Alejandro Blanco
Alejandro Blanco

En las corrientes de las derechas de la arena política contemporánea se abre paso un viraje. Esto es posible observarlo en la figura de Javier Milei. Esta nueva ola, en contraste con el conservadurismo tradicional que busca preservar un estatus quo jerárquico y valores tradicionales arraigados, se inclina más hacia enfoques disruptivos y provocativos al momento de construir sus narrativas.

Estas facciones emergentes de la derecha se distancian de las estructuras y valores establecidos, y en lugar de adherirse a principios ordenados por una deidad o una autoridad central, buscan activamente reformar el sistema.

Caracterizados por una enérgica postura anti-sistémica y anti-elitista, estos movimientos de derecha plantan cara a las élites establecidas en los ámbitos político, cultural y económico. Aunque comparten con ciertos sectores de la izquierda su rechazo al sistema, se diferencian claramente en sus metas y principios.

La provocación se convierte en su herramienta principal, no solo para captar la atención, sino también para atraer seguidores, marcando una clara distinción en su estilo y en su forma de abordar la política. Líderes como Milei utilizan declaraciones y gestos provocadores para destacar en el discurso público y movilizar a sus bases. Un punto clave en el debate es que la derecha le disputa a la izquierda el debate disruptivo y la beligerancia ante la opinión pública.  

Este enfoque en la “batalla cultural” sugiere que Milei ve la política no solo como una serie de propuestas y gestiones gubernamentales, sino como un campo de disputa por los valores, creencias y visiones del mundo que definen una sociedad. Al posicionarse como una figura que riñe con las normas establecidas, Milei no solo busca cambiar políticas específicas, sino influir y remodelar el discurso y los paradigmas culturales y sociales. Muestra de eso es la disputa por las narrativas de la memoria histórica.

Durante el debate preelectoral (01.10.2023), Milei como candidato refutó la cifra de 30.000 desaparecidos en la última dictadura militar del país (1976-1983). Afirmó: “Nosotros valoramos la visión de memoria, verdad y justicia. Empecemos por la verdad. No fueron 30.000 desaparecidos, fueron 8.753”. 

La referencia conceptual a la “batalla cultural”, a la luz del contexto sociopolítico de Milei y su ascenso en la política argentina, nos lleva a considerar parte del cuerpo teórico del filósofo marxista italiano Antonio Gramsci (1921).

Este pensador acuñó con rigor el concepto de “hegemonía cultural”, que se refiere a las formas en que las clases dominantes construyen los andamios de su control no solo a través de medios coercitivos, sino también mediante la influencia en el marco de las esferas culturales e ideológicas. En cuanto al método, Milei recupera algunas de las tesis del pensador de la isla de Cerdeña.

Milei, como figura emblemática de esta tendencia, está redefiniendo lo que significa ser de derecha en el actual contexto político. Aunque el conservadurismo tradicional sigue siendo importante, el surgimiento de estas nuevas derechas indica una diversificación y complejización del espectro político de las derechas latinoamericanas. Hay una despierta adaptación a un entorno político y social en constante cambio y sugiere un replanteamiento de las estrategias y enfoques políticos tradicionales. 

Apuntes sobre el triunfo electoral de Javier Milei

Milei alcanzó una victoria significativa en las elecciones nacionales de Argentina. En las elecciones, obtuvo un total de 14.554.560 votos, lo que representa el 55,65 por ciento del total, superando a su rival Sergio Massa, quien recibió el apoyo de 11.598.720 electores, equivalentes al 44,35 por ciento.

Este resultado marcó un cambio considerable en el panorama político argentino. El estilo de Milei destaca por su capacidad para movilizar a un electorado amplio y diverso.

Durante las elecciones PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) del 13 de agosto, Milei ya había quedado en primer lugar con el 29,86 por ciento de los votos, con un total de 7.352.244 votantes. Esta tendencia ascendente se consolidó en la segunda vuelta, donde Milei logró captar casi 6,6 millones de votos más que en la primera vuelta, al alcanzar alrededor de 14,5 millones de votos.

El éxito en el terreno electoral de Milei puede atribuirse a su capacidad para conectar con los votantes a través de su enfoque populista y excéntrico. Eso lo diferencia significativamente de los políticos liberal-conservadores tradicionales de Argentina.

Su victoria demuestra no solo que lo apoyan sectores populares, sino la efectividad de su enfoque en un contexto político y social de inflación y de hegemonía politica del kirchnerismo.

Emociones y simbolismo como estrategia de marketing electoral   

En la política la utilización de símbolos, incluidos los animales, es una potente estrategia de marketing electoral, sustancialmente eficaz para apelar de manera visceral a las emociones y conectar con el electorado más instintivamente.

En el caso de Milei, el uso de símbolos como la figura del león y la motosierra son ejemplos claros de este intencional mecanismo. Los símbolos pueden condensar mensajes políticos complejos en imágenes o ideas simples y memorables. Esto facilita la comprensión y retención por parte de los votantes.

El león, por ejemplo, evoca connotaciones de fuerza, dominio y violencia sobre el rival, cualidades que pueden hacer eco en los votantes que quieren un líder decisivo y fuerte. Este simbolismo animal apela directamente a las emociones básicas, como el deseo permanente de seguridad y protección en un entorno percibido como hostil o competitivo, como el de la economía de mercado.

La imagen del león puede ser interpretada como una representación de la agresividad y la fuerza necesarias para triunfar en medio de un entorno atestado de dificultades.

La estética rockera de Javier Milei representa una clara ruptura con la imagen tradicional de los políticos liberal-conservadores argentinos. Marca una diferenciación significativa en el panorama político del país. Esta elección de estilo no es superficial; refleja una estrategia consciente para distinguirse y resonar con un electorado más diverso.

Por otro lado, la motosierra simboliza una herramienta de cambio drástico y poderoso, capaz de “cortar” o “desmantelar” las estructuras existentes. Esto puede ser particularmente atractivo para los votantes descontentos con el status quo, “castas” o aquellos que anhelan un cambio radical en la gestión administrativa y en las políticas económicas.

La motosierra, como símbolo, sugiere acción rápida y decisiva, lo que conecta con aquellos que sienten que los enfoques tradicionales son demasiado lentos o ineficaces. Con la motosierra, Milei nos recuerda el carácter violento del ejercicio del poder del Estado.

Una breve síntesis 

La utilización de símbolos como la figura del león y la motosierra forma parte de una estrategia calculada para evocar emociones fuertes y transmitir mensajes poderosos.

En el caso de Milei, estos símbolos refuerzan su imagen como un líder atrevido y un agente de cambio en contraposición a los políticos tradicionales. Ayuda a afirmar su identidad política y a conectar emocionalmente con su base electoral.

La retórica populista de Milei

La retórica utilizada por Milei durante su campaña deja ver un estilo agresivo y provocador, distintivo de su enfoque político. Al calificar a la izquierda como “mugre”, referirse a sus opositores como “zurdos de mierda”, y amenazar con encarcelarlos si llegaba al gobierno, apela a una estrategia de confrontación directa y polarización extrema.

Este tipo de discurso no solo intensifica las diferencias ideológicas, sino que pretende movilizar a su base de seguidores usando una retórica divisiva y combativa.

El excéntrico 

El episodio en el que Milei se disfrazó de superhéroe para un evento de aficionados al anime enmarca su estilo único y teatral en el ámbito político. Esta acción simboliza su enfoque no convencional con el que se distancia de las formas tradicionales de política.

Al elegir vestirse como un superhéroe para “enfrentar a los keynesianos” y desafiar al gobierno, Milei no solo busca llamar la atención, sino que intenta comunicar un mensaje de estar en una “batalla” contra lo que él considera políticas económicas erróneas.

Este tipo de actuaciones son parte de una estrategia más amplia para abrir puentes con un público joven y diverso, especialmente con aquellos que se sienten desconectados de la política tradicional y que normalmente no acuden a las urnas.

Al participar en un evento de otakus y aficionados al anime, Milei apela a una subcultura que a menudo no se asocia con la política, utilizando el simbolismo y la cultura pop para hacer sus ideas más accesibles y atractivas para este grupo. 

Consciente de la creciente desilusión política y el escepticismo entre este segmento de la población, Milei se propuso establecer una conexión más fuerte y directa con ellos. Utilizó un lenguaje y propuestas que conectaban con sus preocupaciones y aspiraciones. Se presentó como una alternativa fresca y diferente a las opciones políticas de las “castas”

“Soy el general Ancap. Vengo de Liberland, una tierra creada por el principio de apropiación originaria del hombre. Una tierra de 7 kilómetros cuadrados entre Croacia y Serbia, un país donde no se pagan impuestos, un país donde se defienden las libertades individuales, donde se cree en el individuo y no hay lugar para colectivistas hijos de puta que nos quieren cagar la vida” (Milei 2019)

Este enfoque es representativo de cómo algunos políticos contemporáneos están innovando en sus tácticas de comunicación y acercamiento a los votantes, especialmente hacia las generaciones más jóvenes.

En el caso de Milei, su estrategia combina el entretenimiento con el mensaje político. Esa táctica es efectiva pero hay que preguntarse por la seriedad y la sustancia de las propuestas políticas detrás de tales actuaciones.

Milei en el segundo debate presidencial de 2023 mencionó que “hay 7.000 personas esperando un trasplante y 300.000 potenciales donantes (de órganos)”. Aunque esto no hace parte de sus propuestas formales, es necesario tener en cuenta lo que trae implícito. 

La mención sobre la situación de los trasplantes y los potenciales donantes de órganos, conocidas sus posturas libertarias y de mercado, puede interpretarse como una sugerencia hacia la inclusión de los órganos en el mercado.

Esta perspectiva se alinea con una visión de mercado libre donde prácticamente todo, incluyendo los órganos, puede venderse.

A modo de conclusión

El caso de Javier Milei en Argentina ha tenido una enorme atención mediática en América Latina, tanto por su popularidad como por lo que representa como nueva forma de hacer política en la región.

Milei puede ser visto como la “punta de lanza” de un estilo político que combina el populismo, el carácter excéntrico y una estrategia permanente de provocación. Este enfoque se desvía significativamente de las normas políticas tradicionales, lo que marca un cambio en el panorama político latinoamericano.

Primero, su estilo populista tiene eco en una amplia base de votantes que se sienten desconectados de los partidos y políticos tradicionales incluyendo a la izquierda. Al presentarse como un “outsider” que desafía al establishment, Milei capta la atención de aquellos que están frustrados con el status quo político y económico. 

Segundo, su excéntrico modo de comunicación, que incluye acciones llamativas como disfrazarse de superhéroe, rompe con el molde de la política convencional y lo hace más atractivo para los jóvenes y otros grupos que normalmente no se involucran en política.

Finalmente, su tendencia a la provocación, especialmente en su retórica contra la izquierda y las políticas keynesianas, crea un claro contraste con los discursos políticos habituales y da pie para debates y discusiones acaloradas e intensas.

Este enfoque de Milei podría ser un indicador de un cambio más amplio en la política de América Latina, donde los votantes, especialmente los más jóvenes, buscan alternativas a las opciones políticas tradicionales.

La combinación de populismo, excentricidad y provocación que Milei representa podría inspirar a otros políticos en la región a adoptar tácticas similares para captar la atención de los votantes y diferenciarse en un campo político cada vez más saturado y competitivo.

Las consecuencias de la aparición y el triunfo de Milei trascienden su propia figura. Puede ser un precursor de un nuevo estilo de política en América Latina.

Docente, investigador. Universidad Libre , Seccional Barranquilla. Facultad de Derecho y Ciencias sociales.