De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Julio César Ortiz, ex abogado del presidente ante el CNE; Gustavo Petro, presidente de la República; Roberto Robles, expresidente de la CCB; Enrique Vargas Lleras, miembro de la junta de Corferias; Ovidio Claros, presidente de la CCB y Jaime Alberto Cabal, miembro de la junta de Corferias y presidente de Fenalco.

“Nunca en la historia de Corferias, en todos los otros gobiernos, he visto un apetito burocrático tan voraz por tomarse una entidad privada”, dice Jaime Alberto Cabal, el presidente del gremio de los comerciantes.  

En la última semana se ha hablado de una puja de poder por poner a una ficha del gobierno en la presidencia de Corferias, la filial de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) que viene con un sueldo mensual de 70 millones de pesos para su presidente. La lucha por poner en el puesto a Mery Janneth Gutiérrez, ex pareja de Hollman Morris y casi MinTic en el 2022, fracasó y dejó una estela de cabezas cortadas entre los operadores del gobierno en el mundo empresarial. 

El gobierno sacó a dos de sus representantes más cercanos, luego de una maniobra frustrada que muestra cómo los intereses del gobierno chocaron con su independencia y falta de pericia. 

La Silla Vacía reconstruye la puja entre el gobierno y los empresarios para nombrar una ficha en la entidad que recibe más de $80.000 millones de pesos al año y que ha sido un feudo del empresariado bogotano. 

Cambio en la junta en Corferias: misión incumplida

El 17 de abril se reunió la Junta Directiva de Corferias en el cuarto piso del Pabellón 17 del centro de eventos más grande de Colombia. Está compuesta por siete miembros: dos independientes que elige la Cámara de Comercio (CCB), dos de los representantes del gobierno que integran la Junta de la CCB, dos representantes de los empresarios de la junta de la CCB y el presidente de la CCB, Ovidio Claros, un poderoso abogado a quien el gobierno Petro logró impulsar en ese puesto. 

Los dos miembros del gobierno iban con una misión clara que venía de Casa de Nariño: conseguir un voto más para sacar al actual presidente de Corferias, Andrés López. En las cuentas, con un voto volteado de los miembros independientes y el de Claros, podían completar los cuatro para meter como candidata al cargo a Mery Janneth Gutiérrez.

La misión estaba en manos de Julio César Ortíz y Polo Ávila, los dos delegados del gobierno que integran la Junta Directiva de Corferias y que han sido cercanos al presidente desde antes de ser elegido. Ambos empezaron a tantear a los miembros de la Junta Directiva desde antes de la reunión. Lograr una mayoría de cuatro votos para sacar a López y poner a Gutiérrez no era muy difícil. 

Dos de los votos negativos pertenecían a Enrique Vargas Lleras, miembro de la junta de la Cámara de Comercio desde hace más de 10 años y a Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco. Los dos empresarios manifestaron a los representantes del gobierno desde un inicio que no apoyarían la idea de sacar a López.

El chance de quedarse con el voto para que llegara Gutiérrez debía ser por el lado de los dos miembros independientes que integraban la Junta: Germán Ortíz o Hugo García.

Pero llegó el día de la Junta y se desbarató la posible mayoría. Julio César Ortíz, el delegado del gobierno y abogado del presidente Petro, no se conectó a la reunión porque se encontraba viajando. “Estaba en pleno viaje de trabajo con la Selección Colombia en Londres”, dijo Ortíz a La Silla. Encima, Ovidio Claros tampoco asistió a la reunión.

“Se enfurecieron entre ellos porque en el papel tenían los votos: los dos de Ortíz y Ávila, el de Claros y alguno de los independientes que convencieran, pero se les desbarataron los cuatro goles”, dijo a La Silla un miembro de la Junta de la Cámara de Comercio, que habló a condición de no ser nombrado para dar detalles de las discusiones privadas.

La reunión se acabó con la misión incumplida y una alerta inmediata a la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de que se estaban moviendo votos a favor de sacar a López de Corferias.

El cambio de renglón

A la Cámara de Comercio de Chapinero llegaron los miembros de la Junta Directiva de Corferias el 21 de marzo, cuatro días después de la reunión en Corferias. Vargas Lleras, Cabal, Ortiz y Ávila, los que se sientan tanto en la junta de Corferias como en la de la CCB, llegaron tensionados a la sala porque no se veían desde el intento de cambio presidencial de la semana anterior. Además, según una fuente que estuvo en la reunión, los tres delegados del gobierno que integran la Junta estaban molestos con Ortíz por el desplante en la reunión decisiva en Corferias. 

La reunión transcurrió con normalidad punto por punto. Hasta que llegó el tema de un reemplazo que debía hacerse en la Junta de Corferias, por la salida de Mario Niño de la CCB luego de que retirara a su empresa cuando llegó Ovidio Claros a la presidencia. 

El tema de Corferias activó una movida defensiva de los privados en la Junta para evitar que uno de los independientes pudiera dar el sí definitivo a la salida de López de la presidencia. “Los empresarios decimos que Corferias es una entidad que es al fin y al cabo una empresa de la Cámara de Comercio y que fue un atrevimiento total querer nombrar a personas como si fuera una entidad del Estado”, dice Jaime Alberto Cabal, sobre cómo se planteó la discusión. 

Entonces propusieron cambiar al renglón independiente que era más posible influenciar para ganarse el voto decisivo a favor de la movida de sacar a López. La Junta sacó a Hugo Fernando García y lo reemplazó por William Parra, con Mónica Contreras como su suplente. Según Cabal, tanto Parra como Contreras (su suplente) han hecho parte de la Junta antes y conocen el funcionamiento de Corferias. 

Así quedó la nueva integración de la Junta Directiva de Corferias con la salida de Hugo Fernando García y su suplente del sexto renglón.

Esa decisión si bien fue aprobada por mayoría, no fue bien tomada por tres de los cuatro representantes del gobierno: Julio César Ortíz, Polo Ávila y Luz Marcela Morales. Según dos de los asistentes, en reiteradas ocasiones solicitaron al presidente de la Junta Directiva, Roberto Robles, el representante de los tenderos que el gobierno impulsó, que levantara la sesión antes de que se tomara una decisión. Él se negó.

Robles le contó a La Silla que él simplemente cumplió con su obligación de presidir la sesión hasta el final. “En la presidencia yo tengo que trabajar para todos, o sea, yo tengo que actuar de una manera imparcial, de una manera buscando conciliación en todos los aspectos, pero la verdad es muy difícil porque no parece que existiera ese ánimo”, dijo. 

Roberto Robles había sido felicitado en febrero por el presidente Petro luego de convertirse en el nuevo presidente de la Cámara de Comercio logrando que los empresarios apoyaran su candidatura pese a ser un delegado del gobierno. “Tendero de barrio e hijo de fundador de Cooratiendas ha sido elegido presidente de la Cámara de Comercio”, dijo en un trino

Mientras a Robles le pedían levantar la sesión y aumentaban los votos a favor del cambio del renglón, Ovidio Claros decidió levantarse de la mesa y salir por la puerta de la sala de juntas. Y aunque el presidente de la Cámara no tiene votos en las decisiones de la Junta Directiva de la CCB, sí tiene voto en la de Corferias. Así que levantarse de la mesa fue percibida por tres de los asistentes como que no quería hacer parte de una decisión que luego pudiera generar conflictos con el gobierno. 

La decisión se tomó. Salió el voto que podía llegar a ser el decisivo para tumbar a López y el paso a seguir era que al día siguiente se comunicara a Corferias el cambio de su Junta. 

Y rodaron cabezas 

El 22 de marzo, Corferias comunicó que su Junta Directiva se había modificado y en con el comunicado “cayó la ira de los dioses”, en palabras de otro miembro de la Junta de la CCB. 

El 9 de abril le llegó un correo a los miembros de la Junta de la CCB: citación a una reunión extraordinaria el 12 de abril por parte de la Superintendencia de Sociedades. Según Cabal, los delegados del gobierno se habrían quejado de que la decisión del cambio de renglón en Corferias tenía distintos vicios que podrían anularla. 

“Pero todas las cosas que alegan son nulidades amañadas para tumbar la decisión: que había personas que no podían estar conectadas, que la junta duró más del tiempo estimado, que la votación virtual funciona distinto, etcétera”, dijo uno de los miembros de la Junta. 

Y con la convocatoria extraordinaria de la Superintendencia de Sociedades empezaron a llegar los decretos que expulsaban a delegados del gobierno de la Cámara. El primero en salir fue Julio César Ortíz. Frente a su salida hay dos versiones: 

Según dos miembros al interior de la Junta Directiva, Ortiz ya venía casando problemas con distintos miembros. Incluso, su relación con Ovidio Claros, a quien puso sobre la mesa para ser nombrado presidente de la Cámara, se había deteriorado. Y el punto de quiebre con el presidente había sido su desplante en la Junta Directiva de Corferias. A raíz de eso, delegados del gobierno habían mandado la queja a palacio solicitando su salida. 

El relato de Ortiz es distinto. “Yo fui quien manifestó al presidente Petro que no quería participar más en la Cámara”, dijo. Además, “ya había cumplido con mi tarea de hacer elegir a Ovidio Claros como presidente de la Cámara de Comercio y ahora estoy concentrado en aspirar a la Procuraduría”, añadió. Para esa elección, que se dará en 2025, el presidente nombra a una persona en una terna de la que luego escoge el Senado.

Ortiz insiste en que estaba conforme con los delegados del gobierno salvo con Robles, el tendero que quedó presidente de la Junta. “Robles se alió con los enemigos del gobierno”, dijo refiriéndose a su elección como presidente con apoyo de los empresarios. Ese habría sido otro de los motivos por los cuales Ortíz solicitó su salida. 

A los 3 días de su salida, Ortíz renunció a ser abogado del presidente Petro en el caso que lleva en el Consejo Nacional Electoral por la financiación irregular de su campaña. 

Luego rodó otra cabeza. “Quedamos impactados cuando sacaron a Robrto Robles, o sea expulsó al presidente de la Junta”, dijo un miembro sobre la segunda salida de la CCB. Para Robles sí fue sorpresa el decreto, que llegó a su correo el mismo día en que la Superintendencia dirigía la reunión en la Cámara de Comercio.

“Yo estaba como presidente de la Junta ese viernes 12 de abril  y cuando salgo de la junta sobre las 11:45 de la mañana, veo que tengo un correo de las 9:30 en el que el ministro de Comercio, Germán Umaña, me comunicaba que me remueven de mi cargo”, relató a La Silla. 

Para Robles el correo electrónico tenía dos elementos que aún lo dejan pensando: “Me lo enviaron el 12, pero el decreto en el que me sacan es del 9 de abril y además me lo mandan a plena hora en la que sabían que estábamos con la Superintendencia”.

El motivo por el que salió Robles es evidente para Cabal: “Le cobraron no haber levantado esa sesión en la que decidimos cambiar el renglón y que hiciera consensos con los empresarios”, afirma. Robles habló con La Silla de una idea similar: “seguramente lo que me pasó a mí es que como no me radicalizo, pues entonces uno comienza a tener como diferencias con algunas personas que tienen cercanía al gobierno, digámoslo así”, dijo. 

Robles también habló de que no se prestó para “unos intereses de poder” porque él buscaba trabajar para la Cámara. “Hay otros intereses, hay intereses en nombrar una persona acá o entre otra persona allá o en que se hagan unas mayorías por ahí o por acá”, afirmó. 

La nueva preocupación que ronda en la junta de la Cámara es si el siguiente en salir será Ovidio Claros, el presidente que Petro pudo poner en la CCB alineando los votos de los representantes de Gillinski y los Santodomingo. Claros ya ha faltado a dos reuniones clave para poder hacer que el gobierno mueva sus fichas en Corferias y no ha logrado que las mayorías funcionen a favor del gobierno en la CCB. Ovidio Claros no ha dado respuesta a la pregunta de cómo está su relación actual con el gobierno tras la movida que se hizo en Corferias.

Además, dos personas que trabajan de cerca con Claros han manifestado que en el último mes ha hechos afirmaciones como “trabajaré hasta cuando me dejen”, “haré mi labor hasta que me sea permitido”, entre otras.