Sin mucho escándalo, el detrás de cámaras del último debate del equilibrio de poderes ha despertado el apetito de más de un súper poderoso que busca dejar su poder intacto en una reforma que busca equilibrarlo.

La última sesión será hoy y dejó lo mejor para el final. El plato fuerte incluye tres artículos claves que siguen en el tintero después de que se levantó la del jueves de manera abrupta: la puerta giratoria, el Senado regional y la paridad en las listas de los partidos.

Pero mientras esa pelea se resuelve, La Silla presenta un resumen de los entretelones que se han movido en medio de la aprobación de este proyecto que se convirtió en una de las grandes banderas del segundo tiempo de Juan Manuel Santos.

1. Cristo terminó salvado por los uribistas

Si no hubiera sido por los uribistas, uno de los artículos claves de la reforma se viene al piso. Se trata del que crea la Comisión de Aforados que reemplazará la desprestigiada e inoperante Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes.

Resulta que el jueves, en pleno debate del artículo, el Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo y los ponentes se dieron cuenta de que no le alcanzaban los votos para pasarlo y acudieron a sus principales opositores, los uribistas para voltear el tablero a su favor.  

A pesar de que el Gobierno cuenta con la aplanadora de la Unidad Nacional, cuando arrancó la votación de este artículo, también comenzó la desbandada de los congresistas que se salieron del recinto con la intención de romper el quórum. Además, el representante de Cambio Radical, Rodrigo Lara, criticó en público el artículo que defendían los ponentes y el Ministro Cristo y pidió que en lugar de esa, los congresistas apoyaran una proposición que presentó él  y que buscaba cambiar la forma en la que esta Comisión haría el juicio disciplinario contra los aforados.

Eso quería decir que Cambio Radical iba, como en efecto lo hizo, a votar negativamente el artículo como lo quería el Gobierno. La votación arrancó y Cristo sumó y restó. Necesitaban como mínimo 84 votos favorables y todavía faltaban 10. Entonces, la representante verde Angélica Lozano, el coordinador ponente, Hernán Penagos de La U, y el Ministro Cristo empezaron a buscar a los uribistas para que cambiaran el voto negativo que ya habían dado para salvar la Comisión de Aforados.

La votación, que tiene 30 minutos reglamentarios, a iba por el minuto 15 cuando lograron convencerlos. La primera en voltear su voto fue la representante María Fernanda Cabal y luego Samuel Hoyos. Después, lograron convencer a Federico Hoyos y a Edward Rodríguez, y con ellos lograron convencer a otros para que se sumaran a la iniciativa.

La fórmula que usaron para convencerlos era que a pesar de que el Presidente Santos perdía si se hundía esta iniciativa, ganaba era el Fiscal Eduardo Montealegre, uno de los principales enemigos del uribismo, y la inútil Comisión de Acusaciones de la Cámara.

En medio del revuelo apareció el Súper Ministro, Néstor Humberto Martínez que se dio cuenta de lo que estaba pasando con sus congresistas de Cambio Radical. Cuando lo vieron, cuenta una fuente que estuvo al tanto de todo, algunos también corrieron a sus curules para cambiar su voto.

La votación cerró 89 votos positivos contra 11, lo que permitió salvar la Comisión de Aforados.

Cuando por fin terminó la votación, Martínez reunió a la bancada de Cambio en el cuarto de reuniones detrás de la mesa administrativa de la Plenaria. Allí también estaba Cristo. Se oyeron gritos, regaños y acusaciones de que Cristo había hecho acuerdos previos con los uribistas. Al final, salieron diciendo que era un malentendido y que ellos no querían hundir el artículo clave de esta reforma.

Ahora, este será uno de los artículos que promete convertirse en uno de los platos fuertes de la conciliación. Tras el malabarismo de Cristo, en Cámara lo aprobaron con una conformación de tres magistrados y no de cinco, como salió del sexto debate de la Plenaria del Senado.

2. La salvada del defensor del pueblo que ahora quiere ser fiscal

El escándalo con el que terminó la plenaria del jueves destapó otra de las movidas detrás de la reforma: la posibilidad de que Jorge Armando Otálora, el actual Defensor del Pueblo, sea Fiscal General.

Otálora, que es penalista y fue vicefiscal, tiene el apoyo del liberalismo. Precisamente esa bancada presentó una proposición, redactada por el santandereano Miguel Ángel Pinto y firmada por varios de sus colegas de bancada, para sacar al Defensor del Pueblo de la lista de quienes tienen que renunciar a su cargo un año antes de buscar otro alto cargo.

La proposición tenía una hábil argumentación que justificaba la sacada del Defensor de la inhabilidad, asegurando que este cargo “no tiene poder sancionatorio” como sí lo tienen magistrados, el Contralor y el Procurador a quienes sí cobija. Sin embargo, la intención de inhabilitarlo no es esa, sino que no pueda reelegirse o saltar a otro cargo mientras maneja presupuesto y la nómina. 

Pero el escándalo la causo otra proposición sobre el mismo artículo y que, en cambio, no sacaba al Defensor de la lista.

Su autora, la conservadora santandereana Lina Barrera, la puso a circular para recoger firmas antes de presentarla formalmente (lo que es una práctica usual para que, al radicarla, llegue ya con la aprobación de varios congresistas y con más fuerza política) y en algún punto alguien tachó al Defensor de la lista de quienes tienen la inhabilidad.

Como los anteriores la habían firmado sin ese tachón, cambiaba todo el sentido. Y cuando Barrera se dio cuenta y lo anunció, el polista Germán Navas dijo que se había producido un delito, posición en la que lo secundaron otros como Rodrigo Lara.

Al final, Cristo dijo que posiblemente todo era el efecto de una confusión entre las dos ponencias por cuenta del cansancio (llevaban 12 horas de sesión) y su copartidario, el presidente de la Cámara, Fabio Amín, levantó la sesión, a pesar de que solo faltaban tres artículos y quedaban dos horas para debatirlos y evacuarlos.

Mientras tanto, en el Gobierno se rumora que detrás de la sacada del Defensor del Pueblo de la inhabilidad está el propio Otálora. Aunque La Silla no pudo corroborarlo, una fuente muy cercana al Gobierno dice que Otálora habría llamado a algunos representantes para pedirles el favorcito de que lo sacaran del polémico artículo. 

 

3. La paridad sí importa

Sin lista cerrada, la obligación de incluir mujeres en las listas para que fueran paritarias parecía inocua.

El artículo de las listas cerradas se cayó en el sexto debate en la Plenaria de Senado hace casi un mes. Sólo quedó un párrafo, que incluía la obligación de que las listas fueran cremallera, es decir, que por cada dos hombres tenía que ir una mujer. Pero en la ponencia de la Cámara, que ya se aprobó en el debate pasado, quedó otra palabra incómoda para los hombres: paridad.

Por eso, algunos prendieron las alarmas. La paridad implica en últimas que tendría que haber muchas más mujeres aunque todavía no está claro cuántas ni en qué orden.

Por eso, algunos congresistas empezaron a moverse velozmente y presentaron proposiciones para cambiar la redacción del artículo. Como ya había contado La Silla, el tema asusta a varios partidos que en pasadas ocasiones han buscado hasta a las secretarías de sus oficinas para meterlas en las listas que exigen al menos el 30 por ciento de mujeres para cumplir la Ley de Cuotas.  

El temor es que si se aprueba este artículo tengan que incluir a muchas más. Faltará ver qué pasa con un artículo que de aprobarse puede cambiar la forma de hacer política en Colombia.

4. Quince años para ser Magistrados, un gol del Fiscal

Otra vez, el Fiscal Eduardo Montealegre metió la cucharada en un debate en el Congreso para hacer lobby a favor de sus futuras aspiraciones y las de sus allegados.

Resulta que el jueves, algunos Representantes a la Cámara recibieron mensajes del propio Fiscal para que votaran positivamente el artículo que modifica de 10 a 15 años la experiencia para ser Magistrado de las Altas Cortes. La intención original del Gobierno era poner como requisito 20 años de experiencia y así quedó aprobado en el sexto debate de la reforma en la Plenaria de Senado.

Los Representantes terminaron votando a favor de la propuesta del Fiscal, por lo que ahora ese artículo tendrá que ser conciliado por las dos cámaras del Congreso. De aprobarse así, según supo La Silla, Montealegre podría tener como su ficha en las Altas Cortes al vicefiscal Jorge Fernando Perdomo que ha sonado para ser magistrado.

Esta no es la primera vez que el Fiscal hace lobby con los congresistas en medio de esta reforma. Ya había sucedido en el sexto debate en la Plenaria del Senado cuando varios senadores denunciaron que la fiscal delegada Olga Lucía Claros estaba pasando de pupitre en pupitre para convencerlos de que no aprobaran la inhabilidad favor de cinco años para que un funcionario pueda litigar ante la institución de la que salió.  Y que afectaría directamente a Montealegre que deja la Fiscalía a principios del próximo año.

 

5. La calurosa despedida a Néstor Humberto Marínez

El pasado miércoles, cuando arrancó el debate final para la aprobación del equilibrio de poderes, el Súper Ministro hizo su entrada triunfal al recinto luego de presentar su renuncia al gabinete de Santos II. Como contó La Silla, desde que entró fue recibido por los Representantes con besos y abrazos lo que logró formar incluso una fila entre los que querían despedirse. Llegaron hasta Senadores:  el presidente del Senado, José David Name y el cordobés, Martín Morales, ambos de La U.

De hecho, en medio de esa romería fue que se dio la foto de los Ministros Cristo y Martínez haciendo la V de la victoria con sus dedos. La foto la tomó el representante uribista Edward Rodríguez que fue uno de los primeros que abordó al SuperMinistro apenas entró al recinto.

Durante la sesión que duró nueve horas, varios buscaron al menos un minuto para hablar a solas con el Súper Ministro, una movida que fue interpretada como la forma de “validar los compromisos” ahora que se va.  

Faltando dos horas para que se levantara la sesión en plena discusión del paquete de artículos de la reforma que prohíbe la reelección para casi todos los altos funcionarios, el representante liberal de Norte de Santander, Alejandro Carlos Chacón pidió la palabra para hacer un reconocimiento público al ministro Martínez.

La carta que leyó iba firmada por casi 100 congresistas según dijo el propio Chacón. Aunque ningún representante con los que habló La Silla pudo confirmar de quién fue la idea, muchos se la atribuyeron al mismo Chacón. Lo que sí dijeron fue que antes de leerla, se regó la voz y muchos corrieron a firmarla. Pero no llegó a todos, como a los de la bancada Mira, que vieron cómo circulaba pero no por sus puestos.

Lo que resultó más curioso sin embargo, fue que al final de la lectura, se empezó a oír en medio de los aplausos un abucheo que venía de la última fila de la plenaria. La representante verde Angélica Lozano empezó a gritar “le tocó renunciar, cumplió su palabra”, mientras la mayoría de congresistas aplaudían al Ministro. Incluso, en un momento, todos se quedaron callados y ella siguió gritando desde la fila de atrás.

Además, Chacón, el autor de la carta, no votó los artículos de la reforma que continuaron su trámite el jueves siguiente.

 

Fui periodista de La Silla Vacía a cargo de cubrir Bogotá, el Congreso y las movidas de poder en el Pacífico. Soy politóloga con maestría en periodismo. Me gusta el periodismo de datos, el reportaje y hago fact checking.