El 17 de noviembre el uribista Hernán Cadavid, representante a la Cámara por Antioquia, recibió en Bogotá a un grupo de activistas que lideran la revocatoria contra el alcalde Daniel Quintero. Entre ellos estaba Andrés Rodríguez, conocido como “El Gury”, líder del comité promotor de la revocatoria. El objetivo era presentar un proyecto de ley para que los alcaldes no dilaten los procesos de revocatoria en su contra.
Rodríguez estaba en Bogotá liderando una serie de plantones frente a la Registraduría y el Consejo Nacional Electoral (CNE). Los plantones eran parte del activismo de la “Mesa Nacional por la Libertad”, una organización de influenciadores de derecha que afirman que las elecciones presidenciales fueron “fraudulentas” y que Gustavo Petro es un “presidente ilegítimo”. La organización ha participado activamente en la convocatoria de las marchas contra el Gobierno Petro y en Medellín ha ganado protagonismo por su oposición radical a Quintero.
En medio de la polarización sembrada por el alcalde, el Centro Democrático en Medellín ha abrazado a esta nueva derecha que protesta en las calles, hace activismo por redes sociales y lanza teorías conspirativas. Esto en contraste con la oposición institucional y moderada que le ha imprimido el expresidente Álvaro Uribe al principal partido de la derecha, y que se ha materializado en el canal de comunicación que sostiene con el Gobierno Petro y el visto bueno que dio frente a la inclusión de José Félix Lafaurie en el equipo negociador con el ELN.
Una derecha activista y en la calle
“El Gury” Rodríguez es un pequeño empresario —tiene un restaurante de pasta y dice trabajar con maquinaria— y viene ambientando una candidatura para 2023, aún no anuncia para qué, pero suena la Alcaldía. “Todos los días me llueven propuestas y esa idea empieza a calar en uno. Gracias a Dios estamos en una democracia y no en una dictadura, a donde nos quieren llevar”, le dijo Rodríguez a La Silla. Lo ha hecho con actos contra el Gobierno Petro y la alcaldía de Quintero.
Rodríguez ha estado presente en la creciente movilización social de la derecha. Desde el pequeño plantón contra la primera cumbre del Pacto Histórico, realizada en julio en Medellín, hasta la marcha multitudinaria en contra del Gobierno Petro del 29 de octubre. En esta última protagonizó un enfrentamiento con un medio alternativo, ideológicamente afín al petrismo, que terminó en la expulsión de su reportero por varios de los manifestantes.
En los diálogos regionales vinculantes de Medellín, Rodríguez lideró al grupo de decenas de personas que abuchearon la llegada de Quintero. Lo hicieron con banderas de Antioquia e impresiones con la cara del alcalde como si fuera un fugitivo. Ese día, los jóvenes activistas que lo suelen acompañar se grabaron muy cerca del alcalde acusándolo de “corrupto” y “ladrón”, y provocando enfrentamientos con el equipo político de Quintero que casi llegan a los golpes.
Uno de esos jóvenes activistas es David Toledo, un estudiante de derecho de Eafit. Tiene 23 años y milita en Salvación Nacional, el partido político liderado por Enrique Gómez. Hace parte de “Medellín cuenta conmigo”, una corporación que preside Rodríguez y que ha organizado el equipo jurídico detrás del comité de la revocatoria contra Quintero. Toledo viajó a Bogotá con Rodríguez a los plantones contra las autoridades electorales y a reunirse con el representante Cadavid para el proyecto que regula la revocatoria de mandato. “Hemos dado una batalla codo a codo contra Daniel Quintero”, le dijo Toledo a La Silla.
La punta de lanza de esa “batalla contra Quintero” es el comité de la revocatoria. Su vocero y representante legal es “El Gury” Rodríguez, pero lo integran personas como el concejal Julio Gónzalez, del Centro Democrático. También ha recibido el apoyo del exconcejal uribista Simón Molina, que ya está haciendo campaña para lanzarse en 2023 a la Alcaldía de Medellín y que está buscando el apoyo de Federico Gutiérrez. Personas cercanas al expresidente Uribe en Medellín han destacado el trabajo de Rodríguez, como la excandidata al Senado Julia Correa.
Rodríguez ha utilizado los líos judiciales que han dilatado la revocatoria para atacar al registrador nacional, Alexander Vega. Y su ecosistema de activistas han replicado sus teorías sobre una alianza entre Vega y Gustavo Petro para favorecer al Pacto Histórico en las elecciones legislativas y presidenciales.
Pero es el factor Quintero el que le ha dado relevancia a una serie de activistas de derecha, muy ideologizados, que ven en el actual alcalde una amenaza casi existencial para las instituciones de la ciudad.
Quintero y la degradación del debate público en Medellín
En las últimas semanas Quintero ha redoblado la apuesta en contra de sus dos rivales predilectos: el alto empresariado antioqueño y el Centro Democrático.
Al primero, personificado en el GEA, lo señaló de estar detrás de un atentado sicarial contra un candidato a la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Medellín. Y al Centro Democrático lo responsabilizó de bloquear en el Concejo el traslado del aeropuerto Olaya Herrera, ubicado en medio de la ciudad. Esto después del accidente de una avioneta que salió del Olaya, se estrelló contra un edificio residencial y dejó 8 personas muertas.
Esta creciente beligerancia de Quintero tiene su reflejo, cada vez más radical, en sus opositores. “Este es un alcalde bastardo. La ciudad no lo quiere. Es un alcalde ilegítimo que no fue capaz de someterse a un proceso democrático, como la revocatoria”, le dijo el concejal Julio González, del Centro Democrático, a La Silla.
Para Molina, el uribista cercano a Fico y precandidato a la Alcaldía de Medellín, los ataques de Quintero contra la oposición son producto de la proximidad de las elecciones y un signo de desesperación ante la creciente impopularidad que marcan las encuestas. “Lo que Quintero está haciendo en Medellín es un desastre. El debate en la ciudad se va a polarizar y se va a radicalizar. Yo creo que al final, el año entrante, esto va a ser los de Quintero contra el resto”, le dijo Molina a La Silla.
Sin embargo, entre el resto hay una diversidad ideológica que va desde la izquierda de Luz María Múnera y el centro fajardista hasta la centro derecha de Federico Gutiérrez, la oposición moderada que promueve Uribe frente a Petro y ahora esta nueva derecha radical.
Y por ahora, con la polarización sembrada por Quintero, el Centro Democrático ha podido establecer una alianza con esta derecha que en Medellín le pelea las calles al quinterismo y al petrismo.
Las tensiones con el uribismo mainstream
Hay, sin embargo, unas diferencias de fondo que contradicen el tono institucionalista del uribismo a nivel nacional y que pueden resquebrajar esta relación táctica que por ahora se da en Medellín.
En primer lugar, la impugnación a la legitimidad del triunfo de Gustavo Petro en las elecciones. Una que viene alentando un cuestionamiento permanente a las autoridades electorales, justo a punto de entrar a un año electoral.
Pero también las propuestas de vías de hecho para hacer oposición al Gobierno, como la salida a un paro nacional, una propuesta que hizo “El Gury” Rodríguez en medio del trámite de la reforma tributaria y después de las marchas multitudinarias contra el Gobierno del 29 de octubre. “La gente no quiere perder plata, pero lo que yo veo es una inconformidad tal que se está ambientando una ruta directa al paro nacional”, le dijo a La Silla.
El tono moderado del Centro Democrático es cuestionado por esta nueva derecha paisa. “Frente a la oposición a Daniel Quintero, el Centro Democrático fue apático hasta hace poco. Y cometen graves errores frente a temas nacionales importantes, como la reforma política”, dice David Toledo, militante de Salvación Nacional, un partido que ha calificado las reformas al Código Electoral como medidas “predictatoriales”. Incluso afirman que a pesar del legado de Álvaro Uribe, quien sigue siendo clave en las decisiones del Centro Democrático, la nueva derecha debe superar su figura.
“Hay sectores radicales que dicen que nuestra oposición no sirve. Nosotros no estamos en esa línea. Vamos debate por debate, hacemos proposiciones y votamos a favor en lo que corresponde”, dice el representante por Antioquia Hernán Cadavid, del Centro Democrático. El mismo que recibe a activistas como “El Gury” Rodríguez y David Toledo en Bogotá por un objetivo en común: enfrentarse a Daniel Quintero.