Desde hace 12 años el poder en el Cesar lo ostenta el cuestionado clan Gnecco, que carga a cuestas varios escándalos de corrupción y parapolítica. El gobernador de la familia, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, ha estado preso gran parte de su periodo por, presuntamente, robarse la plata de la alimentación escolar. Pese a esos cuestionamientos, en el Cesar varios dan por descontado su triunfo en estas elecciones.

Los Gnecco todavía no han lanzado candidato para mantener la Gobernación, pero son varios los que dan por segura su victoria. “Ahórrate la historia, aquí no hay puja. Aquí ya ganó el candidato de los Gnecco”, dice Andrés Alfredo Molina, director de Radio Guatapurí, la emisora más importante del departamento.

Además del poder económico y político de los Gnecco, su fortaleza se mantiene por la falta de consensos para armar una candidatura única para competirle al clan. Hasta ahora hay al menos cinco candidaturas con un discurso antiGnecco, pero con profundas diferencias entre sí.

Entre esas aspiraciones está la del exsenador Verde Antonio Sanguino, criado en Valledupar y visible nacionalmente, pero sin antecedentes electorales fuertes en el departamento. Pese a tener respaldos importantes en Bogotá, su figura no ha logrado cohesionar las fuerzas del Pacto Histórico en el Cesar ni a otros políticos antiGnecco clave para pelear la Gobernación.

Aun con Gustavo Petro en la Presidencia, el escenario de Sanguino muestra las dificultades del Pacto y el Verde para crecer en el Caribe (donde no tienen ninguna gobernación o alcaldía capital) frente a poderosas maquinarias cuestionadas por sus prácticas clientelistas y corruptas.

Sanguino, uno más en la desunión antiGnecco

Antonio Sanguino fue bachiller del popular colegio Loperena, donde estudiaron también los célebres cantantes Rafael Orozco y Diomedes Díaz. Sin embargo, sus estudios universitarios, de sociología e historia, los hizo en Bucaramanga. 

Su carrera también la hizo lejos del Cesar, en Bogotá, donde fue concejal en tres periodos. Sus modos, su voz, también son más del interior que de la costa. En 2018 llegó al Senado por el Partido Verde y, en 2022, se quemó cuando intentaba reelegirse. Después de un breve paso como jefe de gabinete de Claudia López, aterrizó en la campaña a la Gobernación del Cesar. Llega con una investigación de la Procuraduría a cuestas por las presuntas exigencias de coimas en la Alcaldía de Bogotá.

Su reto ahora es crecer políticamente en un departamento que conoce, pero donde lo conocen y lo han votado poco. En su última campaña al Senado sacó solo 2.234 votos allí. Para ello, además de su aval Verde, se ha inclinado sobre el Pacto Histórico, el proyecto político del presidente Petro, apoyado por figuras como el senador Iván Cepeda. También tiene el respaldo de En Marcha, del exministro Juan Fernando Cristo, y busca el apoyo de otros partidos de centro.

El jueves Sanguino organizó un evento, en el hotel Sicarare, que llamó “Un Pacto amplio y pluralista por el Cesar”. Pero allí no estaban todas las fuerzas del Pacto en el Cesar. Estaba, sobre todo, la base política de Antonio María Araújo, líder petrista y candidato a la Gobernación en 2019, que viene de perder la consulta interna de la Colombia Humana con la exdiputada Alexandra Pineda.

Araújo no se sumó a la campaña de Pineda de la Colombia Humana, sino a la de Sanguino. Así que la reunión, más bien, muestra la división y la dificultad para cumplir acuerdos en el Pacto.

De entrada, Sanguino tiene un pulso con Alexandra Pineda, que busca ser la candidata del Pacto. Ella es cercana al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, y fue la cabeza de la lista cerrada del Pacto en el Cesar, que sacó 50 mil votos, pero que no logró obtener la curul. Ella fue elegida por el Comité Departamental del Pacto como la candidata, pero sin el respaldo de varios sectores que calificaron la elección como “una imposición”

A ellos dos se suma la aspiración de José Luis Mayorca, tío del presidente de la Cámara, David Racero. Mayorca está recogiendo firmas, pero también busca llevar las banderas del Pacto.

En abril, el integrante del comité político del Pacto a nivel nacional y mano derecha de Petro en temas políticos, Eduardo Noriega, hizo una reunión en Valledupar con los tres. La apuesta era iniciar un camino de diálogo entre los aspirantes para, a futuro, unificar las candidaturas. Sin embargo, no hubo acuerdos en ese ejercicio.

“En el ejercicio que se trató de adelantar, fueron los equipos del doctor Sanguino los que no quisieron que se avanzara en un documento y que se estableciera reglas claras. Entonces se ha ido evadiendo y ahora ocurre una convocatoria de un Pacto ampliado, pero sin llamar a los partidos del Pacto”, dijo Pineda a La Silla.

Sanguino dice que eso es falso. Afirma que en la reunión con Noriega no se habló de hacer un documento, sino de organizar un evento público en el marco del Frente Amplio, una alianza de múltiples partidos. Sanguino dice que la principal dificultad para cohesionar a los alternativos en el Cesar ha sido la incertidumbre de la candidatura del Pacto.

“Alexandra, a pesar de haber ganado la consulta, no ha logrado mantener la unidad de Colombia Humana alrededor suyo. Y en el mismo Pacto ha habido unas tensiones por definir la candidata”, dice Sanguino.

Sanguino prevé que “no habiendo mecanismo antes del 29, seguramente cada campaña arrancará y en el camino se verá quién tiene las mayores condiciones para enfrentar al clan Gnecco”.

A esa grieta se sumó que, el viernes, integrantes del Polo y el Mais en el Cesar se adhirieron a la candidatura por firmas de la periodista Katia Ospino, que se ha hecho conocida por sus denuncias contra los Gnecco y por sus ataques directos y polémicos a la jefa del clan, Cielo Gnecco. “Ella no tiene la pepita (la vagina) ni más arriba ni más abajo de la mía, está en el mismo lugar”, dijo en un acto de campaña.

Sin embargo, el Mais y el movimiento de la vicepresidenta Francia Márquez, Soy Porque Somos, sacaron comunicados desmintiendo que hubiera adhesión de los partidos, como se dejó entrever en el evento político.

Un ingrediente que complica aún más el escenario político cesarense es la figura de la diputada del Centro Democrático, Claudia Margarita Zuleta, hija del cantante “Poncho” Zuleta. Ella desmontó su candidatura la semana pasada por amenazas que le llegaron a su papá de supuestos grupos armados, no obstante, volvió a abrir la puerta de relanzar su campaña si las autoridades le garantizan la seguridad.

Ella es un actor clave. En 2019 ocupó el segundo lugar en la puja por la Gobernación, con 98 mil votos. Ha sido la voz más crítica de los Gnecco desde la Asamblea. Previo a la contienda de Congreso de 2022, Zuleta tuvo reuniones con Sanguino e integrantes del Pacto buscando armar una lista a Cámara antiGnecco en el Cesar, algo que al final no se concretó.

Si la historia se repite en la Gobernación, el voto antiGnecco se volvería a diluir. Así el clan golpeado judicialmente mantendría el poder.

Los Gnecco, golpeados por la justicia, pero fuertes en la política

La matrona Cielo Gnecco es la cabeza del clan político más poderoso del Cesar. Ella es hermana de Jorge Gnecco Cerchar, señalado por el líder de las Autodefensas, Salvatore Mancuso, de impulsar la llegada del paramilitarismo al Cesar y asesinado por el paramilitar Jorge 40 en 2001.

En lo político, los Gnecco controlan la Gobernación del Cesar desde hace 12 años, tienen el poder en la Alcaldía de Valledupar y tienen dos congresistas de su grupo político. En lo económico, los Gnecco son grandes terratenientes, dueños de miles cabezas de ganado y grandes proveedores de leche.

Sin embargo, recientemente están golpeados judicialmente por cuenta de investigaciones avanzadas contra el hijo de Cielo, el gobernador Luis Alberto Monsalvo Gnecco, y su sobrino, el senador de La U, José Alfredo Gnecco.

El gobernador Monsalvo Gnecco está imputado por la Fiscalía por dos casos de presunta corrupción. La primera por irregularidades en la contratación de alimentación escolar durante su primer periodo como gobernador (2012-2015), que habría conducido a la apropiación indebida de dineros públicos a favor de terceros por más de 2.900 millones de pesos.

La segunda imputación fue irregularidades en la contratación de mercados durante la pandemia, que suman 9 mil millones de pesos. La Fiscalía señala cotizaciones fraudulentas, en algunos casos con costos irrisorios y artificiales.

Por esos casos, y otro en el que resultó absuelto en segunda instancia, Monsalvo ha estado suspendido y en casa por cárcel la mayor parte de su gobierno. A cargo de la gobernación está una ficha del clan, Andrés Meza.

Por otro lado, el senador José Alfredo Gnecco tiene una investigación formal en la Corte por el Cartel de la Toga. Supuestamente, pagó 150 millones al exfiscal Luis Gustavo Moreno para que favoreciera en un proceso a su papá, Lucas Gnecco, fallecido la semana pasada.

En las últimas elecciones locales de 2019 se vio un voto antiGnecco en el Cesar. 213 mil votos, que se dividieron entre cuatro candidatos sin estructuras y el voto en blanco. Si la división se repite, los Gnecco mandarán en el Cesar cuatro años más. 

Soy el periodista que cubre las movidas de poder en el Caribe en La Silla Vacía. Estudié Comunicación Social y Periodismo en la Universidad del Norte. Gané el premio Simón Bolívar a la mejor noticia del 2023 y el premio de periodismo de Economía Creativa de la Deutsche Welle en 2017. También...