Hugo Rafael Chávez Frías nació el 28 de julio de 1954 en la zona rural del estado de Barina. Era el segundo de siete hijos de un matrimonio de maestros de primaria.

Después del bachillerato ingresó a la Academia Militar de Venezuela, perteneciente al Ejército, de la que se graduó en 1975 para iniciar su carrera militar. Ocupó varios cargos en las Fuerzas Armadas, hasta llegar, en 1990, al grado de Teniente Coronel.

En las Fuerzas Armadas, Chávez rápidamente se plegó a la doctrina política que desde mediados de los años 60 se denominaba “bolivarianismo”. Ésta consistía en una síntesis del marxismo-leninismo y los planteamientos de Simón Bolívar. Inspirado en esa doctrina, en 1982 Chávez fundó el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), en conmemoración de los 200 años del nacimiento de Bolívar, y cuya aspiración era “reformar el Ejército y construir una Nueva República”.

La acción más importante del MBR-200 fue el fallido intento de Golpe de Estado de 1992 al gobierno de Carlos Andrés Pérez, que en 1989 había impulsado el paquete de reformas de apertura económica a Venezuela y había ordenado a las Fuerzas Armadas abrir fuego contra manifestantes opositores de esas medidas, durante las jornadas de protesta conocidas como “el Caracazo”.

Aunque los golpistas fracasaron, recogieron un apoyo popular considerable. Fueron enviados a prisión y empezaron a ser vistos como líderes potenciales de un cambio político futuro. El movimiento fue creciendo y ganándose el apoyo de la ciudadanía en torno a la figura carismática de Hugo Chávez.

Dos años después, al salir de la cárcel como parte de un acuerdo político entre sectores de izquierda y el gobierno de Rafael Caldera, Chávez ya personificaba el ascenso de una fuerte tendencia contraria a los dos partidos políticos tradicionales (Acción Democrática –AD- y Comité de Organización Política Electoral Independiente -COPEI-). Entre 1995 y 1997, Chávez recorrió el país promocionando su proyecto político y proponiendo una Asamblea Nacional Constituyente para ello.

El MBR-200 se convirtió en el Movimiento Quinta República (MVR), que ganó la presidencia en 1998 en coalición con los principales partidos de izquierda, imponiéndose con el 56 por ciento de los votos en unas elecciones en las que AD y COPEI, muy disminuidos, solo participaron la última semana apoyando al contendor de Chávez.

Una vez presidente, Chávez cumplió su promesa de campaña e impulsó la nueva constitución, que entre otras cosas aumentó considerablemente el poder del Ejecutivo, extendió el período presidencial y permitió la reelección inmediata. Eso le abrió la puerta a sus reelecciones en 2000, 2006 y 2012, siempre en compañía de militares y militantes de izquierda.

En esos años se ha venido desarrollando el proyecto económico de Chávez, la “revolución bolivariana”, que tiene elementos estatistas. Chávez ha liderado un Estado que ha crecido para controlar sectores como la electricidad, las telecomunicaciones y la hotelería. También ha encabezado algunas expropiaciones, al principio solo de lotes abandonados y después de rentables empresas como la cementera Cemex en 2008.

Crítico del libre mercado, Chávez se ha caracterizado por una fuerte retórica en contra de Estados Unidos, país al que denuncia como “imperialista”. Buena parte de su política exterior ha consistido en generar procesos de integración regional ajenos a la influencia norteamericana, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) o el Alba.

Además de hacer uso de los medios oficiales a favor de sus candidaturas y su partido, Chávez suele confrontar directamente a sus contradictores políticos, e incluso insultarlos. Y aunque en Venezuela se consagra constitucionalmente la división de poderes, Chávez ha puesto a partidarios suyos en altas posiciones del poder judicial.

En 2002, la principal agrupación gremial empresarial de Venezuela, la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras), impulsó un intento de golpe de Estado, apoyado por la Confederación de Trabajadores de Venezuela, un sector de las Fuerzas Armadas y algunos medios de comunicación. Los mayores motivos del golpe eran la Ley de Tierras, que buscaba expropiar latifundios y tierras improductivas para entregárselas a familias campesinas, y la Ley de Hidrocarburos, que ponía la mayoría de la producción y distribución del petróleo en manos del Estado.

Aunque inicialmente consiguieron deponer al presidente, Chávez recuperó el poder apenas dos días después. Pedro Carmona, presidente de Fedecámaras que fungió como jefe de Estado ese fugaz período, huyó entonces a Colombia, país que le otorgó asilo diplomático para molestia de Chávez.

El petróleo es un elemento fundamental para el proyecto político de Chávez, quien profundizó el modelo rentista por el que las finanzas del Estado y la economía en general dependen de la exportación de crudo. Aprovechando el boom petrolero de 2003 a 2008 aumentó ostensiblemente el porcentaje que se queda el Estado, y Chávez destinó una porción importante de esa renta al gasto social.

Las “misiones sociales” constituyen su programa social más destacado. Implementado con la ayuda de Cuba, el programa ofrece alimentos subsidiados, mecanismos de atención preventiva en salud y programas de alfabetización a los más pobres.

Con esos programas, Chávez ha cultivado un nexo casi personal con los venezolanos más pobres, nexo que ha fortalecido con su estilo de comunicación. Con frecuencia se ha dirigido al país en lenguaje coloquial, a veces bromeando, a veces cantando y bailando. De esta forma, ha conseguido centrar el “proyecto bolivariano” en su figura y capacidad de liderazgo.

En 2011 Chávez anunció que padece de un cáncer, lo que no le impidió ser reelecto presidente, por tercera vez consecutiva, para el período 2013-2019. Sin embargo, desde 2012 han sido reiteradas sus ausencias en el cargo, lo que ha generado una enorme expectativa ante su posible separación definitiva. El 5 de marzo de 2013 se confirmó su muerte. Horas antes el vicepresidente Nicolás Maduro había hecho una alocución en cadena nacional, en la que anunció que tenían fuertes sospechas de que el cáncer le habría sido “inoculado” por “enemigos de la revolución”.

Su sucesor es Nicolás Maduro.