Todas las carreteras conducen al referendo
Uno de los temas que está estudiando la Corte esta semana –y que definirá la suerte del referendo- es si la violación de los topes en la financiación de la recolección de las firmas es un vicio que amerita hundir la iniciativa.
Según las evidencias encontradas por el Consejo Nacional Electoral, los promotores del referendo se gastaron casi 2 mil millones –seis veces más de lo permitido por ley- y varios de los aportantes donaron mucho más que los 3,4 millones permitidos.
La Corte, entonces, tendrá que decidir si esta violación es una mera irregularidad que no vicia la voluntad de los casi 4 millones de ciudadanos que firmaron, como lo propone el Procurador; o si, por el contrario, la superación de los límites legales de las contribuciones le quita el carácter ciudadano a la iniciativa pues vulnera la lógica de los topes que es garantizar que los colombianos –independientemente de su capacidad económica- estén en igualdad de condiciones de presentar reformas constitucionales al Congreso. Si a esto se agrega que muchos de los aportantes eran contratistas del Estado, la discusión se vuelve aún más compleja. Varios de los mayores donantes son los dueños de las grandes concesiones de infraestructura del país.
Odinsa, por ejemplo, es uno de los conglomerados más importantes en el sector de infraestructura de Colombia. Con más de cuatrocientos accionistas, esta compañía, que agrupa empresas medianas y pequeñas con un modelo de negocios muy interesante que le permite licitar en muchos campos pues tiene una experticia muy diversa, cuenta con varias de las concesiones de vías más importantes del país. Esto, sin contar, con que también ganó con la empresa Opaín la construcción del nuevo aeropuerto El Dorado, tiene con la Sociedad Internet por Colombia el contrato para desarrollar la tercera fase del programa Compartel, que conecta a las zonas apartadas del país con el servicio de banda ancha, y está concursando con el grupo Planeta en la licitación del Tercer Canal de TV.
Odinsa donó 20 millones. Y dos de sus mayores accionistas también aportaron. El empresario William Vélez, el mejor amigo del papá de Álvaro Uribe, aportó otros 11 millones y Construcciones El Condor donó 100 millones. Hatovial, con quien Odinsa tiene la concesión de Aburrá Norte en Antioquia, aportó 20 millones, la Concesión Tunel Aburrá-Oriente otros 50 millones y Grodco, con quien tienen la concesión de las Autopistas del Café, dio 24 millones.
Otras empresas competidoras de Odinsa no se quedaron atrás. Salvo contadas excepciones, los grandes concesionarios de carreteras pusieron su granito de arena para la reelección como lo muestra este gráfico.
Nota de la Editora: el Proyecto Boulevard del Atlántico de Odinsa es en República Dominicana. Gracias al usuario que nos hizo caer en la cuenta.
