Gustavo Petro sorprendió a todo el mundo con su triunfo la semana pasada. Ahora viene su reto mayor: lograr hacer alianzas para detener al uribismo en el 2010.

Gustavo Petro sorprendió a todo el mundo con su triunfo la semana pasada. Ahora viene su reto mayor: lograr hacer alianzas para detener al uribismo en el 2010.

Usualmente todos quieren estar en la foto con los ganadores. Más aun si se trata de un candidato presidencial. No es el caso de Gustavo Petro, quien a pesar de ganar de manera sorprendente la consulta del Polo, está bastante solo en el bus del triunfo. Una de sus principales propuestas es la de participar en una consulta interpartidista para que la oposición llegue con candidato único a la primera vuelta en mayo de 2010. No obstante, parece que Petro es radioactivo, pues nadie se quiere acercar a él.

La radioactividad de Petro no es nueva y los primeros en notarlo fueron las cinco figuras políticas que en su momento fueron conocidos como los Quíntuples. Como contó en su momento La Silla Vacía, Marta Lucía Ramírez, Sergio Fajardo y Enrique Peñalosa se opusieron a que participara en los esfuerzos por crear una candidatura de centro. Ellos consideraron que su presencia polarizaría a los independientes. Es comprensible que su largo historial de férreo y vertical opositor del gobierno en el Congreso produzca desconfianza en su nueva posición moderada. También es natural que para quienes, como Ramírez y Fajardo, se cuidan de ser vistos como antiuribistas, produzca aprehensión acercarse a un ex guerrillero, especialmente por la distancia que esto marca con la política de seguridad democrática. Fue por eso que Petro decidió quedarse en el Polo, donde contra todos los pronósticos terminó obteniendo la victoria del domingo.
Su victoria tampoco le facilitó las cosas en el Polo, donde los sectores más ortodoxos, como el MOIR y el Partido Comunista, o figuras como Jaime Dussán, han anunciado que si bien aceptan la victoria de Petro y su posición como candidato, esto no implica que deban plegarse a sus propuestas. La lucha se plantea respecto a la presidencia del partido, que está acéfalo tras la renuncia de Carlos Gaviria. De hecho, Gaviria anunció que no acompañará a Petro en su campaña y que el Polo no debería participar en una consulta interpartidista con Cambio Radical. Si bien algunos han manifestado su deseo de que Petro asuma ese cargo, los ortodoxos defienden su poder dentro del partido.
Dado que una de las banderas de Petro es la búsqueda de una candidatura interpartidista que se presente a la primera vuelta como sólida alternativa al uribismo, una aliado natural sería Germán Vargas Lleras. El candidato de Cambio Radical, sin embargo, ha expresado su rechazo a una alianza con el radioactivo Petro, bajo el argumento de que la distancia ideológica entre su partido y el Polo es tal que dicha cercanía no tendría ningún sentido y sería una mera alianza electoral. Pero si, además, le liderazgo de Petro dentro del Polo está en disputa, no es extraño que Vargas Lleras no se quiera acercar a él.
El único que aún no parece asustarse de tener cerca al candidato del Polo es Rafael Pardo. El candidato liberal ha manifestado su interés en hacer una consulta interpartidista en la que podría caber Petro. Si bien esta alternativa no ha sido comunicada oficialmente, tampoco existe un pronunciamiento que rechace esta opción. Por un lado, Pardo no está haciendo la apuesta de ser anti-reeleccionista pero uribista, por lo que la cercanía a Petro no le hace daño. Por el otro, los votos de Petro puede estar más cerca del horizonte de liberalismo.

En las semanas que vienen, Petro deberá intentar descontaminarse de la radioactividad que lo aleja de aquellos con quienes busca aliarse.