Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
La presente columna tiene como objetivo general aportar y exponer un conjunto de consideraciones sociopolíticas sobre las distintas dinámicas que rodean los tiempos preelectorales en la ciudad de Barranquilla.
De manera más precisa, el fenómeno a abordar es la disputa política por la alcaldía de Barranquilla. En este sentido, en aras de la rigurosidad, se tienen en cuenta un conjunto de categorías en el marco de la ciencia política que le den suelo conceptual a cada uno de los planteamientos.
Para dar inicio, a manera de introducción general es preciso mencionar algunos temas que dada su trascendencia e impacto resultan álgidos y claves para vislumbrar el debate sociopolítico en la ciudad frente a las elecciones a la Alcaldía de Barranquilla: seguridad ciudadana, transporte público masivo, tarifas y calidad de servicios públicos básicos (agua y energía eléctrica).
Seguridad ciudadana
Una de las asignaturas pendientes en lo referente a la política pública en Barranquilla, sin duda, es la seguridad ciudadana. Este es un fenómeno de naturaleza multidimensional. Las encuestas de Pulso Social del Dane arrojan que durante el trimestre del año anterior el 76,2% de la ciudadanía Barranquillera se sienten inseguros.
En términos estadísticos, este fenómeno se ubica como la mayor preocupación de las y los barranquilleros. Ante este horizonte, una de las deudas es la creación de una Secretaría de Seguridad Ciudadana y Convivencia Pacífica.
La cifra anterior es consecuente con los datos de organizaciones como Undeco. Según esta organización gremial, durante los dos últimos años más de 100 establecimientos dedicados al comercio han cerrado como una consecuencia derivada de las extorciones.
Otro ejemplo que evidencia la trascendencia de la crisis que rodea la seguridad ciudadana son las jornadas de protestas del gremio del transporte público masivo que generaron claras dificultades de movilidad. En lo referente a la seguridad ciudadana urge un pacto de gobernanza, y en este sentido la participación de la sociedad civil es neurálgica.
Transporte público masivo
Para comprender de manera amplia las dinámicas sociales, políticas y económicas de Barranquilla resulta imposible excluir al Área Metropolitana. En este sentido, un aspecto relevante es la georeferenciación de lugares estratégicos para la ciudad.
Barranquilla cuenta con una población fluctuante de más de 2 millones de personas. Un número importante del aparato industrial se encuentra ubicado en zonas periféricas donde el transporte público masivo no llega.
Otro aspecto estratégico es la ubicación del corredor universitario, un importante número de centros de educación superior se encuentran en las afueras de la ciudad (Puerto Colombia). En esta misma zona también hay una clara reducción y limitación de rutas de buses.
Desde agosto del 2000 en Barranquilla existe un sistema de transporte masivo (Transmetro), que derivó en la quiebra de más de cinco empresas de transporte público. Lo anterior es el resultado de un modelo de transporte público concesionado a terceros, en muchos casos de manera irregular.
Un efecto directo de la anterior situación es que cada vez es menor la cantidad de rutas de buses. Traduciéndose esto en una clara afectación a la movilidad y la calidad de vida de la ciudadanía. El valor del pasaje no está acorde con la calidad del servicio prestado.
Servicios públicos básicos
Como primera medida es necesario tener en cuenta que la mayoría de las protestas sociales en la ciudad de Barranquilla están motivadas por la deficiente calidad de los servicios públicos. Lo anterior evidencia malestar e inconformidad ciudadana en la prestación de servicios como la energía eléctrica.
La llegada de la empresa Aire es el resultado del fracaso de Electricaribe y de la gestión de la actual administración. Aire opera en Barranquilla desde octubre del 2022. Cabe anotar que Electricaribe solicitó ante los tribunales de arbitraje internacional que el Estado colombiano pagara a manera de indemnización la suma de 1.600 millones de dólares (esta empresa se encuentra actualmente en proceso de liquidación).
Por otro lado, la empresa AAA fue intervenida por la Sociedad de Activos Especiales (SAE) por un posible detrimento patrimonial a partir de la presunta venta irregular a terceros de un conjunto de Acciones.
En virtud de lo anterior, la SAE modificó la junta directiva de AAA y suspendió al presidente de la entidad. Sin duda, los manejos irregulares tienen un impacto negativo sobre la prestación del servicio.
El ministro de Hacienda, la ministra de de Minas y el director de Planeación Nacional legalizaron el decreto 0227 del 16 de febrero de 2023. Por medio de este el presidente Gustavo Petro se adjudica la regulación y control de los servicios públicos a lo largo y ancho del territorio. Esto refleja en gran medida que la crisis es generalizada en lo referente a la prestación de servicios públicos básicos.
Terreno preelectoral en Barranquilla
Todo indica que el proceso de elección a la alcaldía de Barranquilla no estará determinada por la racionalidad política o por la exposición lógica de ideas, sino por la capacidad que tengan los actores en contienda de desacreditarse. Una expresión frecuente de esto será el charismo, el anticharismo, el petrismo y el antipetrismo. Esto implica una reducción sustancial del debate político.
Hasta el momento en Barranquilla el panorama preelectoral es difuso en lo referente a las posibles candidaturas a la Alcaldía Distrital. Algunos nombres están en la palestra, entre ellos el exalcalde Alejandro Char. El aumento de su presencia en redes sociales y los movimientos en el Junior Fútbol Club son un claro síntoma de sus aspiraciones electorales. Sin duda, será la candidatura de Alejandro Char la que marque el ritmo y el pulso de las demás candidaturas.
El proyecto político de los Char empezó a dar muestras de desgaste. Sin embargo, aún cuentan con un aparato electoral robusto. Un aspecto relevante frente al Charismo es que esta casa política no ha obtenido los mismos resultados con respecto a las anteriores elecciones regionales.
Por ejemplo, perdieron una curul en la Cámara de Representantes. Adicional a ello, como consecuencia de las investigaciones por hechos irregulares en procesos electorales anteriores, Arturo Char renunció al Senado.
Otro hecho político que evidencia el desgaste es que Alejandro Char obtuvo una votación deficiente cuando fue precandidato a la Presidencia de la República.
Por otro lado, no es claro si el Pacto Histórico en Barranquilla tendrá candidato propio y único. Se plantean nombres como Antonio Bohórquez o Miguel Ángel Del Río. No obstante, las claras fisuras en esta organización política hacen más complejo el panorama.
Una tarea urgente de esta organización política es traducir los votos que obtuvo Gustavo Petro a las dinámicas territoriales. Sin embargo, hasta el momento no existe indicios de que estén avanzando en este sentido. Lo anterior es una tarea muy compleja, bajo el entendido de que en Barranquilla existe una fuerte estructura clientelar que ha definido las elecciones en los últimos 15 años.
