El principal operador político del gobierno de Gustavo Petro, el presidente del Senado, Roy Barreras, empezó este año con un pie fuera del barco. En las últimas tres semanas Barreras ha criticado en público reformas sociales claves para Petro (como la de salud) y también políticas centrales del Gobierno, como la decisión de no dar más contratos de exploración de petróleo y de levantar las órdenes de captura a miembros de grupos criminales para negociar con ellos la “paz total”.

Barreras fue nombrado presidente del Senado con el guiño de Petro, como una apuesta por aprobar sus principales reformas en el primer año. Se trata de un político experimentado que ha sido aliado de muchos gobiernos: primero Álvaro Uribe, luego Juan Manuel Santos y ahora Petro. Pero seis meses después ese aliado está en duda.

Para Barreras la ruptura no es con Petro sino con ministras como la de Salud, Carolina Corcho, y Minas, Irene Vélez. “Yo estoy de acuerdo con Petro en todo. Mi diferencia es con algunas ministras que no le ayudan al presidente en la medida en la que no facilitan construir transiciones sensatas, moderadas”, le dijo Barreras a La Silla.

Pero en su entorno y en el Gobierno lo ven como un cálculo. “Roy ya está en campaña: quiere distanciarse del Pacto Histórico para que su partido, La Fuerza de la Paz, sea una opción política de centro, no de izquierda. Está pensando en las regionales este año y en su campaña presidencial después”, le dijo a La Silla una fuente al tanto de las decisiones políticas de Barreras.

Es un distanciamiento que preocupa al gobierno a pocos días del semestre en el que se juega su promesa social en el Congreso.

El cambio de tono de Roy

Hasta hace unos meses, Barreras defendía en público a las ministras que hoy critica. De Corcho dijo que era “inteligente, valiente, preparada”. En septiembre, cuando Semana criticó el proyecto de reforma a la salud, Barreras acusó al medio de hacer un “matoneo mediático contra una profesional honesta”. También defendió a la ministra de Minas, Irene Vélez en la moción de censura en su contra: “La veo avanzando en la ruta de una transición energética razonable”, dijo en noviembre.

El cambio de tono es evidente este año. “La ministra de Salud dice que hay que acabar con el sistema y crear uno nuevo. Es mentira, como ella dice, que el sistema de salud sea un fracaso. Tiene todos los errores que corregir, pero permitió que ninguna familia vendiera su casa para pagar el covid. El problema con la ministra Corcho es que no dialoga, sino que está atrincherada en una exagerada ideologización”, le dijo Barreras a La Silla.

Las señales del distanciamiento empezaron hace unas semanas por el tema de la paz. El 13 de enero la Fiscalía rechazó la petición del gobierno de levantar las órdenes de captura contra miembros del Clan del Golfo, como un primer paso para una negociación con ese grupo. Barreras salió en defensa del fiscal general, Francisco Barbosa. Compartió el comunicado de la Fiscalía y lo calificó de “serio” y “necesario”.

Con los días aumentaron las diferencias. Barreras dio entrevistas en medios en las que criticó la reforma a la Salud liderada por la ministra Corcho: su principal reparo es que, según las declaraciones de la ministra, acaba con el sistema actual sin  plantear una transición y, además, Barreras considera que el sistema de aseguramiento y prestación del servicio debe ser mixto, no solo estatal.

La otra política que critica es la de minas. Tras las declaraciones de la ministra de Minas en Suiza en las que habló de nuevo de parar los nuevos contratos de exploración de petróleo, Barreras retomó una consigna que dejó ver hace unos meses en una columna: “Sin exploración no hay paraíso”.

Según el presidente del Senado, son diferencias que siempre ha tenido. “Algunos analistas olvidan que el Pacto Histórico es una coalición de centroizquierda y no solo de izquierda. Hay un pilar liberal que estuvo también en las plazas. Y las banderas liberales también son una promesa de campaña: implican respeto a las instituciones, a la propiedad privada, libre mercado”, explica Barreras.

Agrega que ese sector liberal que él representa aboga por “reformas viables, que no atropellen al otro medio país que no votó por nosotros. Y eso no se hace con una imposición ni atemorizando al Congreso como hicieron en Perú”.

Esos matices que Barreras está poniendo a las decisiones del gobierno ya le han generado choques con sus compañeros, como con el presidente de la Cámara, David Racero.

Un ejemplo: ante el llamado de Petro a marchas el 14 de febrero para defender las reformas, el mismo día que hay convocadas protestas contra el Gobierno, Barreras también tomó distancia: “El presidente quiere oír la voz de los que nunca han sido escuchados, pero hago un llamado a la tranquilidad para que grupos extremos no aprovechen las marchas el mismo día 14f progobierno y de la oposición para generar agresiones”, escribió en Twitter.

Racero, que es parte del sector de izquierda del Pacto, le respondió a Barreras en medios: “En contravía de lo que dice el senador Roy Barreras, sin discusión ciudadana no hay proyecto de ley que importe en el Congreso”.

Ahora la distancia pasó de las declaraciones a las acciones la semana pasada, con la reunión del Pacto Histórico, la coalición de Petro.

La ausencia de Roy en la reunión del Pacto

Hasta ahora todos los encuentros de la bancada de gobierno habían sido coordinados por Barreras: primero en Medellín y luego en Santa Marta, ambos en julio del año pasado.

La semana pasada en Paipa, sin embargo, no solo no lo coordinó sino que no asistió. Según Barreras, fue por un tema de salud por el cáncer que padece. El miércoles, cuando empezaba la cumbre de dos días del Pacto Histórico, publicó que tuvo una “complicación leve” por las quimioterapias, que la había superado y que a partir de las 4 pm retomaba su agenda en el Congreso.

Esa fue la razón oficial por la que no fue a Paipa, donde estuvieron cerca de 10 ministros, entre estos Corcho y Vélez, y la mayoría de congresistas del petrismo. Pudo ser la oportunidad para limar asperezas. Pero el jueves, el segundo día de la reunión, Barreras tampoco fue. En cambio, sí retomó su agenda pública y asistió a un foro de Semana en Bogotá el que volvió a criticar a Corcho.

Su explicación para ausentarse en Paipa no convenció a todos sus aliados. “Fue una excusa. Él sí tuvo una complicación en un coágulo, pero no fue incapacitante. Él no quiso asistir al evento porque allá se trataron temas como la reforma a la salud y la laboral con las que él no está de acuerdo”, dijo una fuente al tanto de las movidas políticas de Roy.

En el gobierno no descartan la incapacidad de Barreras, pero notan su distancia. “Ya no contesta igual que el año pasado. Antes con una llamada corría, ahora no es tan así”, dijo una fuente del ejecutivo que pidió no ser citada para dar detalles de su relación con Barreras.

La reunión de Paipa fue coordinada finalmente por Gabriel Becerra, representante de la UP de la línea de Aida Avella, que representa un sector puramente de izquierda en el Pacto Histórico.

Becerra hizo un llamado a tener paciencia y opinó sobre el hecho de que los congresistas no han conocido los textos de las reformas del Gobierno, algo que también criticó Barreras en medios la semana pasada.

“No sé por qué la gente cree que no se puede discutir sin el articulado y que no hay contenidos. El gobierno producto del diálogo con muchos actores y del trabajo del ministerio cuenta con un contenido robusto: acabar la intermediación, robustecer la atención primaria. Que se aguanten hasta el 6”, le dijo Becerra a La Silla.

Pero justamente los tiempos de las reformas son otra diferencia entre el presidente del Senado y el Gobierno.

Las reformas sociales de Petro en duda

Desde el foro de Semana, mientras los congresistas del Pacto hacían planes en Boyacá, Barreras dio unas declaraciones sobre la agenda legislativa: “Respetuosamente le pido al gobierno que el 6 de febrero incluya en el decreto de sesiones extras todas las reformas prioritarias. Si no las radican el 6 de febrero va a ser físicamente imposible aprobarlas”.

La declaración del presidente del Senado, que tiene poder sobre el orden del día en el Congreso y por lo tanto sobre la aprobación de las reformas, le puso presión al gobierno. Originalmente esperaban incluir solo la reforma a la salud en el paquete de las sesiones de febrero y guardar otras reformas como la laboral, la pensional y la de modernización de la Policía para marzo.

“El plan original era tramitar las reformas sin mensaje de urgencia. Con la declaración de Roy estamos evaluando qué hacer”, dijo una fuente del gobierno que pidió no ser citada.

En el Ejecutivo ya sienten la presión de un semestre clave en el Congreso en el que no tienen garantizado el respaldo total del presidente del Senado. La alternativa, en ese escenario, es que el rol de operador político lo asuma completamente el ministro del Interior, Alfonso Prada: “La carta es Prada. Pero hay dudas sobre hasta qué punto él quiere ser el fusible del Gobierno. Hoy es el ministro bombero que le pone la cara a todo”, dijo la misma fuente.

El plan, según coincidieron otras dos fuentes de la bancada del Pacto Histórico, es repartir la burocracia regional a los partidos aliados para conseguir su apoyo: el Liberal, el Conservador y La U.

No será fácil. Dilian Francisca Toro, presidenta de La U, le dijo a La Silla que su posición frente a las reformas tendrá “líneas rojas”. “Vamos a hacer lo mismo que con la tributaria: hay que construir sobre lo construido y mirar unas líneas rojas en pro de garantizar acceso y calidad en temas como la reforma a la salud”.

En el primer semestre, Roy Barreras fue el encargado de mover esas líneas rojas para pasar las reformas como las quería Petro. Este año, sin embargo, él es uno de los que las está poniendo.

Soy el periodista que cubre Casa de Nariño en el gobierno de Gustavo Petro. Estudié periodismo en la Universidad de Antioquia y allí hice un diplomado en periodismo literario. Antes cubría el poder en Antioquia para La Silla. Trabajé en El Colombiano y fui subeditor del impreso de El Tiempo. En...