Es costumbre para muchos notarios ‘heredar’ su puesto una vez se jubilan. Fue lo que sucedió con Orlando García-Herreros, el antiguo notario 18 de Bogotá, que cuando se pensionó, su hijo Mauricio García-Herreros recibió la Notaría 71. Lo curioso es que cuando Mauricio perdió el concurso de notarios y se quedó sin notaria, su padre, Orlando, fue nombrado en marzo como nuevo Superintendente de Notariado y Registro.