Más que un consejo de ministros, por momentos la reunión del gabinete de Gustavo Petro el fin de semana en Villa de Leyva parecía una integración de oficina. Petro citó a su equipo de gobierno el sábado y domingo en el Club de oficiales de Villa de Leyva, a 3 horas por carretera de Bogotá. Por el sitio, algunos miembros del gabinete se imaginaron un ambiente castrense. Pero se sorprendieron al llegar: piscinas, canchas de tenis, una banda de oficiales que tocaba el género que los ministros pidieran, “y tanta comida que parecía que querían hacernos perder la dieta”, dijo una fuente que asistió a la reunión.

Esta tercera reunión del gabinete ampliado tenía un tono muy distinto a las dos primeras en Hato Grande el año pasado. Esta vez, el objetivo fue unificar posiciones sobre las reformas a la seguridad social que busca aprobar este semestre: la de salud, la laboral y la pensional. “El hermetismo y el lugar de la reunión no fue casual: de allá había que salir como un equipo”, dijo otra fuente del gobierno que pidió no ser citada.

Es un objetivo que, hasta esa reunión, se veía difícil. Varios miembros del gabinete, como los ministros de Hacienda, José Antonio Ocampo; Agricultura, Cecilia López; Educación, Alejandro Gaviria; y el director de Planeación, Jorge Iván González, habían expuesto internamente reparos a la reforma a la salud que lidera la ministra Carolina Corcho, y que será presentada al Congreso este mes.

El encuentro, sin embargo, ya parece tener efectos en el ánimo del gabinete. “Es el mejor consejo de ministros que hemos tenido. Primero porque fue muy claro sobre los temas críticos, fue la primera discusión en pleno de elementos de la reforma a la salud. Y segundo, porque el presidente fue muy receptivo, muy cordial y tuvimos mucha libertad para que quienes tenemos experiencia en el sector diéramos nuestras opiniones. Lo único malo fue que el regreso nos costó cinco horas de trancón (risas)”, le dijo a La Silla la ministra de Agricultura, Cecilia López.

La Silla supo, a través de otra fuente del corazón del gobierno, que Petro ha reconocido internamente que como alcalde no tuvo en cuenta los tiempos de transición en cambios que propuso como el del modelo de basuras. Y que es consciente de que transiciones como la del sistema de salud o la del cambio a energías limpias “pueden durar más que el propio gobierno”.

La reunión de Villa de Leyva fue un intento de Petro por concertar internamente los cambios profundos que quiere hacer. Y, de paso, mostró el poder que tiene en el gobierno el sector liberal y cercano al establecimiento con el que Petro eligió gobernar, y que le pone matices a su agenda de izquierda. 

Es una actitud moderada de Petro a puerta cerrada que contrasta con su comportamiento en Twitter. Allí ha convertido su cuenta en una plataforma para defender a sus ministras más criticadas (Salud y Minas) y tildar de enemigos a los que cuestionan las reformas, aunque esos mismos cuestionamientos los escuche internamente por parte de algunos ministros.

Los reparos en el gabinete

La cumbre en Villa de Leyva fue citada luego de un par de semanas de tensión en el gabinete. En el consejo de ministros del 16 de enero algunos como el de Educación, Alejandro Gaviria, expresaron su preocupación por no conocer el proyecto de reforma a la salud de Corcho.

“Lo que se dijo es que aquellos con experiencia en el sector querían participar. Y por eso en Villa de Leyva cada uno preparó unos puntos con sus preocupaciones. No para destruirle la reforma a la ministra, sino para hacer ajustes y ayudar con la experiencia”, dijo una fuente del gabinete.

En el consejo en Villa de Leyva habló primero Corcho. Hizo una exposición de cerca de una hora con diapositivas (sin articulado) de la reforma. Después hablaron los ministros que tenían reparos. Se trata de miembros del gabinete que han estado en gobiernos anteriores, como José Antonio Ocampo, Cecilia López y Gaviria, que fue ministro de Salud del gobierno de Juan Manuel Santos.

“En Palacio los llaman ‘los insurgentes’, un poco en broma”, dice una fuente de la Casa de Nariño que pidió no ser citada.

Ocampo, Gaviria y López coinciden en su prevención frente a la eliminación de las EPS y que sus funciones pasen a la Administradora de Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres). “Para mí es muy importante que se vea lo malo que fue el antiguo Seguro Social al concentrar el pago de los servicios. Que tengamos cuidado de no caer en eso”, dijo uno de los ministros en Villa de Leyva.

Gaviria coincidió en esa posición esta semana. En un documento con su diagnóstico de la reforma filtrado el miércoles a varios medios, el ministro de educación dijo que “la experiencia en Colombia con pagadores únicos públicos ha sido desastrosa”.

El jueves el periodista Daniel Coronell dio más detalles y dijo que, tras conocerla, Petro llamó de inmediato a Gaviria y habló con él por diez minutos. Y que un sector en la Casa de Nariño no tomó bien que Gaviria comentara en público sus reparos.

En Villa de Leyva, la actitud de Petro ante las críticas fue dejar hablar a sus ministros y no tomar posición. El presidente no entró en detalles y se limitó a marcar los horizontes de las reformas. Mantuvo esa línea con un hilo que publicó en redes y en su reunión con periodistas esta semana. Pero en los días siguientes se notaron los efectos de la cumbre.

Un Petro concertador, pero con líneas rojas

Luego de la reunión en Villa de Leyva, las dos ministras más cuestionadas por el sector liberal del Gobierno han pasado gran parte de la semana en el Ministerio de Hacienda. Son Corcho, de salud, y de Irene Vélez, de Minas.

Vélez ha sostenido, como prometió en campaña Petro, que no habrán nuevos contratos para explorar y explotar petróleo. Ocampo, también en público, ha repetido que la decisión no está tomada.

La disputa tuvo un giro el fin de semana, al tiempo que transcurría el consejo de ministros. La ex viceministra de Minas, Belizza Ruiz, dio una entrevista en la que dijo que el informe con el que Vélez ha justificado la suspensión de la exploración de petróleo y gas es engañoso. La declaración causó alarma en el gobierno. Dos fuentes en la Casa de Nariño coincidieron en que Petro quedó “incómodo” (usaron la misma palabra) con Vélez. “Él siente que comete muchos errores, pero filosóficamente está con ella”, dijo una de las fuentes.

Incluso el presidente reconoció en redes que la ministra “dio como certeza un resultado que es una agregación de probabilidades”, aunque matizó al agregar que “casi todos los ministros han cometido el mismo error matemático”.

En los tres días siguientes al consejo de ministros en Villa de Leyva la ministra de Minas, Irene Vélez, visitó dos veces el Ministerio de Hacienda. Fue el martes, para una reunión únicamente con el ministro Ocampo y el miércoles, en un encuentro para hablar sobre el informe de reservas de gas y petróleo que presentó.

En la reunión estuvieron el director de Planeación, Jorge Iván González; el ministro de Comercio, Germán Umaña y el presidente de la junta de Ecopetrol, Saúl Kattan, el hombre de confianza de Petro en la empresa petrolera y que suena como posible gerente tras la salida de Felipe Bayón la semana pasada.

Aunque en el Ministerio de Hacienda no dieron muchos detalles del resultado de la reunión, una fuente interna comentó que “el rol de ministerios como Comercio y Hacienda está siendo poner la raya para evitar decisiones que no son responsables”.

La otra visitante al Ministerio de Hacienda esta semana fue la ministra de Salud, Carolina Corcho. Fue la primera vez que la ministra se reunió con Ocampo en su oficina y el tema central fue el costo de la reforma a la salud. “Fue una muy buena reunión y quedaron de revisar el proyecto”, dijo una fuente del Ministerio, que pidió no ser citada.

Este jueves el gabinete volverá a encontrarse para un consejo de ministros extraordinario que tendrá como tema la adición presupuestal, no la reforma a la salud.

Aunque Petro ha mostrado disposición a ceder en algunos puntos, como los tiempos de las transiciones, también ha dejado claro que tiene líneas rojas. El 15 de enero, en una entrevista con El País de Cali, el ministro de Hacienda Ocampo dejó abierta la puerta a subir la edad de pensión.

Menos de 24 horas después Petro cerró la discusión en Twitter: “Primero renuncio antes de subir la edad pensional”, publicó. El mensaje cayó con fuerza en el ministerio, en el que no contaban con que Petro desautorizara en público a su ministro.

“En los consejos de ministros se ha comentado que, sin quererlo, los presidentes se dedican cuatro años a cumplir el plan de gobierno de su antecesor. Pero Petro ha dejado claro que él quiere romper esa tradición. Que no va a seguir el plan de Iván Duque”, dijo una fuente de la Casa de Nariño al tanto de las decisiones del presidente.

Esa fue la línea que Petro trató de alinear sus ministros el pasado fin de semana. Tras las discusiones, la reunión terminó con un brindis. El vino lo puso el ministro de Comercio, Germán Umaña, quien tiene un viñedo en la zona. La consigna del brindis, según coincidieron las fuentes, fue: “Por el gobierno, por el cambio”.

Soy el periodista que cubre Casa de Nariño en el gobierno de Gustavo Petro. Estudié periodismo en la Universidad de Antioquia y allí hice un diplomado en periodismo literario. Antes cubría el poder en Antioquia para La Silla. Trabajé en El Colombiano y fui subeditor del impreso de El Tiempo. En...