La figura de gestores sociales conocida en Bogotá, Medellín o Barranquilla, no existía en Bucaramanga, hasta este año. El alcalde Juan Carlos Cárdenas, quien se eligió por firmas, contra las maquinarias políticas y fue catapultado por el exalcalde Rodolfo Hernández, lo tenía como meta en su plan de desarrollo. 

Su función contractual es mediar en eventos de protesta y ayudar a resolver conflictos de convivencia en las comunas. Para algunos líderes comunales con los que hablamos los gestores son un puente directo con la administración. Para otros, ayudan a “embolatar” sus peticiones o reclamos. 

En todo caso, la figura de gestores sociales se ha convertido en la cara de una administración que, producto de la pandemia y su propio estilo de Gobierno, no ha conectado con la gente. Según la última medición de Invamer, la desfavorabilidad del Alcalde está en 57 por ciento. Aún más, hay un proceso de revocatoria en marcha, apoyado por su expadrino político, Hernández, hoy candidato a la presidencia.

El comité de revocatoria ya lleva 30 mil de las 46 mil firmas que necesita. Mientras en otras ciudades del país la revocatoria es una posibilidad lejana, en Bucaramanga, y con el apoyo del muy popular exalcalde Hernández, es una amenaza seria para Cárdenas. 

Conectando con la gente 

Juan Carlos Cárdenas es un ejecutivo que llevaba décadas sin vivir en Bucaramanga. Retirado, quiso ser Alcalde y llegó a hacer campaña con el discurso de su antecesor, Rodolfo Hernández, prácticamente calcado. En la recta final de la contienda recibió el apoyo del entonces Alcalde y hoy candidato presidencial y así, sin experiencia en lo público, salió electo. 

Además de derrotar la corrupción, otra de las consignas clave en su campaña fue la de una administración social, focalizando esfuerzos en esa materia.  

Aunque desde su administración siguen priorizando obras de corte social, el estilo de gobierno de Cárdenas lo aleja de esa línea. Por un lado, porque su relacionamiento con la gente no ha sido de tú a tú, como lo hizo Rodolfo, con quien partió cobijas recién empezó su mandato. La principal diferencia –que Hernández le echa en cara prácticamente cada semana en su programa de Facebook–, es que la Alcaldía y el despacho del Alcalde ya no son de puertas abiertas. 

Si bien por la pandemia se crearon restricciones para entrar a la Alcaldía, desde que se posesionó Cárdenas no da entrevistas espontáneas ni atiende a personas del común sin cita previa, como solía hacerlo Hernández. 

En los últimos meses, Cárdenas ha recibido más ataques de Hernández. Desde entonces el Alcalde ha hecho más apariciones en medios respondiendo a las críticas, incluidas las de Rodolfo, algo que antes esquivaba pues su perfil no es de confrontaciones. 

Justamente en su última entrevista extensa, hace tres semanas, mencionó a los gestores sociales, como estrategia para combatir la inseguridad, uno de los principales problemas que afronta su administración. 

“(Los gestores) están ayudándonos no solamente al tema de las marchas sino en los barrios, saber qué está pasando con el delito, saber qué está pasando con la violencia intrafamiliar, porque eso hace parte de la percepción de inseguridad”, dijo Cárdenas. 

Los gestores de convivencia son conocidos en Bucaramanga por andar de chaleco azul.

Son el resultado de un plan formulado el año pasado. Hicieron un mapeo de problemáticas por todas las comunas, y, desde febrero de 2021, lanzaron un piloto de 20 gestores. Hoy tiene 102 gestores que acompañan eventos masivos, y, desde mediados de mayo, empezaron a hacer presencia en los barrios. 

Son 1.605 millones de pesos invertidos en la contratación de 102 personas, de las cuales 49 por ciento son profesionales y el resto bachilleres. Su vinculación no respondió a un proceso meritocrático sino a un voz a voz al interior de la Alcaldía. Su rol más visible en medios ha sido el acompañamiento diario a las jornadas de protesta del paro nacional. 

Pero también están haciendo presencia en los barrios. Aunque hay asignados grupos de gestores para las 17 comunas de la ciudad, por ahora están interviniendo tres o cuatro barrios en cada una. 

Las intervenciones pasan por reunirse con los líderes del barrio, tomar nota de los problemas de la comunidad y llevar la información a la dependencia de la Alcaldía que le corresponda hacerle frente. Además, acompañan las reuniones que la Alcaldía tenga programada en cada barrio. 

Los líderes están leyendo de formas distintas ese trabajo. 

Para Karen Abril, presidenta de El Pablón, uno de los barrios del norte de la ciudad, sector de estratos 1, 2 y 3, los gestores están haciendo un trabajo social “de entretenimiento para mitigar un poco los problemas sociales”. Los gestores de su barrio llevaron un taller de cine para niños, una charla sobre consumo de sustancias psicoactivas para adolescentes y están organizando un festival de cometas.

En el caso de Pedro Muralla, presidente de la junta de acción comunal de Altos del Kennedy, también del norte de la ciudad, los gestores “son igual que nosotros (los líderes). Les toca igual que a nosotros, pedalear para que se hagan las cosas. La diferencia es que como casi no hay acceso a la Alcaldía por la pandemia, ellos patinan las cosas”. Allí están haciendo un diagnóstico de las necesidades del barrio. 

Y Trinidad Flórez, presidenta de la junta de acción comunal de Cabecera del Llano, de estratos 5 y 6, nos dijo que aunque tengan buenas intenciones, su presencia no resuelve los problemas. Por ejemplo, el exceso de ruido con el que lidian en la zona de discotecas de su barrio. “Qué sacan con mandar una avanzada de diez, doce gestores de convivencia a caminar por ahí…Lo que necesitamos es acción de las secretarías”. 

La limitante también queda en evidencia con los resultados de la propia Alcaldía. Según el segundo informe trimestral del programa, de las 143 actividades de gestión que hicieron los chalecos azules, solo el 19 por ciento fueron actividades de campo, es decir, actividades organizadas y gestionadas por ellos. El resto, fueron reuniones, acompañamiento a actividades institucionales o recepción de quejas y reclamos. 

Además, según nos explicó Jhon Mosquera, el coordinador del programa de gestores, la idea es que cada tres meses los gestores de cada comuna roten sus esfuerzos por distintos barrios. Por lo que es muy probable que dejen de intervenir en algún sector sin que los problemas hayan sido resueltos. 

Y es que si bien hay cosas sencillas, como contratar personal para hacerle mantenimiento a los parques o reactivar las actividades recreativas para los grupos de adulto mayor, hay barrios en donde el problema principal son las ollas de microtráfico. Frente a eso, la capacidad de los gestores se queda corta. Si bien realizan actividades pedagógicas y preventivas, son esporádicas y aún no responden a un plan organizado contra ese delito. 

Gestos para la foto 

El barrio San Rafael, en el Norte, ocupa titulares locales por capturas de traficantes de droga, incautaciones y homicidios relacionados con el microtráfico. En septiembre pasado, capturaron a tres personas con 7 mil dosis de bazuco y marihuana que iban a distribuir a ollas de la ciudad.  

Además, allí nació y se crió alias ‘Pichi’, el capo del microtráfico en Bucaramanga que fue capturado en Medellín hace tres años. A su hermano, que aún vivía en San Rafael, le pegaron tres tiros por la espalda mientras conducía una moto, cerca de su casa. 

Con ese telón de fondo, poco pueden hablar los líderes de esa zona sobre problemas de seguridad y convivencia, por su propia seguridad. De ahí que en San Rafael no haya frentes de seguridad, una de las actividades que más han replicado los gestores de convivencia en los barrios que han intervenido. Se trata de una red de comunicación entre la policía y la comunidad para denunciar de manera más eficiente. La policía tenía cerca de 70 en toda la ciudad y con ayuda de los gestores han creado otros 60. 

“El que ponga su nombre para estar en constante comunicación con la Policía, acá pone es el pellejo”, nos dijo un habitante del barrio que pidió mantener en reserva su identidad. 

Y no es que el barrio sea impenetrable. Allá no hay robos ni riñas. Los gestores de esa zona articularon con el Instituto Municipal de Deportes de Bucaramanga, Inderbú, para armar una escuela deportiva directamente en el barrio y están tramitando solicitudes para hacerle mantenimiento a dos parques. 

Pero en aras de parar la venta de droga, el principal problema del barrio solo hay una foto. 

Hace un mes, la Alcaldía y la Policía hicieron una actividad recreativa dirigida a niños y adolescentes. A la 1:30 empezaron a instalar carpas de la Alcaldía y durante unas cuatro horas pusieron a los menores de la comunidad a colorear, bailar y les dieron regalos. 

La foto de la actividad la compartieron en redes sociales de la Alcaldía como la recuperación de un espacio donde vendían droga. 

Lo que antes eran espacios para el microtráfico, ahora son usados para el sano esparcimiento de nuestros niños
Por eso, este martes nos tomamos el parque del barrio San Rafael, Comuna 3, para llevar juegos, bailes, risas y demás actividades pedagógicas a la comunidad. pic.twitter.com/h3yjhiii4g

— Secretaría del Interior de BGA (@InteriorBGA) July 13, 2021

Sin embargo, está lejos de ser una cancha exclusivamente para recreación. “(Los vendedores de droga) se corrieron unas cuadras mientras la actividad y pare de contar”, nos dijo un habitante del barrio. 

Según Mosquera, en estos meses las actividades de los gestores en la ciudad han estado encaminadas más hacia el diagnóstico para así ejecutar estrategias macro contra el delito. La primera, una campaña pedagógica contra el hurto de motocicletas, el delito más frecuente en la ciudad, la lanzaron la semana pasada. 

De modo que, por ahora, la labor de los gestores sociales de Cárdenas avanza en hacer presencia institucional y diagnosticar problemas pero aún no para dar soluciones puntuales. Una apuesta aún incierta del Alcalde Cárdenas para hacerse más visible, mientras le hace contrapeso a la revocatoria y a la voz del popular exalcalde. 

Cubro política menuda en los santanderes y conflicto en la frontera colombovenezolana. Soy comunicadora social con énfasis en periodismo en la Universidad Autónoma de Bucaramanga. En 2015 gané el premio de periodismo regional Luis Enrique Figueroa Rey, y en 2019 y 2020 el premio de periodismo regional...