Líderes de Alianza por la Paz de Arauca. En el medio, José Edin Olivares, exalcalde de Arauquita quien suena como candidato a la circunscripción especial de paz de esa región. Foto: Redes sociales.
Ni en el Catatumbo ni en Arauca las víctimas han decidido si competirán directamente por esas curules, pero sí hay candidatos tratando de capitalizar esos votos.
Mientras en el Congreso se debate el acto legislativo, que entre otros, le dará vida a las 16 circunscripciones especiales de paz en caso de ser aprobado, las organizaciones de víctimas han empezado a moverse con miras a tener posibilidades reales de competir por esos espacios.
Y aunque en regiones como la Caribe, la Pacífico y la Sur ya varios nombres de potenciales candidatos empezaron a meterse en los sonajeros, en Arauca y el Catatumbo, en Norte de Santander, aún no han decidido si van a entrar a competir por esos espacios con candidato propio.
Sin embargo, líderes que hacen parte de esa población pero que están alineados con organizaciones sociales directamente y que quieren entrar a la puja, ya están abriéndose espacio para ganar terreno y capitalizar votos entre el sector de los campesinos que está dentro del registro nacional de víctimas.
Así se están moviendo los dos territorios del oriente del país que tendrían derecho a las curules especiales.
En el Catatumbo, como lo contó La Silla, quienes le han madrugado a la discusión de la circunscripción especial de paz han sido los integrantes de la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat, una organización afín políticamente a las Farc.
Además de que en los últimos dos meses ha hecho asambleas para escoger su candidato propio, también está buscando unir esfuerzos con otras organizaciones campesinas como el Cisca (con afinidad a los postulados políticos del ELN), para no dividir esfuerzos en las urnas, y está haciendo capacitaciones en toda la región para promover esa figura.
Con ese terreno abonado, Ascamcat ha ganado por dos lados, porque además de que tiene el tema de la circunscripción en su agenda, la mayoría de sus militantes están en el registro de víctimas, y eso de entrada le da para agrupar a otro de los sectores con capacidad de poner candidato.
Eso en parte ha diluido la figuración de las organizaciones directamente de víctimas en la región, que por ahora según , Rubén Yáñez, dirigente de la Coordinadora de Víctimas de Norte de Santander, y Óscar Rico, representante de la Asociación de Víctimas de Tibú y el Tarra, están moviéndose entre tres posibles escenarios.
El primero, es irse con las asociaciones; el segundo es respaldar políticos de vieja data que quieren lanzarse para ocupar ese espacio; y el tercero, lanzar candidato propio.
Del primero aún nada hay nada concretado, pero del segundo ya hay sonajeros y por lo menos en un sector tanteando probabilidades.
Esas mismas dos fuentes le dijeron a La Silla, que el expersonero y excandidato a la Alcaldía de Teorama por la Unión Patriótica y Alianza Verde, Pedro Quintero, y que el excandidato a la Alcaldía de Tibú por el Partido Conservador, Bernardo Betancur, ya empezaron a hacer reuniones para buscar la curul de la circunscripción y que están buscando su respaldo.
Sin embargo, ese escenario genera mucho escepticismo porque por lo que han percibido en el ambiente, se trata de una campaña política como cualquier otra.
“Vemos que los que van a llegar o van a ser piloteados por otras personas o van a llegar allá a hacer bulto como muchos políticos que llegan con buenas intenciones, con fuerza y terminan haciendo nada”, dijo Rico a La Silla.
Y es que más allá de la representación, a los líderes de víctimas les preocupa que aún si llegan al Congreso su papel no funcione.
“A primera vista la oportunidad (de la circunscripción) es buenísima pero de fondo no porque para llegar a una Cámara directamente hay que tener conocimientos sobre ley, administración, derecho y quienes tienen eso no son de población campesina directamente”, aseguró Rico.
Aún así, en septiembre ya convocarán una reunión, cuando se espera que estén más claras las reglas, para decidir si postularán a alguien que los represente directamente en la competencia por esa curul.
“Nos falta organización pero porque no hay garantías para participar porque por un lado está la maquinaria política metiéndose y por el otro los grupos armados. Algunos defensores y líderes sociales hemos tenido grandes riesgos y no tenemos medidas de protección. Ahora imagínese cómo será en política”, le dijo Yáñez a La Silla.
Solo hasta cuando se reúnan esas organizaciones, se sabrá si se lanzan con ficha propia, o si se pliegan a una organización para respaldar un candidato en común. Mientras tanto, según le dijeron a La Silla los líderes de esas dos asociaciones de víctimas, van a seguir mirando al toro desde la barrera.
La doble condición de víctimas y políticos
En Arauca, para 2016, iban registradas 79 mil víctimas, cifra que es el equivalente al 30 por ciento de la población del departamento.
Según los datos oficiales, la mayoría están concentradas en la capital araucana. en Tame y Arauquita, dos de los cuatro municipios que integran la circunscripción especial de paz.
Aunque allí las víctimas son bastante representativas en número y las organizaciones que trabajan con ellas como la Fundación de Derechos Humanos Joel Sierra o el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH), tienen amplio reconocimiento en la región, allá aún no se habla mucho de las circunscripciones.
María Aguilón, líder de víctimas quien trabaja con la Fundación Joel Sierra, le dijo a La Silla que aún están analizando las ventajas o desventajas de participar y que si bien hay algunos líderes que quieren que participen como población víctima, hay otros que no.
Por su parte, María Ruth Sanabria, ganadora del Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos y dirigente del CPDH, le dijo a La Silla que la posibilidad se está analizando “con cuidado” porque aun cuando el espacio es importante, hay confusión porque políticos de la región están buscando entrar.
La puerta de entrada a quienes tienen trayectoria en la política, bien sea porque ya se han lanzado a algún cargo de elección popular o porque ya lo han ocupado, puede que finalmente se cierre en el proyecto final que apruebe el Congreso, pero mientras tanto, los nombres que más están sonando en Arauca, según dos periodistas, un padre que hace labor social y un político, son precisamente políticos.
Como ya lo habíamos contado, dos de los que están en la baraja son Martín Sandoval y Older Cáceres, quienes además de ser líderes sociales, han hecho carrera en la política en la región.
Además, en el sonajero está José Edin Olivares Real, un exalcalde de Arauquita por el Partido Liberal quien también pertenece al movimiento Alianza por la Paz, que lidera Older Cáceres.
Ahora, para hacerle contrapeso a la idea de que haber sido político es malo, Cáceres, el que más suena para la circunscripción, está haciendo su precampaña con una bandera en particular: en Arauca la mayoría de políticos nacen desde la dirigencia social.
“A veces el miedo a ser señalado de utilitaristas, de ‘ay mire tanto que decía que defensor de derechos humanos y mire ahora con bandera política’…Eso hace que muchos duden pero desde la Alianza por la paz tenemos vocación de poder” le dijo Cáceres a La Silla.
A eso se suma, que en Arauca muchos políticos, tienen también la condición de víctimas.
Por ejemplo, Martín Sandoval fue víctima de los falsos positivos en 2008 y en 2002 en la época en que fue diputado por la Unión Patriótica, fue uno de los políticos que las Farc hostigaron en Arauca para que renunciara.
El mismo caso lo vivió Older Cáceres, quien era concejal de Saravena cuando en medio de la presión, uno de sus compañeros fue asesinado y otros seis terminaron renunciando.
“Queremos visibilizar que los políticos también hemos sido víctimas y eso ha generado una crisis política en Arauca. Muchos se fueron a la tumba, otros a Venezuela y otros dijeron ‘no yo me voy a dedicar a la finca ya ni me meto ni a una junta de acción comunal’ muy pocos nos quedamos, resistimos y ahora hay otra oportunidad”, dijo Cáceres a La Silla.
Un superpoderoso del campo aspira en el sur de Bolívar
En la circunscripción 13 ya se mueven cinco precandidaturas entre víctimas y líderes sociales.
De acuerdo con Álvaro Manzano, líder campesino de la Acvc –Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra, una de las más grandes organizaciones campesinas del país fundada en 1997– las distintas organizaciones sociales y de víctimas está trabajando por municipios para articularse y definir una candidatura única.
“Hoy creemos que no podemos darnos el lujo de decir que las víctimas van a poner un candidato y las organizaciones sociales otro hasta que no hagamos un análisis del potencial electoral que tenemos”, afirma.
Por eso, en cada uno de los de los municipios que integran la circunscripción se están barajando nombres para llevarlos a una instancia de elección que todavía no está definida.
“Es un proceso que apenas está iniciando”, dice Manzano.
Por la Acvc se está impulsando el nombre de Andrés Gil, uno de sus fundadores y líderes históricos que además cuenta con años de militancia en Marcha Patriótica. Gil fue víctima de desplazamiento forzado y por su liderazgo campesino recibe constantes amenazas contra su vida.
Andrés Gil fue un precursor de la zona de reserva campesina del magdalena medio, una de las primeras en ser conformadas en el país, algo que lo convierte, como contamos en La Silla, en un súperpoderoso del campo.
En el municipio de San Pablo está la precandidatura de Artemio Mejía, uno de los líderes del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (ganador del premio Nacional de Paz en 2001). Él fue aspirante a la Alcaldía de su municipio en las pasadas regionales avalado por el Partido Liberal obteniendo y obtuvo 2.730 votos.
Mejía ya había sido aspirante a la Alcaldía en 1997 por el partido Conservador cuando fue víctima de secuestro por parte de las Farc. Es miembro de Ecocacao, cooperativa de campesinos cafeteros con presencia en siete departamentos.
Otras candidaturas que caminan en esta circunscripción pero por fuera de los movimientos de víctimas son las de la exalcaldesa de Cantagallo (quien ocupó el primer cargo de ese municipio en 2012 y 2015 con el aval del partido Conservador), Fabián Echeverría (excandidato a la Alcadía de Yondó por la ASI y la Alianza Verde) y Óscar Ruíz, líder comunal y presidente de Asojuntas Yondó.