El alcalde de Barrancabermeja, Darío Echeverry, ganó el primer round en la pelea con los concejales, quienes están presionándolo para que les cumpla con los compromisos de campaña.
La luna de miel entre la Alcaldía de Barrancabermeja y el Concejo de esa ciudad no duró mucho. En el último mes Darío Echeverri pasó de tener bajo su ala la coalición mayoritaria, que agrupaba a 11 de los 17 concejales de ese municipio, a quedarse sin aliados y moverse en medio de una tensionante relación que tiene como trasfondo el incumplimiento de varios de los compromisos que adquirió en campaña.
La rebelión
El trámite de un proyecto de acuerdo para hacer adiciones presupuestales que irían a financiar obras de salud, de infraestructura y el programa de alimentación escolar, se convirtió en el episodio que terminó dando al traste con la relación entre el Concejo de Barrancabermeja y el alcalde Darío Echeverri.
A pesar de que durante los primeros meses de su administración, Darío tenía de su lado 11 de los 17 concejales, desde mitad de año empezaron a marcar distancia, según tres fuentes que se mueven en la política del puerto petrolero, la razón obedeció a que “el Alcalde no les estaba cumpliendo (con los compromisos de la campaña)”.
Aunque como contó La Silla, en la repartija burocrática que hizo el alcalde cuando armó su gabinete algunos concejales recibieron su tajada y otros algunos cupos en las secretarías para meter su gente, según dos personas de adentro de la Alcaldía y cercanas a Echeverri, esa era solo una parte del trato.
“Hubo compromisos de dinero. Darío se comprometió a darles plata y eso es lo que están reclamando”, dijo una de esas fuentes. La otra dio una versión casi idéntica.
Así las cosas, según esas mismas fuentes, los concejales empezaron a buscar la manera de meterle presión a Echeverri y ese acuerdo, que entre otros tenía la financiación del PAE, se convirtió en la excusa perfecta.
“Se empezaron a afanar por la plata y necesitaban hacer presión por algún lado, aunque Darío tiene un año para responderles, se afanaron”, dijo una de las fuentes.
Sin embargo, el proyecto que escogieron los concejales terminó siendo el menos indicado, debido a que tenía que ver con adición de recursos provenientes de la Nación y que venían de compromisos de la administración anterior.
En la Comisión de Hacienda, en cabeza del concejal del Movimiento Vamos Alexander Árquez, dieron ponencia negativa argumentando que hacían falta documentos que soportaran que el municipio se podía endeudar más, aún cuando el alcalde explicó que el crédito ya estaba aprobado desde el año pasado y que no se estaba pidiendo más cupo.
Según le contó a La Silla un concejal, los 11 que antes eran de la coalición acordaron no aprobar el proyecto hasta que Darío no les cumpliera los demás compromisos -algo que en el sector de la otrora coalición negaron-.
Fuera como fuere, el trancón en ese proyecto, terminó jugándole en contra al Concejo debido a que ese era un proyecto trascendental para la ciudad.
Por un lado el Partido Liberal presionó a los suyos (3 de los 11) con una carta que fue firmada por todos los dirigentes locales, y por otro la Procuraduría Provincial les envió una advertencia donde les decía que si no aprobaban el proyecto se podían meter en problemas disciplinarios.
La respuesta de Darío y su victoria
Pese a la advertencia, los concejales no cedieron y en su lugar el Alcalde respondió con un revolcón en su gabinete que dejó sin cuotas a los concejales.
Mientras que le quitó la Secretaría de Desarrollo Social al concejal Alexander Árquez del movimiento Vamos, que no solo es el vicepresidente de la Comisión de Hacienda sino que uno de los que le estaba haciendo más oposición, a los de su partido les sacó las cuotas que tenían en la Secretaría de Educación y Medio Ambiente y a los de Alianza los dejó sin la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria, Umata.
“Eso los enfureció más y a diferencia de lo que pensaba Darío, se mantuvieron en su posición y lo siguieron presionando”, le dijo a La Silla una fuente cercana al alcalde.
El tire de Darío sin el afloje de los concejales duró 45 días, y solo se destrabó hasta que el 31 de octubre cuando la Procuraduría le hizo llegar al Concejo otra advertencia.
Así que al final el Alcalde salió victorioso pero con una pelea casada de la que solo ha vivido el primer round, porque según dos fuentes cercanas al Concejo, la otrora coalición no va a desistir hasta que le cumplan los compromisos.