Está circulando en redes sociales una imagen que asegura que los sanitarios, médicos y enfermeros podrán ir a juicio acusados de responsabilidad en crímenes de guerra si deciden aplicar la vacuna contra el coronavirus.

Como algunos de nuestros usuarios nos pidieron verificar la veracidad de la imagen a través del WhatsApp de La Silla (+57 318 312452), le pasamos el Detector de Mentiras y encontramos que es falso. Los documentos citados no establecen que la vacunación sea un crimen de guerra.

Esta es la imagen que está circulando:

La vacuna no es experimental

La seguridad de las vacunas es siempre una de las más altas prioridades. La OMS explica que las vacunas contra el covid se encuentran en la última fase de ensayos clínicos; que ocurre cuando un medicamento ya comercializado y se usa a gran escala. 

El objetivo de esta fase es monitorizar los efectos secundarios del fármaco, sobre todo los más raros, que pueden observarse sólo cuando el medicamento es utilizado a gran escala.

En lo que va del año se han autorizado siete vacunas distintas; como lo son las vacunas de Pfizer/BioNTech, las dos versiones de AstraZenaca/Oxford – SKBio, el Serum Institute de la India y la vacuna de Janssen. Otras vacunas continúan siendo estudiadas.

Sigue siendo la mejor herramienta para frenar la pandemia

Los médicos diferencian entre inmunidad esterilizante y funcional. Esterilizante significa que una persona vacunada ya no puede infectar a nadie. La inmunidad funcional, por otro lado, previene o reduce el riesgo de síntomas graves. 

En un mundo ideal, todas las vacunas inducirían inmunidad esterilizante. Pero en la realidad, es muy difícil producir vacunas que detengan por completo la infección por un virus.

Aun así, la investigadora clínica en inmunología viral de la Universidad de Cambridge, Sarah L Caddy, explica que al reducir los niveles de enfermedad en las personas, también se reduce la propagación del virus a través de las poblaciones.

Por eso, la OMS recomienda seguir tomando precauciones en los lugares públicos, como usar tapabocas, mantener una distancia de dos metros del resto, evitar multitudes y espacios con poca ventilación y lavarse las manos con frecuencia.

El término “inmunidad colectiva” se refiere a la protección indirecta contra una enfermedad infecciosa que se consigue cuando una población se vuelve inmune, ya sea como resultado de la vacunación o de haber presentado la infección con anterioridad. Ocurre cuando las personas que no son inmunes pero viven en una comunidad en la que la proporción de inmunidad es alta tienen un menor riesgo de contraer una enfermedad en comparación con las personas que no son inmunes y viven en una comunidad en la que la proporción de inmunidad es baja. 

La vacunación no es un “crimen de guerra”

Miguel Vieito Villar, abogado especialista en Derecho Sanitario, le dijo a los colegas de Maldita.es que: “Es un delirio pensar que un profesional de salud será encausado por crímenes de guerra. Simplemente no puede pasar bajo ningún concepto. No es jurídicamente posible”.

La imagen cita dos documentos para sustentar su afirmación: la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la Unesco y la Declaración de Ginebra.

El experto asegura que: “Los dos textos citados no defienden ni uno solo de los posicionamientos del cartel”. Para que existan crímenes de guerra ha de existir un estado de guerra o conflicto armado, internacional o interno.

Los crímenes de guerra están definidos en el artículo 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional de la Haya, el cual Colombia reconoce desde 2002. En ninguna parte de este documento se indica que la vacunación es un crimen de guerra.

En Colombia, la vacunación es voluntaria

El Código de Nuremberg, mencionado en la imagen, dice que “son abrumadoras las pruebas que demuestran que algunos tipos de experimentos médicos en seres humanos, cuando se mantienen dentro de límites bien definidos, satisfacen la ética de la profesión médica”. Después, señala la necesidad de contar con “el consentimiento voluntario del sujeto humano”.

En Colombia existe un principio llamado “dignidad humana” con el que las personas se pueden negar a realizar un procedimiento médico. En este sentido, no es obligatoria la aplicación de la vacuna.

Asimismo, en noviembre del año pasado, el Senado de la República aprobó el proyecto de ley N° 284 de 2020 que estipula que todo colombiano tiene derecho a una vacuna gratuita contra la covid, pero ninguno está obligado a aplicársela.

La ONU recomienda a los estados que brinden la información necesaria a los ciudadanos sobre las vacunas para protegerse del covid, con el fin de que ellos mismos tomen una decisión sobre la inmunización.

Por tanto, calificamos la imagen como falsa. 

Soy la directora de la Silla Vacía. Estudié derecho en la Universidad de los Andes y realicé una maestría en Periodismo de la Universidad de Columbia. Después de trabajar en The Wall Street Journal Americas en Nueva York regresé a Colombia a El Tiempo, donde trabajé como editora de la Unidad de...