Primer ’round’ entre los candidatos presidenciales

Primer ’round’ entre los candidatos presidenciales

Después de un largo y tortuoso camino, arrancó la campaña presidencial en serio. Ayer los siete candidatos presidenciales principales se midieron en un extenso debate de RCN Televisión, RCN Radio y la Revista Semana. Con varios formatos, que incluyeron preguntas de periodistas de los respectivos medios y de varios expertos gringos vía satélite, preguntas entre los candidatos y preguntas breves estilo reinado, los candidatos debatieron hasta pasada la medianoche. A pesar de una que otra pulla, el ambiente fue cordial.

Como dato curioso, el presidente Uribe fue el gran ausente de la noche. Santos y Sanín lo mencionaron un par de veces pero ya nadie parece querer ser una imitación suya. Tampoco fue un debate de cifras y promesas.  La primera parte fue un espejo retrovisor a los ‘pecados’ de cada uno en el pasado. La segunda, fue un test de posiciones sobre temas nacionales e internacionales. La tercera, un juego de roles sobre temas morales (que haría si su hija quisiera abortar, consumiera droga). Luego vino un cara a cara. Y por último, una prueba de personalidad.

Esto fue para La Silla Vacía, lo bueno y lo malo de cada candidato. Y lo anecdótico de ayer.

Sergio Fajardo

Lo bueno: asumió posiciones. Capitalizó el tema de la lucha contra la corrupción y trató de afianzarse como un interlocutor de los jóvenes. También criticó el manejo de la salud en el gobierno de Uribe y, frente a las relaciones internacionales, aprovechó la imagen de su fórmula vicepresidencial, Julio Londoño, para decir que si fuera Presidente reestablecería las relaciones con los vecinos.

Lo malo: le faltó fuerza para destacarse dentro del grupo de candidatos. Por otro lado, su bandera de que ha “caminado el país” por dos años, comienza a desgastarse.  

Lo curioso: cuando estaba opinando sobre la consulta Caribe para la autonomía de la región, dijo que “le hemos apostado a ese referendo”. Después rectificó y aclaró a qué se refería.

 

Antanas Mockus

Lo bueno: no teme decir que se ha equivocado y que algo ha aprendido de los políticos tradicionales. Además, tiene una mirada única sobre cada tema. Cuando Noemí Sanín le preguntó por sus propuestas en materia convivencia y cultura ciudadana, como si lo invitara a unirse a ella, Mockus tomó distancia y dijo que si bien en algún momento cruzaron caminos, la igualdad en la que cree el Partido Verde no es la misma del Conservador.

Lo malo: en algunas respuestas le faltó mayor concreción. Por ejemplo, cuando se le preguntó por lo que haría si se acaba el Plan Colombia con Estados Unidos, propuso una gran discusión nacional para alcanzar un consenso frente a las implicaciones del narcotráfico para el país.

Lo curioso: dijo que no rezaba y que la última vez que lloró fue cuando ganó la consulta verde.

Rafael Pardo


Lo bueno:
defendió su bandera de la igualdad con respuestas concretas. Criticó las exenciones tributarias actuales, la reforma laboral y Agro Ingreso Seguro. También mostró dominio de las relaciones internacionales, y una identidad con mandatarios regionales como Lula, en Brasil.

Lo malo: patinó en la respuesta sobre por qué había aceptado a Arleth Casado, la esposa de Juan Manuel López, condenado por parapolítica, en las listas liberales. Su argumento principal fue que él “tiene criterio”.

Lo curioso: la pregunta que le hizo Germán Vargas y la respuesta de Pardo, se convirtió por momentos en un ‘coqueteo’ entre el Partido Liberal y Cambio Radical. Pardo mostró una faceta divertida y relajada que no suele mostrar en público.

Gustavo Petro


Lo bueno:
demostró que sabe batirse en estos escenarios. Sus respuestas fueron concisas y claras. Tomó distancia de los demás candidatos en temas como la seguridad democrática, donde a pesar de respaldar los logros militares dijo que seguridad sin equidad en el campo, no es sostenible.

Lo malo: como se veía venir, tuvo que dedicarle un rato a la defensa de su fórmula vicepresidencial, Clara López, quien viene de ser cuestionda en la administración de Samuel Moreno por las prácticas clientelistas que él critica. Por otro lado, cuando le preguntó por Hugo Chávez y las Farc, habló del tema pero no se refirió al presidente venezolano.

Lo curioso: los sablazos a Juan Manuel Santos. Cuando a Petro le correspondió hacerle una pregunta a Vargas Lleras, dijo: “¿No cree usted, como creo yo, que los falsos positivos son un delito de lesa humanidad?”. Más adelante, cuando le preguntaron si creía que alguna vez lo habían ‘chuzado’, respondió: “Esa pregunta habría que hacérsela a Juan Manuel”.

Noemí Sanín

Lo bueno: a pesar de no haber recibido el guiño de Uribe, no le teme a decir que ella le dará continuidad a la política de seguridad democrática. También se le ve apropiada de su camiseta azul, aunque recordó que es capaz de dialogar y trabajar con otros partidos, como lo hizo en las administraciones anteriores.

Lo malo: más de 20 años después, y a pesar de las evidencias, Sanín sigue defendiendo a capa y espada la decisión que tomó cuando siendo Ministra de Comunicaciones ordenó la suspensión del cubrimiento radial de la toma del Palacio de Justicia. Por otro lado, cuando se le preguntó si apoyaría el matrimonio homosexual en el caso hipótetico de una hija suya, no asumió una posición clara. Y se enredó con la pregunta sobre el manejo de la revaluación en materia económica.

Lo curioso: le coquetó al Partido Verde, aunque de que después Mockus no le correspondió. “Los ‘tres tenores’ no se salvan de trabajar en mi Gobierno”, dijo.

Juan Manuel Santos

Lo bueno: mostró dominio de varios temas, en los que no perdió la oportunidad de decir que él “ya lo había hecho” en economía, seguridad, empleo e inclusión de mujeres, entre otros. Explicó cómo su fórmula vicepresidencial era un puente hacia los sectores trabajadores y de derechos humanos. No se presentó como un clon de Uribe.

Lo malo: cuando le preguntaron cuál fue el error más grande del gobierno de Uribe, dijo que habías sido el referendo de 2003 contra la corrupción, ya que había quedado mal armado. Sin mucha capacidad autocrítica, Santos no se refirió a temas como los ‘falsos positivos’, la infiltración paramilitar en el DAS o las ‘chuzadas’. Dijo que su política de derechos humanos era considerada “un ejemplo en el mundo”.


Lo curioso:
cuando le preguntaron por un gesto noble que había hecho en su vida, no pudo recordar ninguno. 
 

Germán Vargas Lleras

Lo bueno: aunque se presenta como un uribista que apoyó al Presidente en sus dos mandatos y se considera un exponente natural de las tesis de la seguridad democrática, toma distancia en otros asuntos. Por ejemplo, criticó la política social del Gobierno. 

Lo malo: la pregunta que podía hacerle a Rafael Pardo la aprovechó para hacer campaña. No sólo le entregó una caja con sus propuestas, sino que se dedicó a hablar de su portal de Internet. Y en cambio, sobre los escándalos de parapolítica en su partido, Vargas Lleras prefirió decir que todo había ocurrido antes de su llegada.

Lo curioso: de los candidatos presidenciales que ya escogieron su fórmula vicepresidencial (sólo faltan Sanín y Mockus), fue el único que no la mencionó en el debate. Vargas no se refirió ni habló de Elsa Noguera.

Soy la directora de la Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en Periodismo de la Universidad de Columbia. Después de trabajar en The Wall Street Journal Americas en Nueva York regresé a Colombia a El Tiempo, donde trabajé como editora de la Unidad de...