Dos movidas en los últimos días le dan oxígeno al poder político del condenado exalcalde para el próximo cuatrenio.
Con la aparición de Jorge Acevedo, Martha María Reyes y Silvano Serrano el miércoles en varias tarimas en Cúcuta, se decantaron dos movidas del condenado exalcalde Ramiro Suárez para las locales de octubre.
Más allá de a quién le moverá su maquinaria, quedó claro que su apuesta es ceder protagonismo a cambio de no quedar borrado.
Sin Alcaldía pero con la mira en la Contraloría
En medio de la correría por cinco barrios de Cúcuta el miércoles pasado, Martha María Reyes anunció públicamente su adhesión a la campaña de Jorge Acevedo.
Que se concretara esa unión, que hacía parte de un acuerdo entre el ramirismo y Jorge Acevedo que consistía en que su candidata Martha María Reyes se sometería a una encuesta con él y el ganador sería el candidato del grupo, es muy diciente.
La razón está en que hasta la semana pasada buena parte del grupo seguía montado en la campaña de Martha María porque dentro del ramirismo sentían que con Acevedo no tenían garantías de mantener el poder y amenazaron con armarle boicot.
Si bien el fantasma sigue vigente, la alineada ya se concretó por completo.
Según una fuente de adentro del grupo de Suárez, el mismo miércoles el exalcalde habló vía Skype con su ahijado, el Alcalde César Rojas, y varios de los secretarios que son cuotas suyas, y les dio la orden definitiva de apoyar a Acevedo.
“(Ramiro) les dijo ‘si quieren váyanse pero por acá no vuelven nunca’…y es que ¿para dónde van a coger si no es ahí?”, nos dijo esa fuente, que nos habló con la condición de no ser citada.
Además de la orden de Suárez, cedieron porque el condenado exalcalde también formuló un plan para asegurarse poder en una eventual administración de Acevedo.
Según un exconcejal, dos concejales y dos fuentes que se mueven dentro de su grupo y que nos lo contaron por aparte, el acuerdo entre Acevedo y Suárez también incluía que quien quedara de segundo en la encuesta sería el próximo contralor de Cúcuta.
Si bien a ese cargo se llega vía un concurso que hace la mesa directiva del Concejo y ni siquiera se ha convocado, en la Cúcuta política se da como un hecho que Suárez se moverá para que Reyes resulte elegida si Acevedo gana en octubre.
Eso significa, que si se cumple, el condenado exalcalde tendría cómo apretar al futuro Alcalde.
“Si Jorge se le va a rebelar pues él (Ramiro) lo presiona con Martha María desde la Contraloría y así no lo deja respirar”, nos dijo uno de los concejales que nos contó del acuerdo.
Que eso sea lo que suceda si Acevedo gana la Alcaldía no es tan claro, porque quien llegue como primer mandatario puede negociar con el Concejo saliente. Por eso, Suárez solo podría asegurarla si la elección se da antes de las votaciones regionales.
En todo caso, esa estrategia de presión es bien conocida por Suárez que, como contamos en diciembre, se la aplicó a Rojas porque se estaba oponiendo a elevar el presupuesto de inversión de 2019.
En ese entonces, la Personería (que también maneja Suárez) le abrió una investigación disciplinaria al Secretario de Hacienda por el aumento del déficit de la Alcaldía dos días antes de la aprobación de presupuesto, y Rojas cedió a última hora.
Así que de cuajarle la estrategia, con ese acuerdo Suárez le pone un seguro a su figuración en el siguiente cuatrienio en Cúcuta.
La letra menuda del acuerdo con Silvano
Aunque la semana pasada el Gobernador William Villamizar selló una alianza con el representante liberal Alejandro Carlos Chacón para que Silvano Serrano hiciera fórmula con el candidato rojo a la Alcaldía, Jorge Marthey, y eso dejaba sin juego a Ramiro, otra movida debajo de la mesa le puso seguro a su figuración pero esta vez en el departamento.
Dos políticos, uno de los cuales trabaja con el ramirismo, le contaron a La Silla por aparte que el lunes Serrano visitó a Suárez en Bogotá.
Aunque uno nos dijo que se habían reunido en La Picota y el otro que fue en otro lado, durante una de las habituales salidas que le autoriza el Inpec a Suárez, coincidieron en que Serrano se comprometió a darle participación burocrática en su gobierno a cambio de que su estructura también lo apoyara en las elecciones.
Según ambas fuentes, Ramiro Suárez accedió.
La movida al final es un gana-gana, porque con ese acuerdo Serrano asegura los votos de toda la maquinaria de Cúcuta y de paso sigue cerrándole espacios al candidato uribista Juan Carlos García-Herreros.
Además porque, aun cuando Silvano no me va a poner votos a Acevedo, Suárez asegura una bala de oxígeno de repuesto si su apuesta a la Alcaldía se quema.
Así que aún cuando su poder electoral está diezmado y su grupo fracturado, el condenado exalcalde hace votos para sobrevivir políticamente y tener injerencia en la capital de Norte de Santander desde La Picota.