El concejal Otoniel Bayona Macías empezó a sonar en varios medios por amedrentar con un arma a habitantes del municipio. La Silla averiguó su historia.
Cada pueblo tiene un político que por una u otra razón es más visible que los demás. El de Barichara, conocido como el pueblo más lindo de Colombia, es Otoniel Bayona Macías, un concejal que hace tres semanas empezó a sonar en varios medios por amedrentar con un arma a habitantes del municipio.
La mayoría de los implicados (a excepción del concejal Bayona, quien no le quiso hablar a La Silla), coinciden en el relato de los hechos, que tuvo su detonante en una publicación de Vanguardia Liberal sobre los intereses de Bayona y su hijo en la construcción de un proyecto de locales comerciales a la entrada del municipio.
Debido a que Barichara fue declarado Monumento Nacional desde el 78 su arquitectura y expansión es controlada y cualquier proyecto necesita permiso del Ministerio de Cultura y cumplir unos lineamientos particulares.
Sin embargo, el hijo del concejal Bayona, Otto Bayona Peñaloza, obtuvo el permiso de la Secretaría de Planeación del municipio para adelantar el proyecto justo cuando su papá era el presidente del Concejo.
Según le dijeron cuatro fuentes a La Silla, entre esas uno de los implicados, la publicación de Vanguardia despertó la molestia del concejal, quien buscó a dos habitantes del municipio, que días atrás fueron vistos tomándole fotos a la obra, para reclamarles por el artículo.
Una fuente que lo supo de primera mano, le dijo a La Silla, que el Concejal además de insultarlos los amedrentó.
“El Concejal alzó su camisa para amenazarlos con su pistola, pero luego como que recapacitó y se fue del lugar”, le dijo a La Silla esa fuente.
Después, amedrentó a la periodista que escribió el artículo y en las pocas declaraciones que dio trató de “lavaperros” a quienes denunciaron la obra de su hijo.
Pero ese comportamiento, lejos de ser un hecho aislado, según 10 fuentes de Barichara entre concejales, periodistas, exfuncionarios y políticos, es común en el concejal.
De partido en partido
Otoniel Bayona Macías inició en la política en la década de los años 80 cuando era conocido en Barichara por ser un conductor de bus.
Lo hizo de la mano del Partido Conservador -el que tradicionalmente ha manejado ese municipio-, ayudando en campañas y acercándose a líderes.
Eso le permitió escalar y lo hizo tan bien que en el año 90 los azules le dieron la bienvenida a la política electoral y le dieron un cupo en la lista al Concejo de ese año.
En su debut dio la sorpresa y se quedó con la curul. Desde entonces, Bayona ha hecho su carrera política.
Durante 1997 y 1998 el concejal fue gerente de la Cooperativa de Transportadores de San Gil, Cotrasangil, pero salió del cargo, según le contaron a La Silla tres fuentes del municipio, por supuestamente haber inflado los precios de unos hornos que les regaló a los asociados de la Cooperativa para una celebración navideña.
“La diferencia (entre lo pagado y lo reportado) eran como $60.000 por cada horno, pero eso sumado era mucho dinero. Después le tocó devolverlo y por eso lo sacaron”, le dijo a La Silla uno de los socios de la cooperativa.
Después de casi dos décadas de militancia en el Partido Conservador, cambió de bando y aterrizó en el Partido Liberal a inicios de la década del 2000 porque los godos no apoyaron su precandidatura a la Alcaldía.
Con su nueva militancia, en 2003 intentó volver al Concejo y lo logró. En adelante, empezó a saltar de partido en partido en Barichara.
Para las elecciones de 2007, se lanzó con Alas Equipo Colombia y mantuvo su curul, pero como ese partido se disolvió, para 2011 regresó al Partido Conservador. Ese año se quemó. Después de estar cuatro años por fuera del Concejo, en 2015 reapareció políticamente y con el aval de Cambio Radical volvió a las urnas y recuperó la curul.
El tiempo que estuvo fuera del Concejo, Bayona -como representante legal de la estación de gasolina Barichara- contrató con el Estado el suministro de combustible para ambulancias y transporte de colegios en ese municipio.
Sus hijos también tienen negocios. Otto -el mismo del proyecto de los locales- es propietario del Caracoli Discotheque, una discoteca que queda al lado de la estación de gasolina, y su hija Darly Xiomara Bayona es dueña del Hotel Victoria Barichara.
Por sus negocios, Bayona se ha convertido en uno de los poderosos del pueblo y ha estrechado relaciones con los políticos locales.
Es uno de los más allegados al actual alcalde Israel Agón, quién como él, inició en el Partido Conservador pero se distanció cuando no le dieron el aval para volver a competir por la Alcaldía.
‘El pistolero’
Sin embargo, más que por su trayectoria política, Bayona es conocido en Barichara por su comportamiento.
Según las seis fuentes consultadas, al concejal de Cambio Radical lo conocen en ese municipio de 7 mil personas como ‘el pistolero’ porque le gusta usar su arma para intimidar.
“(Otoniel) toda la vida ha tenido problemas en el pueblo por su revólver. Por eso el apodo que le tienen aquí es pistolero’, le dijo a La Silla una de esas fuentes. Las otras cinco dieron una versión similar.
El hecho que más recuerdan los ciudadanos de Barichara fue cuando en 2002 amenazó con un arma de fuego a Luis Jesús Barrera, un conductor de transporte público.
“Él lleva muchísimo tiempo haciendo esas cosas, amenazando gente, no lo aguanté cuando me amenazó de muerte y terminé quitándole el revólver para que no me hiciera nada”, le relató a La Silla el mismo Barrera.
Por esos hechos, Barrera lo denunció ante la Inspección de Policía y luego ante la Fiscalía de San Gil. “Eso fue ya hace varios años, ya es pasado y no se ha vuelto a meter conmigo, pero sí he escuchado que con otros hace lo mismo” dijo Barrera.
Desde ese episodio, según nuestras fuentes, el concejal Bayona tiene una sanción que le prohíbe portar armas. Esa versión no logramos comprobarla.
Pero dados sus antecedentes, después del episodio de los locales comerciales, 134 habitantes (equivalen al 69 por ciento de los votos que obtuvo el concejal en 2015) de Barichara firmaron una carta dirigida a la Personería pidiéndole que revisara las actuaciones del concejal.
El personero Javier Niño le dijo a La Silla que no podía referirse sobre la carta porque abrió una indagación “y todas las actuaciones mantienen reserva sumarial”.
Aunque nos contactamos con el Concejal y su hijo para obtener sus versiones ninguno quiso conceder una entrevista.
“No estoy dando ningún tipo declaraciones porque he sido víctima de la prensa en estos días”, dijo el concejal.