El presidente Gustavo Petro fue el tercero en hablarle a la 78 Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York. Lo hizo después del brasileño Lula, quien insistió en quitarle el bloqueo a Cuba y del estadounidense Biden, quien habló del fentanilo pero no de la cocaína.

El discurso de Petro inició con una crítica profunda a los países de Occidente. En particular a Estados Unidos y a la falta de acción ante lo que presentó como una catástrofe global inminente por el cambio climático, que según sus cálculos necesita 3 billones de dólares para ser atendido, y la migración masiva. 

Petro habló de la paz mundial, que según él no debe centrarse únicamente en Ucrania, sino también en Palestina, conflictos que igualó al plantear que existe una “hipocresía” en la político. Y sobre la guerra contra las drogas, no lanzó una propuesta concreta, pero sí reiteró que hay un fracaso que llevó a que Latinoamérica pagara con muertos y presos, aunque dijo que nunca se metieron a la cárcel a los que llamó “yuppies” de Manhattan por consumir cocaína. 

La mayor insistencia del presidente fue a repensar el rol de los Estados en el orden global, que en su visión son los únicos que pueden enfrentar la “policrisis” que vive el mundo y en la que coincidieron “los ricos” reunidos a comienzos de año en Davos. 

Para Petro, el mercado no fue capaz de atender esas crisis múltiples y por eso pide que se cambie el sistema financiero mundial para descargar a los países de las deudas y así puedan aumentar sus presupuestos públicos.

La paz total internacional

Antes de comenzar a leer su discurso, Petro recordó que en la última semana había estado en Chile, conmemorando los 50 años del golpe militar contra Allende, y en Cuba, en la Cumbre del G77 con China. 

Y en esa mención a Cuba incluyó la misma petición que hizo Lula para que le quiten el bloqueo económico a la isla y además sacarla del listado de países que apoyan el terrorismo.

Esa petición de Petro fue la que lo enfrascó en una discusión el fin de semana con el expresidente Duque, cuyo gobierno insistió en la extradición a Colombia de los jefes del ELN que estaban en la isla en diálogos de paz durante el gobierno Santos. 

Pero más allá de esta mirada regional, que involucra directamente los objetivos por la paz total en Colombia, en la ONU Petro abogó por lo que podría ser una “paz total internacional”, con la cual el mundo se podría dedicar a atender la que, según él, es la verdadera crisis: la climática. 

En su discurso pidió, además de mirar la guerra de Ucrania, también hacerlo con Palestina en su conflicto con Israel. Y por eso propuso dos conferencias. 

La mención a Zelenski, que estaba en la Asamblea de la ONU, fue retomada en sus redes sociales por RT, el canal de noticias estatal Ruso. 

Al hacer la comparación entre Ucrania y Palestina, Petro recordó que Estados Unidos le pidió a países de América Latina que entregaran las armas rusas que tuvieran para respaldar a Ucrania en el conflicto, algo a lo que se negó desde enero. “Se olvidan que a nuestros países los invadieron. Y por petróleo invadieron a Irak, Siria y Libia”, dijo hoy en la ONU, enviando zarpazos a Estados Unidos. 

“Que se acabe la hipocresía como práctica política”, afirmó en referencia a la idea de invasión que hay sobre Ucrania y que no existe en algunos países frente a lo que ocurre con Palestina. 

Los “yuppies” de Manhattan

La semana pasada Estados Unidos certificó al gobierno de Colombia en su lucha contra las drogas, aunque le pidió aumentar los esfuerzos para combatir la producción de hoja de coca. En ese contexto llegó Petro a la Asamblea de la ONU, en la que lanzó una diatriba contra la guerra antidrogas iniciada desde los tiempos de Nixon.

“Querían una guerra contra las drogas de la juventud rebelde que se opuso a la guerra del Vietnam, la marihuana y el LSD de los hippies, y encerraron a millones de negros y latinos en cárceles privatizadas”, dijo Petro antes de hablar de la cocaína, a la que ha calificado en varias ocasiones como la “droga del neoliberalismo”.

La visión de Petro sobre los “yuppies” de Manhattan es la misma de la corresponsabilidad entre los países productores y consumidores de cocaína. En 2016, el entonces presidente Santos planteó en el mismo escenario el “sinsentido” de meter a la cárcel a un campesino colombinos por cultivar marihuana, cuando en varios estados de Estados Unidos se puede producir y consumir libremente. 

Aunque Petro insistió en el fracaso de la estrategia mundial antidrogas, no lanzó una propuesta concreta como la despenalización de la hoja de coca. Tampoco mencionó la declaración sobre política de drogas con otros países Latinoamericanos en la reciente cumbre que se realizó en Cali, y que la Cancillería espera sea seguida por una cumbre de presidentes que Petro espera presidir en 2025.

“Han pasado ahora a las drogas de la muerte, el fentanilo”, agregó, en cambio, Petro sobre las drogas al querer insistir en su idea de que ahora la prioridad de Estados Unidos es enfrentar la epidemia de opioides.

Para frenar la catástrofe, Estados más fuertes

“Ha sido un año en que la humanidad ha perdido y han avanzado sin titubeos los tiempos de la extinción. Pareciera que la dirigencia mundial se hubiera enemistado con la vida”, dijo Petro sobre el avance del cambio climático y la crisis migratoria global. 

Durante su actual visita a Nueva York, Petro dijo que un funcionario de Estados Unidos había propuesto construir un muro en el Tapón del Darién, a lo cual él se había negado. La versión fue desmentida por John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. El intercambio puso sobre el tapete el problema de migración masiva por territorio colombiano hacia el norte, un tema que Petro retomó en el discurso: “Los pueblos irán al norte ya no atraídos por las lentejuelas de la riqueza, sino por algo más simple y vital, el agua”.

Frente a esta visión catastrófica del futuro, en la ONU Petro habló de reivindicar “lo público”, como ha hecho en Colombia con sus reformas de seguridad social.

El argumento del presidente es que el mercado fue “el mecanismo que produjo el problema” al insistir en las crisis que hay en el mundo. Y por eso, al igual que lo hizo Lula, dijo que la ONU no iba a lograr cumplir con sus Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados para 2030 si no se reducían las desigualdades.

La idea que esbozó Petro es que exista un “Plan Marshall”, que fue la iniciativa gringa para reconstruir Europa después de las guerras, pero en este caso para atender el cambio climático. Y para eso, su argumento es que solo los Estados podrán lograr prender esa locomotora: “fondos privados sí, pero serán limitados por su propia lógica, el esfuerzo de hacer vendrá de los fondos públicos y estos están hoy debilitados por la deuda”, aseguró.  

La propuesta de hoy implica una reforma de todo el sistema financiero mundial que no está en la mesa de ninguna discusión global. Aun así, Petro va más allá de su primera idea de cambiar deuda por acción climática y pide que el FMI termine librando a los países de la carga que tienen por la deuda para que puedan robustecer sus presupuestos públicos.