El Exvicepresidente la propuso la semana pasada en una reunión con los conservadores a la que llevó a Carlos Alonso Lucio, el esposo de Viviane Morales.
La semana pasada el exvicepresidente Germán Vargas Lleras se reunió con nueve directivos del Partido Conservador, entre ellos los senadores Hernán Andrade (presidente de la colectividad), Efraín Cepeda (presidente del Senado) y Laureano ‘el Gato Volador’ Acuña. A esa reunión, Vargas Lleras llevó a Carlos Alonso Lucio, el pastor cristiano promotor del referendo contra la adopción gay y esposo de la senadora Viviane Morales.
En el encuentro, en la sede del conservatismo en Bogotá, Vargas le propuso a los congresistas y miembros del directorio que hicieran “una gran lista de coalición de centro derecha”, según nos dijo un asistente y así lo corroboraron otros cuatro consultados.
“Vargas fue a proponer una lista conjunta con el Partido, con Cambio y con un sector de La U”, nos dijo uno de los presentes. “Nos dijo que si la reforma política pasaba con las listas posiblemente se logre”, agregó otro. A los cinco consultados, les sorprendió el tono conciliador del exvicepresidente. “Esperaba ver al tipo del coscorrón, pero fue muy amable”, nos dijo uno.
Para convencerlos, Vargas Lleras les dijo que era un hombre de pactos y prometió cumplir el que hicieran. Les dijo, además, que esta alianza no los obligaría a votar por él en las elecciones y que sabía que esa decisión era del directorio del Partido.
Los godos son atractivos para Vargas porque tienen un caudal electoral de 2 millones de votos entre sus 46 congresistas; y aún más importante, no tienen un candidato presidencial propio.
Dentro del Partido, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, propone decidir a qué candidato apoyar hasta después de las elecciones al Congreso en marzo, razón por la cual cuatro fuentes del partido nos dijeron que lo ven cercano a Vargas Lleras.
Pero el director conservador Andrade quiere que los azules tengan candidato desde ya y por eso se ha reunido, además de Vargas, con Marta Lucía Ramírez, Juan Carlos Pinzón y Alejandro Ordóñez, que están los tres recogiendo firmas. Sin embargo, ninguno de esos aspirantes es tan fuerte hoy como Vargas.
Por un lado Vargas ya completó, según su campaña, más de 2 millones de firmas. Además, tiene Partido propio que las sigue recogiendo y ahora ha emprendido la lucha por los votos de la derecha, que los godos también tienen en parte.
Vargas ya tenía una puerta de entrada en el partido, vía el grupo que conformó hace unos meses el representante y expresidente del partido azul David Barguil. Aunque este grupo de 20 representantes aún no define con quién irse, no descartan a Vargas y ya dejaron claro que no se irían con la otra aspirante fuerte de la centro derecha, Marta Lucía Ramírez, que hasta hace poco era del Partido Conservador.
Precisamente, si Vargas logra aliarse con los godos afectaría las aspiraciones de Ramírez, que tiene simpatizantes en las bases conservadoras y algunos azules como revelamos le recogen firmas. Ella no recibió el respaldo del partido y el mismo Cepeda dijo que alegaría objeción de conciencia si ella llegaba a ser la candidata del partido Conservador.
Por ahora, en la reunión de la semana pasada quedaron de revisar la posibilidad de la coalición, decisión que al final tomará el directorio, hoy por hoy controlado por la dupla Cepeda-Andrade.
Con Lucio y los cristianos
La gran sorpresa de la reunión, sin embargo, fue que Carlos Alonso Lucio llegara con Vargas Lleras a la reunión. Aunque tres asistentes nos dijeron que Lucio estaba allí para discutir también una alianza con el sector de los cristianos que representan, la senadora Viviane Morales nos negó esa versión.
Lucio no nos contestó las llamadas ni mensajes que le enviamos.
Los cristianos han ganado relevancia como grupo político desde el año pasado cuando se movilizaron en contra de las cartillas de la entonces ministra Gina Parody por considerar que tenían una ‘ideología de género’ y luego en contra del plebiscito alrededor del Acuerdo de Paz. El gobierno calculó, en su momento, que movidos por la idea falsa de que tenían ideología de género pusieron 1’500.000 votos con los que los del Sí no contaban.
Varios de los grupos que promovieron esa movilización política de los cristianos están hoy con otros candidatos. Por ejemplo, una de las voceras principales del movimiento de la Familia que promovió las marchas contra Parody, la diputada santandereana Ángela Hernández, hoy hace parte de la campaña de Alejandro Ordóñez; también está la Misión Carismática Internacional, que tiene una alianza con el Centro Democrático para el Congreso de 2018 y sus líderes fueron renegociadores del No por decisión de Álvaro Uribe.
Sin embargo, los líderes de algunas iglesias cristianas que se han agrupado bajo el nombre de Colombia Justa desde inicios de año vieron en la liberal Viviane Morales una carta segura para la Presidencia, sobre todo tras abanderar el referendo anti adopción gay que recogió 2 millones de firmas. Ese movimiento como contamos recoge firmas para llegar al Congreso. Y son esos cristianos los que eventualmente podría sumar Vargas si Lucio y Viviane se suman a su causa.
“Yo he estado conversando con todos los partidos, con los conservadores, liberales, Germán Vargas”, nos dijo la senadora Morales, sin confirmarnos una posible alianza de su sector con el candidato.
La ex Fiscal Morales aspiraba a competir por la candidatura liberal a la Presidencia pero la dejaron por fuera de la competencia al crear como requisito para inscribirse como precandidatos la firma de ‘un manifiesto liberal’ que ella consideró que le exigiría abdicar de sus postulados cristianos (por lo menos de los anti-adopción gay).
Ahora, aspira a tener un as bajo la manga a través de una propuesta para permitir la renuncia de los congresistas a sus partidos para buscar otro (sin perder la curul) si sienten que las colectividades cambiaron su ideología (como ella dice que ocurrió con el liberalismo).
Si ésta se aprueba en los siguientes debates de la reforma política en Senado, Viviane quedaría en libertad para escoger el Partido que ella quiera para 2018. Y ese seguramente sería el de Vargas Lleras, con quien desde el semestre pasado ha tenido coincidencias públicas en materia ideológica, como cuando Morales y Cambio Radical unieron voces en contra de la JEP y de que los guerrilleros pudieran hacer política sin antes haber cumplido condenas.
Más recientemente, Morales defendió a Vargas Lleras en el debate de Claudia López y Jorge Robledo contra las alianzas del exvicepresidente. “No es ético lanzar dardos y acusaciones contra una persona que no está presente”, dijo Morales en referencia a las denuncias de los candidatos hacia Vargas.
Una postura que algunos asistentes a ese debate interpretaron como una defensa a Vargas Lleras y un guiño para ser considerada eventualmente como fórmula vicepresidencial (un rol al que varios aspiran ahora que no hay reelección).
En todo caso, para que las alianzas se concreten, Vargas Lleras necesita que en la reforma política que desarrolla el punto dos del Acuerdo de Paz quede aprobada la posibilidad de que los partidos políticos grandes (de más de 15 por ciento de la votación como los conservadores), puedan hacer una coalición para llevar una lista única al Congreso antes de abrir las inscripciones en 11 días.
Quizás por eso, anoche su partido Cambio Radical participó en la votación de esta reforma, que hace tan solo pocas semanas su partido rechazaba.