El hashtag #Catatumbo en Tik Tok tiene 3.5 millones de vistas. Detrás hay miles de microvideos musicalizados que abren ventanas crudas, divertidas, violentas y cotidianas a la región fronteriza con Venezuela en el departamento de Norte de Santander. Una donde hoy se concentra la mayor cantidad de cultivos de coca, enfrentamientos militares y violencia contra la población civil del posconflicto colomibano. 

En el Catatumbo de Tik Tok el arbusto es el rey.  

@leidymarin7186

#montañasde????????enelCatatumbo

♬ El Grito de un Rapacho – Uriel Henao

Todo esto en Tik Tok es una realidad en la que la ilegalidad se baila y se celebra, en contra de los lineamientos de la red social, que prohibe “cualquier material que constituya, fomente o proporcione instrucciones para la comisión de un delito”.

Una política mal implementada, que ha convertido a Tik Tok en la red social predilecta de la mafia italiana y los narcos mexicanos.

En el caso del Catatumbo, más que una plataforma de propaganda a grupos ilegales, hay mosaico diverso que abre ventanas a la vida de raspachines, soldados, policías, y transportadores, unidos generacionalmente por un celular. Según una fuente que le hace seguimiento a los cultivos de coca en esa región, la moda de publicar fotos y videos en ambientes cocaleros, no es nueva.

Desde las historias de Whatsapp, muchos comparten contenido en fincas cocaleras y laboratorios para procesar la mata y en Facebook hay grupos públicos y privados de miles de personas donde la gente abiertamente ofrece y busca trabajo en los cultivos de coca como raspachines.

Pero en Tik Tok, hay publicaciones de cocaleros con más alcance, hasta de cientos de miles de reproducciones. 

@zidane497

#raspachines

♬ sonido original – Zidane Ortega Barrag

Más que mostrar lo que hacen también buscan hacer reír. No solo bailando cumbia villera entre las hojas de coca regadas en el piso esperan a ser picadas y mezcladas con cemento u otro catalizador alcalino.

También haciéndose bullying entre ellos, untándose polvo de cemento en la cabeza en medio de las cocinas de coca. Desde Bogotá son lugares que se nombran entre partes de guerra de laboratorios destruídos. Desde Tik Tok Catatumbo son los lugares de trabajo cotidiano.    

@soyelraspachin

#soycreadordecontenidos2021

♬ sonido original – Kervin Guedez938

Para Luisa Isaza, experta de La Silla Llena, justamente es esa mezcla de humor e ilegalidad lo que podría estar manteniendo esos videos en Tik Tok como si se tratase de un contenido más de entretenimiento.

“A diferencia de Facebook, cuya política habla de crear un espacio seguro, la misión de Tik Tok explícitamente es fomentar la creatividad y divertirse. Entonces me pregunto si contenidos como estos, que en medio de cultivos de coca son deliberadamente graciosos, tienen cabida en Tik Tok”, dijo.

Esa intención de ser graciosos también aparece de forma irónica en las descripciones y comentarios de los videos.

@yeisonshc

Cortando ???????? Haciendo la natilla ????????????. #motivacion #City #parati #Cocalero

♬ Me Gusta Ponerle Al Polvo – Grupo Exterminador

La ironía de hablar de la mezcla de pasta de coca como el postre decembrino, la natilla, vuelve este tipo de videos chiste interno entre los entendidos.

El trabajo de la coca no solo es una vitrina de plata fácil. Al contrario, hay un énfasis recurrente sobre la ardua labor del campo. Sobre todo en el primer eslabón, el del raspachín, el jornalero de los cultivos de coca.

@soyelraspachin

##soycreadordecontenido

♬ sonido original – Kervin Guedez938

Un raspachín de la región nos dijo que el Corrido cocalero, de Uriel Henao, es una de las canciones más populares en fincas cocaleras durante las jornadas de raspa de coca.

“Muchos tienen un radiecito o unos audífonos de diadema a los que se les puede poner una memoria usb y se utiliza mucho porque con eso se concentra uno más. Con la música uno se aisla y rinde más raspar”, nos contó.

Los corridos no son exclusivos a la venta hacia la ilegalidad del Catatumbo. También aparecen en los videos de soldados y policías, que patrullan la región y suben a la red.

Este tiene toda la ironía: al ritmo del corrido de Uriel, varios soldados arrancan las plántulas de coca en un vivero.  

@sebastianjose201220gmail

♬ Corrido del Cocalero – Uriel Henao

Los uniformados son los otros grandes productores de contenido. En términos de Tik Tok en el Catatumbo, son prácticamente la única presencia del Estado.

Acá desciende un comando de la policía desde un helicóptero, sobre un campo de coca, mientras la ametralladora eléctrica ofrece fuego de cubierta.   

@jesusmanuelmedinabecerra

comandos policía nacional catatumbo

♬ sonido original – Jesus Manuel Medina

El contenido de los uniformados escapa a la lógica de propaganda estatal. Se parece más a la de los mismos campesinos, buscadores de seguidores y likes en las redes.

El soldado Carvajalino, desde “las montañas del Catatumbo, tierra acogedora y hermosa”, pide, al ritmo de Daddy Yankee, que lo sigan para llegar a los 10 mil seguidores (en otro video de su cuenta dice que los está buscando para comprobar si es verdad que Tik Tok empieza a pagarle a los usuarios que superan ese número de seguidores).  

@jhoncarvajalino5

Desde las montañas del Catatumbo tierra acojedora y hermosa

♬ Salud y Vida – Daddy Yankee

Si no es en helicóptero, moverse por las entrañas del montañosos Catatumbo es una odisea de río y de trocha. “Trocheando”, es un hashtag frecuente, de las carreteras que unen a la zona fronteriza con Venezuela y le dan una ventaja estratégica a esta región en el negocio del narcotráfico.  

@gutiérrez05dcm

#catatumbo#cañoindio#

♬ Y por Esa Calle Vive – Los Rayos

Y en la cadena de producción de coca, Tik Tok también muestra lo que las autoridades dicen desconocer, sobre cómo llegan los insumos a las zonas cocaleras. En lancha, por río, mueven la gasolina para procesar la coca hasta La Gabarra, corregimiento cocalero de Tibú en el Catatumbo. Deslizadoras al ritmo de Chiky Dee Jay. 

@dy6ukkm8p4hs

♬ Astronomia – Chiky Dee Jay

En uno de los comentarios de ese video, un usuario critica que se muestre abiertamente esa cara del negocio ilícito. Desde el perfil del que publicaron el video le contestan: “esto no es un secreto para nadie. En el Catatumbo no se cultiva café”.

Cubro política menuda en los santanderes y conflicto en la frontera colombovenezolana. Soy comunicadora social con énfasis en periodismo en la Universidad Autónoma de Bucaramanga. En 2015 gané el premio de periodismo regional Luis Enrique Figueroa Rey, y en 2019 y 2020 el premio de periodismo regional...

Desde el 2021 soy el editor general de La Silla Vacía. Estudié filosofía en la Universidad Nacional, luego hice una especialización en periodismo en Los Andes y una maestría en comunicación en la Universidad de Georgetown. He trabajado en TV, radio y prensa.