Colombia es reconocida en el mundo por su biodiversidad. En el ranking de países más biodiversos ocupa el segundo lugar después de Brasil. Es el segundo país con mayor diversidad en plantas, anfibios y peces dulceacuícolas, el tercero en palmas y reptiles, y el sexto en mamíferos. 

En el territorio colombiano se han registrado 63.303 especies de las cuales 1.999 son aves, 3.179 son orquídeas y 4.059 son mariposas, situándose en el primer lugar en el mundo para estos grupos.

El país cuenta con aproximadamente 311 tipos de ecosistemas en su territorio que se distribuyen en seis regiones naturales con diversos relieves. 

Una de estas regiones naturales es la Amazonía. Este ecosistema cubre cerca de un 42% del área continental del país, y es uno de los sistemas naturales más biodiversos del planeta. Además, posee una alta diversidad de etnias y culturas. Es hogar de aproximadamente 1.143.000 habitantes, de los cuales cerca del 17% son indígenas que conforman 62 pueblos que habitan en 178 resguardos y representan el 71% del total de los pueblos indígenas del país. 

Estos pueblos traen consigo el invaluable conocimiento de cerca de 20.000 años sobre la coexistencia con este mundo natural, y son los responsables de las zonas más conservadas de esta región.

Como país y como seres humanos dependemos de la biodiversidad, de los ecosistemas que conforma y de los servicios que estos prestan. En el caso de la Amazonía, nos beneficiamos de la producción de alimentos, de la regulación climática, de la captura de carbono y del transporte de agua, entre otros. 

Sin embargo, es la región que más área deforestada presenta en el territorio colombiano. A principios del 2023 se habían transformado cerca de 12.000 hectáreas de selva con los principales focos en Guaviare, Putumayo y Meta.

Dada su importancia y el nivel de amenaza que enfrenta, es de suma urgencia desarrollar procesos y fortalecer iniciativas que velen por la conservación y uso sostenible de la Amazonía. Estos esfuerzos deben enfocarse principalmente en iniciativas comunitarias en los departamentos mencionados, donde se están abriendo las puertas de la transformación de este gran sistema natural.

En el Guaviare, el departamento con mayor deforestación a principios de 2023, se han registrado 4.305 especies de fauna y flora, y es de los departamentos menos investigados por la ciencia, lo que puede dar señal de su potencial biodiversidad. 

A su vez, en sus territorios se han desarrollado diferentes iniciativas comunitarias que velan por la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, como es el caso de las tres organizaciones con las que ha estado trabajando Transforma: la Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas (Asopamurimajsa), la Corporación Comunitaria de Prestadores de Servicios Turísticos de la Serranía de la Lindosa y del Guaviare (Corcpresturg) y la Cooperativa Multiactiva de Jóvenes del Guaviare (Comguaviare).

De la experiencia con estas organizaciones comunitarias se han obtenido lecciones que se vuelven indispensables si se quiere lograr el desarrollo e involucramiento de una comunidad y, por qué no, del mismo país al tiempo que se incentiva la protección de la biodiversidad:

  1. Las iniciativas deben surgir, sobre todo, desde dos actores: los gobiernos en sus diferentes niveles y las comunidades.
  2. Deben darse mecanismos de articulación entre estos actores a través de instituciones locales y organizaciones de la sociedad civil.
  3. Deben fortalecerse las capacidades de las organizaciones comunitarias en conocimientos técnicos, procesos organizativos, empresariales y en la formulación y ejecución de proyectos.

Sobre el primer punto, en los últimos años a nivel de gobierno nacional se han desarrollado varias iniciativas de tipo político y normativo que buscan impulsar el uso sostenible de la biodiversidad, dentro de las cuales cabe mencionar la Política de Crecimiento Verde (PCV) y la Misión de bioeconomía.

La PCV tiene el propósito de impulsar el desarrollo económico del país bajo el criterio de ser sostenible ambientalmente y aprovechar la riqueza natural que posee, ya que la economía colombiana puede ser más diversa y el impacto negativo sobre los ecosistemas sigue aumentando.

Por otro lado, la Misión de bioeconomía busca fortalecer los sistemas socioeconómicos nacionales a partir del uso sostenible de la biodiversidad, la biomasa y los servicios ecosistémicos.

Dentro de esta Misión se destaca la importancia de la generación de valor agregado a partir de los conocimientos tradicionales, la ciencia, la innovación y la tecnología dentro de las cadenas de valor de los productos y servicios obtenidos a partir de los recursos naturales.

Además de las iniciativas gubernamentales para impulsar el uso sostenible de la biodiversidad, a nivel internacional también se han creado proyectos para impulsar su aprovechamiento sostenible a partir del establecimiento de sistemas agroforestales, el cultivo de palmas nativas y productos forestales no maderables, la meliponicultura y el turismo, por mencionar algunos.

Se destaca el caso del Fondo para la Bioeconomía de la Región Amazónica, iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apoyado por el Fondo Verde para el Clima (FVC), y el proyecto “Empoderamiento de la cadena de valor de ingredientes naturales amazónicos” financiado por Ukpact y ejecutado por el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi).

Adicionalmente, se han creado espacios nacionales y regionales que buscan impulsar la bioeconomía sostenible y la conservación de la Amazonía, entre ellos está la Conferencia Panamazónica de Bioeconomía y la Cumbre Amazónica, que se llevará a cabo los próximos ocho y nueve de agosto en Brasil y contará con la participación de todos los presidentes de los países que forman parte de la Amazonía.

Esta Cumbre busca reactivar el Tratado de Cooperación Amazónica creado en 1978, pero también se espera que sirva de escenario para reivindicar el papel de las comunidades de base en la protección y uso sostenible de la Amazonía.

La segunda lección aprendida a partir del trabajo con las comunidades del Guaviare se centra en la importancia de fortalecer a los actores articuladores entre los gobiernos nacionales, las organizaciones de cooperación internacional y las comunidades.

Las instituciones públicas locales y las ONG juegan un papel clave como coordinadores entre actores de diferentes niveles, ya que cuentan con la información sobre la normativa y los enfoques de financiamiento a nivel local, generalmente conocen los territorios y las comunidades y suelen ser de los primeros actores que sirven de contacto ante la llegada de nuevas organizaciones a los territorios.

Por último, el tercer aspecto aprendido consiste en la importancia de fortalecer las capacidades de las comunidades para proponer proyectos, desarrollarlos y administrarlos de una manera eficiente.

Este punto es fundamental para asegurar la estabilidad de las iniciativas y de las comunidades, asegurando así el uso eficiente de los recursos económicos que se trasladan por medio de la cooperación internacional.

Con esto se contribuye a fortalecer la resiliencia de las comunidades y su adaptación al cambio climático, ya que son estas quienes perciben directamente los impactos de las crisis de biodiversidad y clima que actualmente se están presentando, y que se agravarán con el paso de los años.

El Guaviare es solo un ejemplo de lo que está sucediendo en los territorios amazónicos colombianos. En ellos existen una gran variedad de iniciativas por parte de las comunidades que buscan mejorar su economía al tiempo que aprovechan sosteniblemente los recursos.

Para que esto continúe es esencial que los gobiernos nacionales y las organizaciones internacionales sigan impulsándolas a través de la formación de las personas, la coordinación entre organizaciones e instituciones y el financiamiento de proyectos verdes. Si se hace correctamente, estas iniciativas podrían ser el referente de desarrollo sostenible para otras comunidades del país.

Profesional en ciencias ambientales y magíster en biología. Se ha desempeñado en las áreas de la investigación científica y la consultoría en temas relacionados con cambio climático y conservación de la naturaleza. Actualmente es consultora asociada a Transforma en donde ha desarrollado proyectos...