Una de las estrategias de la campaña de Gustavo Petro para la segunda vuelta ha sido marcar a Rodolfo Hernández como uribista, una idea que ha martillado en diferentes escenarios como aquí y aquí. Solo ayer dijo públicamente “el señor Hernández obviamente prefirió a Uribe sobre Fajardo. Era previsible”.
Pero lo que muestra la trayectoria de Hernández desde que incursionó en la política es que ha sido más afín al petrismo que al uribismo. Así lo demuestran estos seis momentos clave:
Le hizo el guiño a Petro en 2018
Siendo alcalde de Bucaramanga, Hernández protagonizó varias controversias por su participación activa en política e incluso terminó supendido en 2019 por respaldar de frente a Juan Carlos Cárdenas, quien fue elegido como su sucesor.
En la campaña presidencial de 2018 se puso la camisa petrista y en un acto donde daba a conocer su plan de intervención a barrios populares de Bucaramanga, le dio el guiño de frente.
Entre otras, dijo:
- “Les hago una reflexión, cuál candidato ha dicho eso (sobre el programa agrícola), el único que ha dicho eso es Gustavo Petro, si va a cumplir lo que dice o no, ya no sé, pero sí es el único que la tiene clara”.
- “El único candidato a la Presidencia que tiene claro de dónde va a salir la involucración de toda la capacidad de mano de obra que generamos los colombianos, es él. El resto dice que van a hacer colegios, clínicas, que van acabar con la corrupción, pero tienen todos los corruptos metidos en la campaña”.
En una entrevista con La W al día siguiente dijo que sí le gustaba Petro, pero para salvarse de una sanción se justificó diciendo que no estaba participando en política sino que hacía “pedagogía electoral”.
En esa campaña, Rodolfo hizo otras movidas que beneficiaban las posiciones políticas de Petro. Por ejemplo, le pidió al candidato de la Colombia Humana y al entonces candidato uribista y ahora Presidente, Iván Duque, que se comprometieran a no intervenir el Páramo de Santurbán si llegaban a la Casa de Nariño.
Petro le respondió que se comprometía a no hacerlo, y Duque dijo “el apoyo de mi bancada lograremos implementar reformas que en materia fiscal, presupuestal y ambiental reclama el país”.
Con esas respuestas, Rodolfo Hernández en redes sociales salió a resaltar la respuesta de Petro y a cuestionar la de Duque: “(lo que me respondió) no es ni chicha ni limonada”.
En 2021 dijo que si perdía en primera vuelta iba por Petro en segunda
En octubre de 2021 en Noticias Caracol le preguntaron a quién respaldaría en caso de no pasar a la segunda vuelta, escenario que pintaba muy probable.
Hernández respondió: “votaría por Petro, porque lo que yo tengo en el imaginario mío, es que tiene preciso lo que hay que hacer, le estoy diciendo lo que hay que hacer, no sé si lo haga”.
Los halagos de Hernández a Petro han sido varios durante la campaña.
En Radio Nacional dijo que no le había parecido un mal Alcalde y que le daba una calificación de 3,7 sobre 5. Además, dijo que no consideraba que fuera a expropiar.
El video lo compartió Cielo Rusinque, presidenta del Centro de Pensamiento Progresista Latinoamericano (Petro le pagó por 122 millones por “pauta publicitaria en redes” en esta campaña) y activa seguidora de la campaña de Petro.
Escuchen este vidéo, lo que piensa @ingrodolfohdez sobre @petrogustavo pic.twitter.com/HA4rIpMWBC
— Cielo Rusinque Urrego???????????????? (@cielo_rusinque) April 8, 2022
Por no impulsar al uribismo, no ha apoyado las aspiraciones del uribista más cercano a él
Jorge Figueroa Clausen es un amigo de antaño de Hernández, allegado a su familia y uno de los uribistas más visibles de Santander. Fue Comisionado de Televisión en el primer gobierno de Álvaro Uribe.
Como alcalde de Bucaramanga, Hernández lo nombró Secretario de Desarrollo Social, no por uribista sino por su cercanía personal. De hecho, Figueroa le dijo a La Silla en su momento que tuvo que renunciar al Centro Democrático para que Rodolfo lo nombrara.
En 2018, aún siendo secretario, Figueroa se lanzó a la arena electoral y empezó a sonar para ser el heredero de Hernández a la Alcaldía de Bucaramanga. Sin embargo, no logró el respaldo de Rodolfo, que tenía reservas con su militancia uribista.
“Lo que (Hernández) ha dicho es que es muy difícil que él sea un candidato de línea independiente que logre reunir las fuerzas de Lógica, Ética y Estética siendo identificado como miembro del Centro Democrático”, nos dijo una fuente del primer círculo del Alcalde en su momento.
El mismo escenario se repitió en 2022, cuando Figueroa intentó ser la cabeza de lista de la ‘Liga de Gobernantes Anticorrupción’ a la Cámara por Santander. Alcanzó a encabezar la primera versión de la lista ,pero salió al poco tiempo.
Y eso, como le dijo Figueroa a La Silla Vacía, se debió en parte a su uribismo .
No quiso que el uribismo impulsara su campaña a la Alcaldía (las bases uribistas tampoco)
En 2015, cuando Hernández se lanzó a la Alcaldía de Bucaramanga, se reunió con Álvaro Uribe Vélez, quien estaba de correría con el recién creado Centro Democrático.
El encuentro, según le confirmaron a La Silla dos fuentes que estuvieron presentes, no lo buscó Hernández.
“Recogí al Presidente en mi carro. Bajando del aeropuerto le comenté de la aspiración de Hernández y le dije que había empresarios respaldándolo. Le sugerí escucharlo y él dijo que le parecía interesante“, relató Jorge Cote Cadena, uno de los exdirectivos uribistas de Santander. Una versión muy parecida entregó Jorge Figueroa.
A la llegada de Uribe al Hotel Chicamocha, según esas dos fuentes, llamaron a Hernández. El hoy candidato presidencial fue con su hermano Gabriel (el ideólogo de su aspiración en 2015).
“Uribe escuchó todo lo que decía Hernández, quien le dijo que no le interesaba el apoyo de los políticos. A Uribe le pareció interesante y le preguntó si le gustaría hablar frente a los militantes de su partido. Le aclaró que sería no para apoyarlo como partido sino para que lo escucharan”, agregó Cote.
Uribe dijo: “Como no tenemos candidato, yo le recomiendo al Centro Democrático que apoye la aspiración del señor Rodolfo Hernández” y trinó elogiándolo como “incorruptible”.
Sin embargo, ese guiño nunca se convirtió en apoyo local. Los directivos y caras visibles del Centro Democrático en Santander se dividieron entre otras dos campañas, ambas con maquinaria: la del liberal Carlos Ibáñez y la del exconcejal de La U, Jhan Carlos Alvernia.
“Sabíamos que Rodolfo Hernández hablaba muy mal del presidente Uribe. Sabíamos que no era uribista y por eso se pidió la libertad”, aseguró Iván Aguilar, exdirectivo del uribismo en Santander. “Hernández era conocido por hablar mal del presidente en público y en privado y eso no caía para nada bien”.
Sobre la relación entre Hernández y Uribe, tres uribistas de primera línea en Santander dijeron que no ha sido ni es particularmente cercana.
“La relación es más con Tomás y Jerónimo Uribe, que son los constructores. Rodolfo y Uribe se conocían porque uno era constructor y el otro era Presidente y era algo muy formal”, dijo la una de esas fuentes, que pidió reserva de su nombre.
Hernández le dijo a María Jimena Duzán que tenía relaciones comerciales con Tomás Uribe desde “hace 15 años”. En detalle habló de un lote en Barranquilla, pero cuando explicó el negocio aseguró que el acuerdo era con la constructora Amarilo. En línea con eso, Tomás Uribe le dijo a La Silla que no tenía una relación comercial con Hernández.
Dejó al uribismo esperando su respaldo en 2018
En la campaña legislativa de 2018 quedó prueba de que candidatos del Centro Democrático esperaban que Rodolfo encendiera la maquinaria de la Alcaldía para respaldar sus aspiraciones. Los dejó esperando.
A pesar de que Uribe había respaldado su gestión desde 2016 y que Rodolfo lo había invitado a desayunar en su apartamento, esa relación no pasó de ahí.
Un audio revelado por La Silla Vacía en su momento mostró que la entonces candidata al Senado, Leszli Kalli, le estaba contando a modo de queja al senador José Obdulio Gaviria que la administración de Hernández no había dado la directriz de apoyar a nadie.
“La Alcaldía de Bucaramanga no tiene una dirección ni nada…no le están haciendo campaña a doña Berta (entonces candidata a la Cámara del Centro Democrático), tampoco le están haciendo campaña a usted y menos a mí… para que tenga eso en cuenta, que no están haciendo ningún trabajo ni nos están ayudando por ninguna parte”, decía en el audio.
Para ese entonces, La Silla había conocido versiones relacionadas con que el uribismo le había pedido a Jorge Figueroa, secretario de Desarrollo Social de Hernández y cercano al Centro Democrático, que apoyara las aspiraciones de ese partido.
Figueroa en su momento dijo que le habían pedido que renunciara a su cargo para irse a la campaña pero que se había negado. Y que, así como decía Kalli en el audio, no había movido su secretaría ni los programas que manejaba para apoyar aspiraciones uribistas.
El uribismo no apoyó al candidato de Rodolfo Hernández en 2019
En 2019, Hernandéz impulsó a su pupilo Juan carlos Cárdenas para sucederlo. El Centro Democrático apoyó la candidatura rival de Caludia Lucero López, esposa del congresista liberal Miguel Ángel Pinto y miembro del clan Tavera.
La decisión se dio, como contó La Silla en su momento, porque el uribismo quería sumar votos en la Comisión Primera de Senado, donde estaba Pinto.
“Tanto influyó eso que cuando le preguntaban a Uribe por el aval de la Alcaldía de Bucaramanga, respondía ‘estoy muy preocupado por la Comisión Primera’”, nos dijo una fuente de primera línea del uribismo de Santander.
Más allá de eso, estaban tan lejos de Hernández que el uribismo local no pensó apoyar a Cárdenas, sino que inicialmente tuvo una lista de precandidatos a los que hizo participar en foros y enviar hojas de vida. Entre esos estuvo Jhan Carlos Alvernia, quien ya había competido contra Rodolfo en 2015 por la Alcaldía.
En la campaña Hernández y López tuvieron varios enfrentamientos públicos, como cuando la candidata lo retó a ir a Estados Unidos para probar que su visa no estaba suspendida (López decía que estaba suspendida por una investigación por lavado de activos) y dijo que renunciaba si Hernández aparecía en ese país.
Hernández no fue pero mandó a uno de sus hijos y López no renunció, porque el reto era que Hernández apareciera en Estados Unidos.