Así fue como el exsenador resultó como uno de los grandes perdedores de las elecciones 2019
Leonidas Gómez fue uno de los grandes perdedores de las elecciones del 27 de octubre.
Aunque aumentó su votación con respecto a la de hace cuatro años en poco más de 100 mil votos, y logró aglutinar buena parte del voto de opinión en el área metropolitana de Bucaramanga y en Barrancabermeja, al final su balance es negativo principalmente porque lo derrotó Mauricio Aguilar en una campaña en la que él arrancó como el virtual ganador debido al impulso electoral que traía.
Una fallida estrategia que afectó su imagen, su desaparición en la mitad de la contienda, y la acortada de distancia con estructuras tradicionales, fueron parte de la lista que concluyó con su derrota en su segundo intento por llegar a la Gobernación.
En todo caso, como finalmente decidió aceptar la curul en la Asamblea que le otorga el Estatuto de Oposición (después de decir que no lo haría), aún falta ver lo que logra como la cara más visible de la oposición en el departamento.
Salió al ruedo dando explicaciones
Leonidas Gómez debutó en la política de Santander como una revelación del voto de opinión.
En 2015 con una campaña con poca plata y alejada de las maquinarias, cerró en las urnas con 232 mil votos y quedó en segundo lugar por encima de los candidatos del clan Aguilar.
Y en 2018 repitió la hazaña cuando buscó el Senado y con 84 mil votos (solo 3.596 los sacó fuera de Santander) se convirtió en el congresista más votado del departamento.
Esa victoria, planteó un cambio dentro de la dinámica de Gómez como político por dos razones de fondo.
Por un lado, porque tuvo que matricularse en un partido (entró al Polo) y con ello rompió la neutralidad política que había sido clave en su despegue; y por otro, porque generó expectativa sobre su figuración dado que basó su campaña en que estando en el Congreso sería más útil para Santander que en la Gobernación.
Sin embargo, sorpresivamente renunció a cinco meses de posesionarse para volver a buscar el primer cargo del departamento, y, como lo anticipó La Silla, eso le generó un talón de aquiles que quedó expuesto durante toda la campaña.
Aunque, la explicación que dio fue que había tomado la decisión porque varios de sus electores se lo habían pedido, al final el argumento no convenció.
En su lugar, se convirtió en la munición constante de sus contendores y sus opositores.
Y más porque durante su paso por el Congreso no destacó ni tuvo posiciones contundentes en trámites como el de la reforma tributaria, y en su lugar tuvo varias salidas en falso.
Como la del video que grabó junto al exgobernador y hoy senador de Cambio, Richard Aguilar, promocionando un proyecto de ley para declarar distrito especial a Barrancabermeja.
Por lo que, parte de la campaña de Leonidas Gómez se fue en dar explicaciones sobre su salida y en defender su poca figuración.
Jugó contra él mismo
Aunque el sello de Leonidas Gómez hasta antes de iniciar la carrera electoral de este año era el de un empresario culto con capacidad y liderazgo, un cambio de estrategia en su campaña a inicios de septiembre le dio un golpe del que no se recuperó.
Fue cuando en el debate del Canal TRO mostró una faceta que rompió con esa imagen y mostró a un Leonidas más irreverente y teatral, pero también desatinado, poco coherente y tosco.
Esa salida estuvo ligada a los orígenes de Gómez como cuentero y mimo, y nació porque necesitaba desmarcarse de los demás candidatos, principalmente de Mauricio Aguilar-ahora gobernador electo-, quien le estaba acortando distancia en el área metropolitana, donde tenía su fuerte electoral.
Como contamos en La Silla en su momento, la estrategia no la consultó con su grupo cercano y se convirtió en un tiro al aire porque en ese momento no se sabía si afectaría a su electorado.
Sin embargo, lo que quedó claro tras las votaciones, fue que se convirtió en un paso en falso.
La segunda movida errónea ocurrió al poco tiempo cuando Leonidas anunció un receso de 12 días en su campaña.
Pese a que la excusa oficial de su equipo fue que por recomendación médica el candidato se había tomado el descanso; una vez reapareció, él mismo salió a decir que esa información no era cierta, y que realmente había dedicado ese tiempo a cuidar a su esposa.
Más allá de cuál fue la versión cierta, lo que pasó al final fue que él mismo generó un nuevo ruido sobre su aspiración, y que ni siquiera quedó claro por qué se ausentó de la campaña en un momento tan coyuntural.
“Eso ayudó mucho a que Mauricio tomara ventaja con votantes indecisos en varios rincones del departamento”, nos dijo uno de los miembros cercanos de la campaña del gobernador electo.
Además, un miembro del equipo de Gómez nos lo resumió así: “Los momentos de Leonidas fueron un debate donde se robó el show de forma negativa, tratando de recoger atributos del gran opositor que él no es. A cerrar en un debate en que pasó sin pena ni gloria”.
No fue el único que compitió por el voto de opinión
Hace cuatro años el gran secreto de Leonidas Gómez estuvo en que fue capaz de sumar una buena parte del voto de opinión de Bucaramanga y el área metropolitana.
Lo hizo en parte porque su debut fue el de un empresario independiente sin tendencia política y eso le permitió aglutinar voto de derecha, de centro y de izquierda, indistintamente.
Sin embargo, para esta campaña entró en condiciones muy diferentes.
Por un lado, ya tenía el rótulo de exsenador, estaba enfrentando las críticas que le hicieron por renunciar a su curul a cinco meses de posesionarse, y ya estaba matriculado en el Polo Democrático, algo que de entrada lo ubicó en una tendencia de izquierda.
Por otra parte, en la contienda tenía a más candidatos compitiendo el voto de opinión.
La diputada de La U, Ángela Hernández, quien se hizo famosa por liderar marchas contra la inclusión de los derechos lgbti en las cartillas escolares de 2016, le mordió una parte del voto de derecha.
Principalmente porque aunque tuvo el respaldo de los liberales y del Centro Democrático, que son partidos tradicionales y con líderes cuestionados, no tenía escándalos de corrupción.
De hecho, sus resultados en las urnas la convirtieron en una de las revelaciones electorales de Santander porque su campaña no tuvo gastos desbordados y cerró con 215 mil votos y en 45 municipios quedó en segundo lugar.
Pero más allá de Hernández, a Gómez también le jugó en contra que en su propio espectro tuvo competencia.
Emiro Arias, quien decidió lanzarse por firmas luego de que Leonidas le diera la espalda tras haberlo presentado como su candidato a la Gobernación, le mordió votos de la izquierda y del centro y al final cerró con más de 40 mil sufragios a su favor.
Su resultado también fue llamativo porque su campaña no tuvo plata y se movió a punta de redes sociales.
Así que ese escenario, sumado a las salidas en falso que contamos en el punto anterior, le abonaron terreno a la derrota de Gómez.
Incluso porque aunque él aumentó su votación y en esta ocasión alcanzó 332 mil respaldos, 100 mil más que hace cuatro años, una parte de su resultado se explica en el voto útil.
“Hubo votantes que lo respaldaron a él porque sabían que apoyar a otro candidato le abría espacio a los Aguilar, no porque estuvieran convencidos de que él fuera la mejor opción”, nos dijo un político que lo apoyó en campaña.
Se acercó a los tradicionales y en vez de sumar le restaron
Leonidas no logró armar una estructura política que fuera más allá de él durante estos cuatro años.
Si bien Dignidad Santandereana sí genera recordación, es más una marca que recae sobre el mismo Leonidas que una plataforma política.
Eso en parte contribuyó para que no se fiara solamente del voto de opinión y empezara a buscar alianzas en sectores que lo terminaron golpeando profundamente.
El principal ruido lo generó el apoyo que le dio la casa liberal de Horacio Serpa.
Si bien ese grupo no ejerció influencia directa sobre su campaña, sí era claro que miembros del serpismo, como Wilson Peña (exfuncionario de la Gobernación de Tavera) o amigos personales del exsenador Horacio Serpa, como el columnista Jorge Gómez Pinilla, eran cercanos a su aspiración.
La explicación que Gómez dio en su momento fue que su movimiento era tan amplio que podía recoger a aquellas personas que no se sentían identificadas con otras campañas y que tuvieran voluntad de cambio.
Sin embargo, dado que ese grupo en varios municipios seguía funcionando como uno más de la clase política con prácticas electorales tradicionales, ese argumento no convenció y en su lugar se convirtió en munición para que lo atacaran durante toda la campaña.
“Se especuló mucho sobre la participación de la clase política tradicional y nunca fue contundentemente rechazada. Nunca apareció nadie alzándole la mano pero los señalamientos calaron”, nos dijo uno de los verdes que accedió a hablarnos manteniendo la reserva de su nombre.
Encima, Gómez tuvo en contra que los partidos con los que se alió formalmente con él no estuvieron unificados en torno a su nombre.
La vertiente del verde que encabeza Carlos Ramón González en Girón, uno de los municipios del área metropolitana (donde Leonidas era fuerte) se movió con Mauricio Aguilar.
Encima, el representante verde Fabián Díaz, luego de un escándalo que le pegó a Leonidas Gómez pero que en realidad no tuvo que ver con él, le retiró públicamente el apoyo y la noticia trascendió porque también lo hizo Operación Tránsito Bucaramanga, una página de Facebook que puso diputado este año.
Y con la Colombia Humana UP tuvo una relación accidentada que incluyó que en algún momento de la campaña le retiraran el apoyo.
No conquistó las provincias
Desde 2015 era claro que su fortaleza estaba en los municipios del área metropolitana y su debilidad en las provincias.
Y aunque parte de las metas estaban en descentralizarse (en 2015 solo ganó en el área metropolitana y en 2018 tuvo el 80 por ciento de los votos allí), al final no lo lograron en la campaña.
Primero, porque el trabajo continuo lo hicieron desde las ciudades, y en la provincia quedaron rezagados.
Segundo, aunque para el Senado, Gómez recorrió los municipios más grandes de la provincia, la correría no la intensificó sino hasta este año, y con todo y eso, hubo municipios que no alcanzó a visitar.
Y si bien ya no era un completo desconocido como en 2015, en la provincia tenía el reto de conquistar electores.
Eso no lo logró por varios motivos.
Por una parte, tal y como nos dijeron dos de las personas que trabajaron de lleno en la campaña de Gómez, en los pueblos aún está muy normalizada la transacción del voto y en varias ocasiones en visitas a provincia, la gente les reclamaba por eso.
Por otra, porque aún el voto de las provincias en Santander sigue siendo muy conservador, y eso quedó demostrado en que aunque Ángela Hernández hizo una campaña similar a la de él en términos de plata, sí logró calar y alcanzó el segundo lugar en 45 de los 87 municipios.
Y por último, porque según nos dijeron internamente, no tuvieron estructura propia ni externa.
Dignidad Santandereana no tenía candidatos de sus entrañas salvo por Ricardo Eslava quien buscó la Asamblea pero se quemó; y del lado de los partidos que lo respaldaron las únicas dos fórmulas a la Alcaldía fuertes estuvieron en Santa Helena del Opón y Barbosa, dos de los tres municipios pequeños donde sí le ganaron a Aguilar.
Así, tal y como nos dijo una de las fuentes con las que hablamos para esta historia, el proyecto de Leonidas Gómez no resultó en un movimiento político organizado sino en una “emoción electoral”.