El pasado abril publiqué una columna sobre seguridad alimentaria en la época electoral que concluí de la siguiente forma: “Enviará un mensaje muy claro al país político, a los gremios, a las capas sociales de todo tipo y a la comunidad internacional si el candidato del continuismo no pasa a segunda vuelta. Si de seguridad alimentaria se trata, no pasa”. Me refería a “Fico” Gutiérrez quien fue derrotado. Aunque el resultado de la primera vuelta resultó desconcertante hay que reiterar que representa un mensaje claro sobre el cansancio y la necesidad de cambio que expresó la ciudadanía en las urnas.

Después de hacer lo propio con el plan de Rodolfo Hernández en mi última columna, analizo aquí de forma más amplia las propuestas para la ruralidad del candidato del Pacto Histórico.

Hagamos primero una comparación con las propuesta de Hernández y luego una evaluación de los puntos clave del “pacto por el campo” de Petro.

Atendiendo a la crisis mundial del comercio y en particular del precio de los insumos agropecuarios, en el corto plazo Petro buscará la recuperación productiva de las empresas Monómeros y Ferticol y el desarrollo de una industria nacional de fertilizantes e insumos. En este punto coincide casi de forma literal con el programa del exalcalde de Bucaramanga.

Al igual que el septuagenario, Petro aspira a dejar de importar millones de toneladas en alimentos e insumos que Colombia puede y debe producir, renegociando los tratados de libre comercio y mejoraremos la posición de Colombia en el comercio internacional y en las cadenas mundiales de valor, también coinciden ambos candidatos en imaginar una economía agraria e industrial intensiva en conocimiento con enfoque ambiental y con énfasis en el desarrollo de cadenas de valor añadido.

El tema de financiación crediticia a tasas justas, la entrega de títulos de propiedad y estímulos a la adopción de tecnología en la producción es otro de los temas en los que ambos candidatos tienen una visión similar.

Es necesario decir que el plan para la ruralidad de Petro a diferencia del de Hernández se destaca por tener un fuerte enfoque en la agroecología y en la seguridad humana, que incluye al concepto de seguridad alimentaria. De igual forma Petro es el único de los candidatos que ha mencionado el tema de la soberanía alimentaria y del fomento de las semillas nativas libres como pilar fundamental del sistema agroalimentario.

A diferencia de Hernández, Petro habla de cambiar el rol de exportadores netos de bienes de la economía extractivista como el carbón y el petróleo y del monocultivo extensivo. En tiempos de cambio climático este enfoque es necesario, pero Petro no explica de forma realista cómo reemplazar los empleos y los inmensos recursos que estos sectores le generan a la economía del país. El turismo masivo, por ejemplo, aunque no en la misma medida, genera múltiples efectos adversos en el ambiente.

Otro punto, que no menciona Rodolfo y sí Petro, es el referente al fortalecimiento de la institucionalidad agropecuaria, específicamente los distritos de riego y el tránsito hacia un tipo de pesca que dé prioridad a los pescadores locales y cuyos impactos no resquebrajen los ecosistemas de agua dulce y salada.

Petro también propone enfrentar los ciclos volátiles de precios generados por fallas de mercado, la falta de regulación estatal y ausencia de una institucionalidad que permita la planificación de siembras. Para transitar hacia un sistema agroalimentario de circuitos cortos de producción y consumo, potenciando y modernizando economías campesinas haciendo uso de la tecnología y el diseño de mercado para suplir las necesidades nutricionales de los colombianos de la vereda a la mesa.

Es innegable que el programa para la ruralidad de Petro es más completo que el de Rodolfo, pero carece de mención e inclusión a los grandes productores del agro. Aunque se pueda estar en desacuerdo con el modelo del monocultivo, este no va a desaparecer de la noche a la mañana y requiere una adaptación, pues emplea cientos de miles de agricultores y es clave en la reestructuración de la propiedad rural. El café por ejemplo es, en su mayoría, un monocultivo. Gane quien gane es necesario tener canales de comunicación con estos sectores del agro.

Aunque promete cambiar el modelo económico, muchas de sus propuestas de Petro no se podrán cumplir pues, como lo ha anunciado en distintas ocasiones, se someterá a los dictados del FMI y su gabinete, en especial la cartera agrícola y la de hacienda, estarán lideradas por amigos o allegados de los expresidentes neoliberales y a los politiqueros que han garantizado el atraso secular del agro colombiano y que hoy hacen parte de su equipo de campaña.

“Transitaremos hacia una matriz productiva basada en la agroecología y la producción campesina agroalimentaria, que supere el mito de la revolución verde” dice el programa de Petro en otro de sus apartes. En este punto es necesario mencionar que la revolución verde, es decir el proceso que permitió la intensificación de la producción agrícola con los denominados “paquetes tecnológicos (agroquímicos)”, por allá en los años 70, fue en parte una invención de la banca multilateral, del Banco Mundial específicamente, que por medio de sus prestamos permitía a los países en desarrollo comprar las semillas y los insumos que permitieron la expansión de dicha revolución productiva, profundizando la dependencia de nuestras economías a los requerimientos y dictados de esos organismos financieros. Petro no propone alejarse de esa realidad.

Para concluir no sobra mencionar que hace cuatro años el nefasto Iván Duque era el “mal menor”. Me parece incoherente haber denunciado toda la vida el mal que las políticas impuestas por los organismos multilaterales de crédito le han causado a la economía y al bienestar social de la ciudadanía colombiana, y ahora presentarlos como una “línea ética” que se puede correr u olvidar.

Por todas las razones expuestas en esta y la anterior columna votaré en blanco. 

Certificado en Alimentos y Sostenibilidad del EIIS. M.Sc en Economía agrícola y de los alimentos en doble titulación entre SLU -Universidad Sueca de Ciencias Agricolas- y la Universidad de Bonn. Fui durante 3 años Investigador en la UExternado y Profesor asistente del seminario de Política agraria....