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El día de la reelección de Ordóñez, Roy Barreras tuvo una solución para cada problema. Foto: Juan Pablo Pino |
El triunfo de Alejandro Ordóñez también fue el triunfo de Roy Barreras. Reelegirlo fue su empresa desde que, con una comida en su casa y una reunión en su oficina, le confirmó al Procurador que podía contar con los votos del Partido de La U. Y también desde que advirtió en medios que esa elección no estaría sujeta al “vaivén” de las redes sociales, desde donde varias organizaciones ciudadanas presionaron en contra de su reelección.
Roy fue uno de los primeros de La U que empujó para que el partido pronunciara su voto a favor de Ordóñez, cuando el presidente Santos ni siquiera había ternado su candidato, un gesto que fue resentido en Palacio.
El pasado 7 de septiembre, cuando ya empezaba a moverse la campaña, Barreras demostró que no estaba dispuesto a que nada le impidiera darle su voto a Ordóñez. Por eso ese día, y ante la posibilidad de tener que declararse impedido en esa elección, su esposa Gloria Elena Arizabaleta renunció al cargo de procuradora judicial de restitución de tierras que estaba ocupando desde el 1° de febrero de 2010 (antes de casarse con Barreras), bajo las órdenes directas de Ordoñez.
Pero la mayor muestra de firmeza de reelegir al Procurador así fuera contra viento y marea la dio Roy el 27 de noviembre, día en el que 80 de 93 senadores que votaron lo hicieron por Ordóñez, en una sesión plenaria presidida por un Barreras totalmente jugado por ese triunfo.
De esa manera, y ante el imprevisto de última hora que se generó con la renuncia a la terna de la magistrada María Mercedes López, el presidente del Senado se convirtió en el factor decisivo de ese día D en el que estaban los votos pero no la tranquilidad jurídica para votar por una terna de dos.
Un gesto por el que el procurador seguramente estará muy agradecido con el senador que mayor representación burocrática ha tenido en la Procuraduría, pues ningún familiar de congresista que haya entrado a esa entidad lo ha hecho en el alto rango que tenía la esposa de Barreras.
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Roy Barreras impulsó los votos de La U para el procurador, desde antes de que el presidente ternara candidato. Foto: Juan Pablo Pino |
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Luego de una reunión en la oficina de Roy Barreras, el procurador aseguró que contaba con los votos de La U.. Foto: Juan Pablo Pino |
Ese día, hacia el mediodía, cuando ya era un hecho confirmado la renuncia de la magistrada López a la terna y buena parte del Congreso se debatía entre votar o aplazar la elección, Roy se apresuró a declarar que “la elección continúa”.
Hacia las 2:30 de la tarde, se aproximó al recinto de la plenaria con un parte de tranquilidad para senadores que, como Armando Benedetti y Juan Manuel Galán, se preguntaban si no les traería problemas jurídicos -como un posible prevaricato- votar la terna de dos, especialmente teniendo en cuenta que no recibían señales del Presidente Santos, que fue quien ternó a la magistrada.
El parte de tranquilidad de Roy consistió en un auto de la Sección Quinta del Consejo de Estado que en 2001 señaló que para conformar una terna no es necesario contar con la aceptación de los candidatos a la misma, y que por lo tanto la renuncia de cualquiera de ellos es “inane”.
Para entonces, varios legisladores, entre ellos, de nuevo, Benedetti, habían dicho que era mejor no arriesgarse a celebrar la elección. Pero Roy -también de nuevo- desestimó la discusión sentenciando: “Hoy se vota y aquí en esta mesa directiva no ha sido radicada ninguna renuncia”.
A partir del momento en el que arrancó la sesión plenaria, Barreras fue determinante en cada uno de los pasos que se dieron. Para cada problema él tenía la solución inmediata:
36 senadores se declararon impedidos, la mesa directiva presidida por él conformó una comisión que en menos de dos horas dijo haber estudiado los casos y los desestimó todos.
El senador John Sudarsky cuestionó que se hubiesen desestimado 36 impedimentos en tan corto tiempo y de manera tan contundente, Barreras pidió a los de la comisión “se sirvieran” responder si se habían confabulado para preparar dicho informe.
Y cuando, rechazados todos los impedimentos, los congresistas de la oposición exigieron aplazar la elección por estar la terna incompleta, Roy insistió en que a él nadie le había radicado ninguna renuncia y que por lo tanto la audiencia continuaba.
Justo antes de votar, los dos ternados -Ordóñez y Orlando Gallo Suárez- dieron sus discursos. Barreras se ausentó del recinto mientras hablaba Gallo y llegó apenas para escuchar el final de sus palabras. Después votó.
“Roy había planteado que, tal y como lo había solicitado la magistrada, se podía aplazar la elección hasta el 12 de noviembre, pero Ordóñez le dijo que no y así se hizo”, le contó a La Silla un senador del Partido de La U que pidió que su nombre se mantuviera en reserva.
¿Por qué este apoyo irrestricto? Sobre todo teniendo en cuenta que Roy, el año pasado, fue uno de los mayores enemigos del proyecto del Partido Conservador que buscaba penalizar el aborto -una de las cruzadas del Procurador- , e incluso ayudó a tumbarlo.
Es decir, Barreras, por un lado, ayuda a tumbar el aborto, y por el otro es clave para reelegir a Ordóñez.
“Lo hizo porque tiene un ánimo de figuración frenética, sus amigos dicen que quiere llevar a su esposa al Senado e incluso ya algunos congresistas del partido están molestos porque la lleva a todas las reuniones”, dijo otro legislador, también compañero de bancada de Barreras.
Aparte de quedar bien con un amigo tan poderoso como lo es el Procurador, cabe la posibilidad de que Roy además esté abonando el terreno para repetir Senado. Al respecto, él le dijo a La Silla que por ahora no ha definido nada, aunque sí está pensando en que su esposa se lance al Senado: “La familia de mi esposa tiene en el Valle del Cauca una tradición política de 30 años, ella es más política que yo”.
Cuando el Congreso le dio el triunfo a Ordóñez, Roy salió a abrazarlo como lo hizo la mayoría de congresistas. Y al día siguiente, cuando comenzaron a arreciar las críticas frente a la elección de una terna de uno, Roy ya estaba anunciando su propuesta en los medios: eliminar la figura de la reelección del Procurador.
Solo olvidó el detalle que hacía 15 días, Camilo Romero, Armando Benedetti, Juan Manuel Galán, Luis Carlos Avellaneda y otros seis congresistas, habían radicado un proyecto de acto legislativo para eliminar la figura de la reelección de procurador.