada uno tiene su agenda propia y probablemente se dedicará principalmente a sus propios proyectos, como Gilma Jiménez con el tema de los niños y John Sudarsky con su propuesta de una circunscripción unipersonal.

Por eso, el Partido Verde se juega su futuro sobre todo en las elecciones locales y regionales de 2010.

Arriba: Antanas Mockus durante su discurso del domingo.
Abajo: Sergio Fajardo.

Las elecciones locales

En este momento, el Partido Verde tiene 200 concejales electos, y 25 alcaldías, que aspiraron con el antiguo partido Verde Opción Centro. A estos se suma la estructuras que consolidó en las regiones la campaña de Antanas Mockus, que tiene 4.000 líderes en casi todos los municipios del país.

“Tenemos la capacidad de construir bancadas en el 90 por ciento de los concejos del país”, dijo a La Silla Vacía, Daniel García, secretario general del Partido Verde y uno de los fundadores de Opción Centro. Y a eso es a lo que le apostarán.

En cierta forma, es recoger los objetivos iniciales que tenían Lucho Garzón, Enrique Peñalosa y Mockus cuando decidieron crear el Partido Verde y ni siquiera soñaban con la Presidencia: cambiar la política desde sus bases más locales.

Los verdes consideran que fuera de los concejos de varios municipios donde sacaron una votación respetable, hay varios lugares donde tendrían posibilidad de elegir alcaldes. San Gil, Buenaventura, Tunja, Pasto, Manizales y Cali, por ejemplo, son lugares donde podrían apostarle a sacar un burgomaestre porque sacaron alrededor del 40 por ciento de la votación o más.

Y a nivel departamental, tienen chance en Nariño, donde el ex alcalde de Pasto Raúl Delgado, de la ASI, logró movilizar una gran votación a favor de los verdes; Boyacá, donde el ex gobernador Jorge Eduardo Londoño es una figura muy importante; y eventualmente Cauca, si logran una alianza con la ASI. En Putumayo fue el único departamento que ganaron los verdes pero no es muy claro que logren elegir gobernador puesto que no cuentan con una verdadera estructura política y allá DMG termina decidiendo el destino político del departamento.

Y obviamente, está Bogotá, donde Enrique Peñalosa sigue teniendo sus ojos puestos, según lo ratificó ayer en la W. Esta será la apuesta más dura de los verdes puesto que el uribismo llevará su propio candidato y los resultados del domingo muestran que tiene una fuerza electoral grande en la capital.

Pero para jugar en las elecciones locales, los verdes tienen que primero decidir qué va a a pasar con Compromiso Ciudadano y la ASI, que son quienes tienen la estructura local más fuerte.

¿Qué pasará con Compromiso Ciudadano y la ASI?

Cuando Compromiso Ciudadano y el Partido Verde decidieron unirse en abril del año pasado, fueron explícitos en que se trataba solamente de una alianza con fines electorales, y que, por ahora, cada uno pensaba mantener su identidad.

Ahora que ya pasaron las elecciones, el futuro del movimiento fajardista está por definirse. Tienen planeada una reunión nacional el 25 de julio en la que decidirán el rumbo a tomar.

Según David Escobar, gerente de Compromiso Ciudadano, tienen dos opciones: unirse definitivamente al Partido Verde para fortalecer el capital político que llevan construyendo juntos durante estos meses; o seguir por su propio camino como lo llevan haciendo durante los últimos 10 años. Pero como no lograron superar el umbral y no tienen personería jurídica, tendrían que seguir consiguiendo firmas y trabajando del lado de la ASI, un proceso costoso, desgastante, y mucho más complicado.

Las recientes declaraciones de Fajardo, que dijo ayer en La W que “[el partido] no puede pasar a la historia después de una emoción” lo muestran dispuesto a seguir trabajando junto a los tres ex alcaldes bogotanos. Aunque en algunas regiones como Quindío y Cauca las alianzas no han sido las más armónicas, varios miembros de las bases del partido consultados por La Silla Vacía comparten el sentimiento de Fajardo, y todo parece indicar que Compromiso Ciudadano se pondrá del todo la camiseta verde, pues es la opción más viable logística y políticamente.

Pero probablemente no se van a unir sin primero poner algunas condiciones. Por un lado, buscarán que el Partido Verde adopte una estructura más descentralizada, pues el Partido Verde hasta ahora ha sido manejado desde un pequeño núcleo en Bogotá. También tendrían que incluir a los fajardistas en los niveles de decisión pues aunque Compromiso Ciudadano tenía cargos importantes en la organización de la campaña, solamente Fajardo tenía voz y voto en la dirección del partido. Por otro lado, buscarán llegar a una claridad programática que todavía no existe, lo cual será un reto dadas las muchas corrientes ideológicas que existen dentro del partido.

La ASI, por su lado, sí está convencida en que el apoyo a los verdes era un apoyo electoral, y ya pasadas las elecciones vuelven a partir cobijas. “Nosotros estamos en la ola verde, entendiendo que es una campaña, pero no los acompañamos permanentemente porque un partido no puede acompañar a otro sin perder su identidad”, dijo a La Silla Vacía Miguel Galvis, director del centro de pensamiento de la Alianza Social Indígena.

Frente al gobierno, como los verdes, la ASI mantendrá su independencia pero no va a hacer oposición. Están dispuestos a trabajar en proyectos concretos con ellos y otros partidos de centro como el MIRA. Tienen además claro que los verdes son sus “aliados naturales” por lo cual no descartan la idea de hacer acuerdos electorales para las elecciones locales en la que los verdes los apoyen en sitios donde ellos son más fuertes, como Cauca, Caquetá o Nariño, y a cambio los apoyarían en lugares donde los verdes están más consolidados como Bogotá o el Valle.

El futuro de Mockus

Aunque el escenario electoral local y el rol de la bancada verde está definido, qué hará Mockus de ahora en adelante está menos claro. Personas allegadas a él creen que seguirá siendo la inspiración del partido y que su principal interés es mantener vivo en el discurso nacional las propuestas y la visión que defendió en estas elecciones. Habiendo logrado meter el tema de la legalidad en el discurso nacional, tratará de mantenerlo en la agenda pública junto con la idea de que la vida y los recursos son sagrados. Desde la credibilidad ética de Mockus, el Partido podrá ejercer el control político que anunció el candidato el domingo.  Mockus también hará énfasis y desarrollará la agenda ambiental de su partido, lo cual le permitirá construir relaciones internacionales.

Otras personas dentro del partido han planteado la necesidad de mantener abierta una línea de movilización política que forje relaciones fuertes con movimientos de sectores sociales como indígenas, grupos de mujeres, jóvenes y las redes sociales. En el Partido creen que esa falta de conexión con los estratos más populares y con los liderazgos de base fue una de las grandes debilidades en esta campaña.

Y como dijo Mockus en su discurso, cuando se preguntó, ¿Ahora qué? Los verdes están soñando con que “ahora todo”. Pero el alcance de ese ‘todo’ será una de las grandes incógnitas de este año.

Fue reportera política de La Silla Vacía.