Los tapascos

Los incendios forestales tienen a todo el mundo corriendo contra reloj. El Ministro de Medio Ambiente, el Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres, hasta los voluntarios más novatos de la Defensa Civil andan con sus radios prendidas esperando la llamada diaria sobre a dónde hay que ir a apagar las llamas.

Los tapascos

Los incendios forestales tienen a todo el mundo corriendo contra reloj. El Ministro de Medio Ambiente, el Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres, hasta los voluntarios más novatos de la Defensa Civil andan con sus radios prendidas esperando la llamada diaria sobre a dónde hay que ir a apagar las llamas.

Desde el 29 de diciembre, cuando explotó la ola de calor, hasta hoy, van 38 mil hectáreas quemadas en todo el país. En 25 departamentos se han presentado incendios. Sólo en Bogotá, más de 315 hectáreas se han quemado. Y el número crece diariamente, a pesar de que ya han empezado a caer pequeñas lluvias. Cuando comenzamos a reportear esta historia la semana pasada, iban 5 mil hectáreas menos.

El ministro de ambiente, Carlos Costa, advirtió sobre el fuerte ‘Fenómeno del Niño’ que afectaría a Colombia desde junio de 2009.
Los incendios comenzaron el 29 de diciembre en Bogotá, y aún no han parado en ninguno de los 25 departamentos afectados. 
Van más de 38 mil hectáreas quemadas en todo el país. Árboles de 20 metros, frailejones de 50 centímetros, y muchas otras especies han quedado pulverizadas.
El Coordinador de Emergencias de la Defensa Civil de Bogotá, Ederley Torres, asegura que necesitan más recursos para reaccionar de forma más oportuna a los incendios.
A pesar del compromiso de los Bomberos y la Defensa Civil, los incendios se han multiplicado de forma imprevisible. 
Los costos para recuperar las áreas están cerca de los 23 millones por héctarea, pero su impacto ambiental es invaluable .

El Ministerio de Medio Ambiente sabía que el fenómeno de ‘El Niño’ golpearía al país con sequías y aumento de la temperatura del suelo, dos ingredientes que detonan los incendios forestales. Y por ello, desde junio del año pasado, el Ministro Carlos Costa expidió alertas y ordenó reactivar los Comités Locales de Atención a Desastres y las Brigadas de Incendios a lo largo de todo el país.

Además de las advertencias, en noviembre dio la orden a municipios y departamentos de comprar ‘retardante’, el químico que se mezcla con el agua y que botan los helicópteros que sobrevuelan los incendios. Luego, en diciembre, el Ministerio de Ambiente pidió ayuda adicional a las embajadas amigas buscando dinero extra para enfrentar los incendios.

En enero, USAID le donó a Colombia 1.500 millones de pesos para la compra de herramientas y equipos necesarios para atender los incendios, incluyendo la ropa protectora para los bomberos, tanques para agua, mangueras, rastrillos y palas. “Esta vez se hizo con tiempo, antes de que empezarán los incendios”, dijo el ministro Carlos Costa a La Silla Vacía.

El plan preventivo contra los incendios siguió en enero cuando la Viceministra de Medio Ambiente pidió la declaratoria de Desastre en 25 departamentos del país para facilitar la contratación de equipos y la gestión de recursos de cooperación internacional para atender las emergencias. La declaratoria se levantará en marzo o abril cuando baje la temporada de incendios.

“Por causa del ‘Niño’ hay brigadistas que llevan un mes sin ir a sus casas por estar apoyando incendios”, dijo un funcionario de la Corporación Autónoma Regional del Guavio, encargada de ocho municipios de Cundinamarca, a La Silla Vacía.

A pesar de todos estos esfuerzos, los incendios van ganando la partida.

Incendios en los cerros

Los incendios forestales son muy difíciles de apagar. Una brigada forestal de los Bomberos de Bogotá puede tardar mínimo 40 minutos subiendo a un cerro a controlar un incendio, si es que el carro está parqueado en la falda de la montaña y ya se cuenta con la referencia exacta de dónde está el incendio (hecha previamente por hombres en motocicletas con sistema ‘gps’).

Si no es así, una camioneta 4 x 4 puede demorar hasta tres horas subiendo y un incendio puede demorarse entre dis y tres días en ser controlado, como fue el caso en el páramo de Sumapaz, según contó un funcionario de la Corporación Autónoma Regional del Guavio, de Cundinamarca, a La Silla Vacía.

“Cuando ocurre un desastre las autoridades no llegan ahí mismo”, dijo Ederley Torres, Coordinador de Emergencias de la Defensa Civil para Bogotá. Explicó que actualmente no hay brigadas forestales que habiten en los cerros, sino juntas locales o bomberos que los recorren en motos o a pie, georreferenciando caminos, cuerpos de agua, y recogiendo el material combustible que encuentran en los caminos como el Retamo Espinoso. Porque en zonas como los cerros de Bogotá, los incendios se multiplican gracias a plantas invasivas como esta planta de barrera que prende tan rápido como la gasolina.

El Retamo Espinoso, que sirve para ahuyentar plagas, apareció en los cerros desde los años setenta y hoy se multiplica con cada incendio pues sus semillas se reproducen y esparcen precisamente en el momento de la incineración. Por plantas como estas los incendios en los cerros se han vuelto un dolor de cabeza para las brigadas que aún estando mejor capacitadas que antes, pueden durar hasta dos y tres días apagando la pirotecnia natural.

“Bogotá en los últimos años ha mejorado su capacidad de respuesta radicalmente desde 2007”, dijo Mauricio Toro, director de los Bomberos de Bogotá a La Silla. Explicó que la ciudad cuenta con 486 bomberos y 70 vehículos para movilizarlos. Además, tiene seis camionetas 4 x 4 y tres carrotanques. Los bomberos tienen el respaldo adicional de 60 voluntarios, entre los que se encuentran bomberos y voluntarios de la Defensa Civil Colombiana. Sin embargo, la crisis ambiental no para y con el cambio climático, tiende a tornarse más impredecible.

“Deben existir brigadas forestales permanentes con estaciones de agua en los cerros”, dijo Ederly Torres a La Silla, buscándole una salida más eficiente al control de incendios. Cuando hay incendios forestales simultáneos y alguna calamidad en la ciudad, ni los Bomberos ni la Defensa Civil dan abasto. Por eso, sugiere tener como mínimo diez brigadas forestales para los cerros y aumentar el número de guardabosques. Pero eso cuesta plata.

“La Defensa Civil necesita apoyo y dinero para poder controlar los incendios”, dijo el coordinador de la Defensa Civil, señalando que los incendios son un tema clave para la ciudad que no recibe ni la atención necesaria ni los recursos suficientes.

“Lo triste es que no tienen el presupuesto para todo lo que hacen”, dijo Federico Mosquera, miembro del Club Land Rover que hoy le colabora a la Defensa Civil con ocho vehículos 4 x 4 voluntarios para subir a zonas difíciles a apagar incendios. “En lo que más sufre Bogotá es en el transporte, por eso decidimos colaborarles”.

 

El ministro de ambiente, Carlos Costa, advirtió sobre el fuerte ‘Fenómeno del Niño’ que afectaría a Colombia desde junio de 2009.
Los incendios comenzaron el 29 de diciembre en Bogotá, y aún no han parado en ninguno de los 25 departamentos afectados. 
Van más de 38 mil hectáreas quemadas en todo el país. Árboles de 20 metros, frailejones de 50 centímetros, y muchas otras especies han quedado pulverizadas.
El Coordinador de Emergencias de la Defensa Civil de Bogotá, Ederley Torres, asegura que necesitan más recursos para reaccionar de forma más oportuna a los incendios.
A pesar del compromiso de los Bomberos y la Defensa Civil, los incendios se han multiplicado de forma imprevisible. 
Los costos para recuperar las áreas están cerca de los 23 millones por héctarea, pero su impacto ambiental es invaluable .

El Ministerio de Medio Ambiente sabía que el fenómeno de ‘El Niño’ golpearía al país con sequías y aumento de la temperatura del suelo, dos ingredientes que detonan los incendios forestales. Y por ello, desde junio del año pasado, el Ministro Carlos Costa expidió alertas y ordenó reactivar los Comités Locales de Atención a Desastres y las Brigadas de Incendios a lo largo de todo el país.

Además de las advertencias, en noviembre dio la orden a municipios y departamentos de comprar ‘retardante’, el químico que se mezcla con el agua y que botan los helicópteros que sobrevuelan los incendios. Luego, en diciembre, el Ministerio de Ambiente pidió ayuda adicional a las embajadas amigas buscando dinero extra para enfrentar los incendios.

En enero, USAID le donó a Colombia 1.500 millones de pesos para la compra de herramientas y equipos necesarios para atender los incendios, incluyendo la ropa protectora para los bomberos, tanques para agua, mangueras, rastrillos y palas. “Esta vez se hizo con tiempo, antes de que empezarán los incendios”, dijo el ministro Carlos Costa a La Silla Vacía.

El plan preventivo contra los incendios siguió en enero cuando la Viceministra de Medio Ambiente pidió la declaratoria de Desastre en 25 departamentos del país para facilitar la contratación de equipos y la gestión de recursos de cooperación internacional para atender las emergencias. La declaratoria se levantará en marzo o abril cuando baje la temporada de incendios.

“Por causa del ‘Niño’ hay brigadistas que llevan un mes sin ir a sus casas por estar apoyando incendios”, dijo un funcionario de la Corporación Autónoma Regional del Guavio, encargada de ocho municipios de Cundinamarca, a La Silla Vacía.

A pesar de todos estos esfuerzos, los incendios van ganando la partida.

Incendios en los cerros

Los incendios forestales son muy difíciles de apagar. Una brigada forestal de los Bomberos de Bogotá puede tardar mínimo 40 minutos subiendo a un cerro a controlar un incendio, si es que el carro está parqueado en la falda de la montaña y ya se cuenta con la referencia exacta de dónde está el incendio (hecha previamente por hombres en motocicletas con sistema ‘gps’).

Si no es así, una camioneta 4 x 4 puede demorar hasta tres horas subiendo y un incendio puede demorarse entre dis y tres días en ser controlado, como fue el caso en el páramo de Sumapaz, según contó un funcionario de la Corporación Autónoma Regional del Guavio, de Cundinamarca, a La Silla Vacía.

“Cuando ocurre un desastre las autoridades no llegan ahí mismo”, dijo Ederley Torres, Coordinador de Emergencias de la Defensa Civil para Bogotá. Explicó que actualmente no hay brigadas forestales que habiten en los cerros, sino juntas locales o bomberos que los recorren en motos o a pie, georreferenciando caminos, cuerpos de agua, y recogiendo el material combustible que encuentran en los caminos como el Retamo Espinoso. Porque en zonas como los cerros de Bogotá, los incendios se multiplican gracias a plantas invasivas como esta planta de barrera que prende tan rápido como la gasolina.

El Retamo Espinoso, que sirve para ahuyentar plagas, apareció en los cerros desde los años setenta y hoy se multiplica con cada incendio pues sus semillas se reproducen y esparcen precisamente en el momento de la incineración. Por plantas como estas los incendios en los cerros se han vuelto un dolor de cabeza para las brigadas que aún estando mejor capacitadas que antes, pueden durar hasta dos y tres días apagando la pirotecnia natural.

“Bogotá en los últimos años ha mejorado su capacidad de respuesta radicalmente desde 2007”, dijo Mauricio Toro, director de los Bomberos de Bogotá a La Silla. Explicó que la ciudad cuenta con 486 bomberos y 70 vehículos para movilizarlos. Además, tiene seis camionetas 4 x 4 y tres carrotanques. Los bomberos tienen el respaldo adicional de 60 voluntarios, entre los que se encuentran bomberos y voluntarios de la Defensa Civil Colombiana. Sin embargo, la crisis ambiental no para y con el cambio climático, tiende a tornarse más impredecible.

“Deben existir brigadas forestales permanentes con estaciones de agua en los cerros”, dijo Ederly Torres a La Silla, buscándole una salida más eficiente al control de incendios. Cuando hay incendios forestales simultáneos y alguna calamidad en la ciudad, ni los Bomberos ni la Defensa Civil dan abasto. Por eso, sugiere tener como mínimo diez brigadas forestales para los cerros y aumentar el número de guardabosques. Pero eso cuesta plata.

“La Defensa Civil necesita apoyo y dinero para poder controlar los incendios”, dijo el coordinador de la Defensa Civil, señalando que los incendios son un tema clave para la ciudad que no recibe ni la atención necesaria ni los recursos suficientes.

“Lo triste es que no tienen el presupuesto para todo lo que hacen”, dijo Federico Mosquera, miembro del Club Land Rover que hoy le colabora a la Defensa Civil con ocho vehículos 4 x 4 voluntarios para subir a zonas difíciles a apagar incendios. “En lo que más sufre Bogotá es en el transporte, por eso decidimos colaborarles”.

Fui reportero político de La Silla Vacía. Soy Literato y periodista. Soy miembro fundador y periodista de Radio Pachone y cofundador y escritor del blog de fútbol La Catedral. Publiqué el libro Historias del fin del mundo.