Antonio Navarro Wolff nació en 1948 en Pasto, Nariño, departamento del cual fue Gobernador entre 2008 y 2011. En 1972 se graduó como Ingeniero Sanitario de la Universidad del Valle, donde también fue profesor.

Se especializó en Ingeniería del Medio Ambiente en Loughborough University en Inglaterra y durante sus primeros años profesionales trabajó en su profesión. Fue asesor del Departamento de Medicina Social de la Universidad del Valle, coordinador del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias para el Desarrollo Rural, Cimder, asesor internacional del IDRC y director del Plan de Estudios de Ingeniería Sanitaria en la Universidad del Valle.

Sin embargo, su carrera como ingeniero sanitario se vio truncada cuando en 1974 decidió entrar a la guerrilla del M-19, de la que formó parte activa hasta 1990, cuando ese grupo firmó la paz. Aunque el M-19 surgió a raíz del fraude electoral al general Rojas Pinilla el 19 de abril de 1970, en un momento en el que los movimientos guerrilleros como el FMLN y los Sandinistas estaban en furor en Centroamérica, Navarro ha dicho que él llegó al movimiento armado a través de su participación en el movimiento estudiantil de los años setenta que lo acercó a la problemática política.

Navarro ascendió en la guerrilla y se convirtió en su segundo comandante bajo el liderazgo de Carlos Pizarro. En 1984 y 1985, coordinó las negociaciones de paz con el presidente Belisario Betancour, pero los diálogos finalmente no prosperaron.

En mayo de 1985, Navarro sufrió un atentado en una cafetería en Cali que casi acaba con su vida. Un militar le lanzó una granada que explotó al lado de donde estaba sentado. Perdió media pierna y también un nervio de la lengua que aún le causa problemas de pronunciación. Como había amenazas de que fuera rematado en el hospital, logró que lo sacaran hacia México y luego hacia Cuba, donde se recuperó.

Mientras se recuperaba en Cuba, el M-19 se tomó el Palacio de Justicia como una forma de chantaje para que la Corte Suprema de Justicia juzgara al presidente Belisario Betancur por la violación de los acuerdos de paz. Como ya se sabe, esta toma y su recuperación por parte del Ejército desencadenaron una masacre sin precedentes de los magistrados de la Corte, de la mayoría de funcionarios judiciales y de toda la cúpula guerrillera. Este terrible episodio hizo que el M-19 perdiera su popularidad y toda conexión con el pueblo.

Navarro, Gustavo Petro y los otros sobrevivientes llegaron a la conclusión, entonces, de que la lucha armada no era el camino para lograr la apertura democrática que proclamaban, y en 1989 decidieron negociar la paz con el gobierno del liberal Virgilio Barco bajo el liderazgo de Navarro y Carlos Pizarro. Firmaron la paz el 11 de marzo de 1990.

Tras la firma de estos acuerdos, Navarro se lanzó de candidato a la Alcaldía de Cali, unas elecciones que terminó ganando el conservador Germán Villegas y en las que también se enfrentó a los liberales José Renán Trujillo y Federico Renjifo.

Al año siguiente, Carlos Pizarro Leongómez se postuló como candidato presidencial de la Alianza Democrática M-19, pero fue asesinado el 26 de abril de 1990 en un avión rumbo a Barranquilla. Pese a este asesinato, Navarro apareció en televisión -tras pedirle el espacio a Barco- pronunciando las siete palabras con las que los militantes del M-19 decidieron honrar su compromiso de paz: “Vamos a enterrar a Carlos en paz”. Poco despúes, la AD M-19 decidió que Navarro reemplazara a Pizarro como candidato a la Presidencia.

Navarro quedó de tercero, con el 12,7 por ciento de los votos, una votación que nadie esperaba. El candidato ganador, el liberal César Gaviria, con el impulso de la Séptima Papeleta de los estudiantes, convocó a una Asamblea Nacional Constituyente. La AD-M-19 sacó la tercera parte de las curules y se convirtió así en una fuerza decisiva en la redacción de la Constitución de 1991. Navarro fue uno de los tres presidentes de la Asamblea junto con Horacio Serpa y Álvaro Gómez por el liberalismo y el conservatismo, respectivamente. Uno de sus aportes claves fue la segunda ronda para las presidenciales.

El 4 de julio de 1991, se proclamó la nueva Constitución. Navarro, quien había sido nombrado Ministro de Salud de Gaviria un año antes, se lanzó de nuevo a la Presidencia en 1994 con el aval de “Compromiso Colombia”. Perdió estruendosamente (obtuvo menos del 4 por ciento de los votos), pero siguió activo en la política.

Pocos meses después se lanzó a la Alcaldía de Pasto por un movimiento cívico. Tras el retiro del candidato liberal, terminó enfrentándose con la conservadora Myriam Paredes y ganó con comodidad. Como alcalde tuvo un desempeño muy reconocido y ganó el premio al “Mejor Alcalde de Colombia” en 1998.

Ese año se lanzó de nuevo, esta vez a la Cámara de Representantes por Bogotá, con el aval de un movimiento Vía Alterna. Obtuvo la mayor votación y llegó al Congreso, y en 2002 saltó al Senado con la segunda votación del país y con Gustavo Petro como fórmula en la Cámara.

En 2003 creó, junto con los senadores Francisco Rojas Birry, Jaime Dussán y Javier Cáceres, el Polo Democrático Independiente (PDI), por el que se candidatizó a la Presidencia en 2005.

En 2006, el PDI mutó en el Polo Democrático Alternativo (PDA) cuando se unió con Alternativa Democrática, liderada por el exmagistrado Carlos Gaviria y que reunía varios grupos de izquierda como el Moir, el Partido de los Trabajadores, el Partido Comunista y el Frente Social y Político, y Gaviria y Navarro se enfrentaron en una nueva consulta, que finalmente ganó Gaviria.

Navarro miró hacia su departamento y se convirtió en Gobernador de Nariño, donde hizo un gobierno de ‘tercera vía’. Combinó estrategias participativas propias de la izquierda moderna con programas orientados a mejorar las opciones económicas de la población a través de alianzas con el sector privado. Respaldó las políticas de seguridad democrática de Uribe y sobre todo de erradicación de cultivos ilícitos, aunque las combinó con apoyos directos y efectivos a los campesinos para que realmente optaran por una economía alternativa a la coca.

Se esforzó, sobre todo, en encontrar soluciones a problemas concretos sin tener posiciones previas inamovibles. También implementó los presupuestos participativos, que le dieron una popularidad muy grande, y le permitieron a su sucesor, Raúl Delgado, salir elegido gobernador en las siguientes elecciones como candidato de coalición.

Apenas unos días después de dejar la Gobernación, Navarro fue nombrado por Gustavo Petro como su Secretario de Gobierno en la Alcaldía de Bogotá. Su llegada buscaba aportar experiencia administrativa ya comprobada, una figura de talla presidencial y conocimiento en el manejo del presupuesto participativo que aplicó como Gobernador de Nariño y que Petro pensaba replicar. Sin embargo, como lo contó La Silla Vacía, Navarro renunció en marzo de 2012 sin que se supiera exactamente la razón, y se convirtió en el jefe político de Progresistas, el movimiento por el que había llegado Petro a la Alcaldía.

Navarro fue una figura clave en las negociaciones entre Progresistas, el Partido Verde y Compromiso Ciudadano que terminaron con una alianza entre los primeros dos -no con los fajardistas- en lo que posteriormente se volvió la Alianza Verde.

Inicialmente pensaba disputar la candidatura presidencial para 2014 con el ex alcalde Enrique Peñalosa, aunque al final decidió ser cabeza de la lista verde al Senado. Sacó 55 mil votos, la segunda votación de ese partido -detrás de Claudia López- y por debajo de la que se esperaba de él.

En 2017 fue precandidato a la Presidencia por la Alianza Verde, pero perdió en una encuesta con Claudia López.

El 10 de diciembre de ese año anunció que no aspiraría a la reelección en el Senado y que sería candidato a la Alcaldía de Bogotá en 2019, una precandidatura en la que se volvió a enfrentar con López en una encuesta cuyo resultado dieron a conocer el 10 de abril. Navarro nuevamente perdió frente a Claudia López, lo que lo dejó por fuera de la contienda.