Foto: Redes de Presidencia.

Con la visita del presidente Gustavo Petro a Washington este viernes se acaba el mes más importante para la política exterior colombiana en lo que va de gobierno.

El presidente Petro asistió hoy a la cumbre de la Alianza Americana de Prosperidad Económica (Apep), organizada por su homólogo estadounidense, Joe Biden, como un esfuerzo para contrarrestar la influencia de China en la región y encargarse de otros temas que enfrenta el hemisferio. 

La cumbre llega después de dos hechos claves en la política exterior del país. En primer lugar, después del escalamiento del conflicto entre Israel y Palestina en la Franja de Gaza, Petro ha generado rechazo por no condenar los actos terroristas de Hamás en Israel y comparar al Estado judío con el genocidio nazi en Europa. A Petro le han contestado por estas reacciones tanto de Israel como de Estados Unidos, su principal socio comercial. 

Además, la reunión llega, precisamente, dos semanas después de la visita del presidente Petro a China. En ella, si bien Colombia no entró formalmente a la iniciativa de la Franja y la Ruta —la principal apuesta de China para expandir su área de influencia a través de proyectos, inversiones y comercio—, sí dejó a los chinos muy ilusionados con la disposición colombiana. 

Boric asumió la vocería sobre la Franja de Gaza

El presidente Gabriel Boric se reunió ayer con Joe Biden. 

A diferencia de Boric, las declaraciones de Petro sobre el tema han generado tensiones con Estados Unidos, principal aliado de Israel, a quien Petro no baja de genocida y ha, incluso, comparado con las fuerzas del nazismo. 

“La distancia que ya existía entre el gobierno Petro y funcionarios de Estados Unidos ha crecido sobre todo por su crítica a Israel”, explica Michael Shifter, expresidente del Diálogo Interamericano, un centro de pensamiento de la capital de Estados Unidos. 

Después de la cumbre de la Apep, Petro dijo que él llevó el tema de Gaza a la mesa, pero que “no hubo respuesta por parte de Estados Unidos, porque el tema no hacía parte de la agenda”. Sin embargo, el presidente Biden sí habló sobre eso ayer con Boric. 

“Lo más preocupante es su falta de condenar el atentado de Hamás, como lo han hecho todos los otros mandatarios, incluso los que han sido muy críticos de Israel como Boric”, agrega Shifter sobre el tema. 

Todo parece indicar que el presidente colombiano no hará control de daños en Washington. A diferencia de sus antecesores, Petro no irá oficina por oficina en el Congreso gringo buscando las simpatías de los senadores y representantes que han rechazado sus declaraciones sobre el tema, como lo hizo alguna vez Álvaro Uribe.

La apuesta latinoamericana de frenar la migración

La migración irregular a través de la frontera con México se ha convertido en un tema álgido de cara a las elecciones presidenciales que tendrán lugar en 2026 en Estados Unidos. La respuesta que tenga el gobierno de Joe Biden al tema podría pasarle factura en las urnas a él mismo, que buscará la reelección, o a su partido Demócrata.

El lío con hablar de “frenar la migración” es que no hay medidas específicas que vengan acompañadas de ese discurso. “Es una forma de decir algo que no ocurre en la práctica: detener el flujo de las personas que están motivadas a llegar a un país para mejorar sus condiciones de vida e ingresos”, explica Daniella Monroy, secretaria técnica de la Red de ciudades para la acogida, inclusión y el desarrollo de la población migrante. 

“Los números que ha alcanzado la migración irregular han demostrado que las políticas de contención no hacen que las migraciones se detengan, sino que las personas buscan otras rutas para poder llegar al mismo punto y eso hace que migren de forma más insegura y con mayores riesgos. Los únicos beneficiados de esto son los traficantes de personas”, agrega. 

El lío es que la aproximación de Estados Unidos para contener la migración consiste en un sistema de talanqueras: oficinas en distintos países latinoamericanos en las que los migrantes de Cuba, Venezuela y Haití pueden aplicar para una visa gringa. 

Las expectativas de los chinos

Un día antes de la reunión de Petro en Washington, el embajador chino en Colombia, Zhu Jingyang, hizo una reunión con medios colombianos para hacer un balance de la visita de Petro al gigante asiático hace dos semanas. 

Aunque Colombia no ha entrado, por lo menos formalmente, en la iniciativa de la Franja y la Ruta, el embajador chino se mostró optimista frente a los compromisos a los que llegó el presidente Petro durante su visita. Para entrar, el país debe firmar un memorando de entendimiento que, según supo La Silla por una fuente al interior de Cancillería, es un documento “sorprendentemente corto y sencillo”: 

“Un memorando de entendimiento con su nombre se sobreentiende que no necesariamente es un documento que se va a firmar, cuando hay una decisión de acordar los términos del memorando entendimiento demuestra la disposición y la decisión de sumarse a la iniciativa”, dijo el embajador Jingyang ayer en la reunión. 

Dentro de lo que contó sobre la reunión entre el presidente Petro y su homólogo chino, Xi Jinping, asegura que el colombiano “puso la localización geoestratégica de Colombia a disposición de la iniciativa”, refiriéndose a la Franja y la Ruta. 

El embajador explicó que la iniciativa “no es un instrumento de compromisos vinculantes, más bien es una expresión de voluntad de participar. Además, como no es una participación exclusiva o excluyente, Colombia puede participar en la Franja y la Ruta al mismo tiempo participar en otros instrumentos internacionales”, dice.

“La cooperación internacional no debe ser excluyente”, agrega. 

Para el embajador, el objetivo de China es ayudar al desarrollo de Colombia y, por eso, dice que el país “tiene enormes necesidades para mejorar su sistema de infraestructuras, de transporte, de comunicación”. “La necesidad de Colombia y lo que puede ofrecer la plataforma de la Franja y la Ruta encajan perfectamente y damos la bienvenida a que Colombia se sume lo antes posible a esta plataforma para poder aprovechar las diversas ventajas”, afirma. 

“Ustedes se encargan de soñar y China se encarga de hacer realidad el contenido de sus sueños”, concluye el funcionario chino. 

Sin embargo, la apuesta de Biden desde la Apep es, precisamente, crear otras plataformas en las que esté Estados Unidos como socio comercial de Colombia para contrarrestar la influencia china en la región a través de la materialización de esos “sueños”.

Soy periodista del En Vivo y también escribo sobre política exterior, la relación con Venezuela y migración. Estudié historia y ciencia política, con énfasis en relaciones internacionales y periodismo, en la Universidad de los Andes.